Isabel II fue la primera jefa de Estado de primer nivel que visitó el palau de la Generalitat, lo que era un reconocimiento del autogobierno catalán. Jamás ningún presidente francés ha pisado el saló Sant Jordi. La visita de Isabel II fue con motivo de una estancia de la reina de Inglaterra en Barcelona el 1988. Fue tan solo 8 años después de las primeras elecciones catalanas de la Generalitat recuperada. La monarca británica se encontró con el president Jordi Pujol, que le recordó que Catalunya e Inglaterra comparten a Sant Jordi como patrón. Y Pujol le regaló una estatuilla de plata de Sant Jordi mientras le recordaba que en el palau de la Generalitat hay varias. "Yo mismo me llamo Jordi", soltó. La reina entendió con pequeños gestos que Catalunya no era una de las 17 autonomías, sino que se parecía más bien a Escocia. La prensa española frunció el ceño, e intentó presentar la visita de la reina de Inglaterra al palau de la Generalitat como ramplona, mientras trataba de potenciar la modernidad que entonces veía en los Juegos Olímpicos que se tenían que celebrar en 1992.

🔴 Muere la reina Isabel II de Inglaterra | DIRECTO

Reina Isabel II Inglaterra Jordi Pujol Palau Generalitat Barcelona 1988 estatua Sant Jordi Plata / Foto: Efe

Isabel II, a quien escoltaban los monarcas españoles, Juan Carlos y Sofía, fue acompañada por el duque de Edimburgo, que protagonizó una anécdota con el entonces secretario general de ERC, Joan Hortalà. Cuando el duque de Edimburgo supo que Hortalà era republicano quedó pasmado, porque en Londres republicano significaba entonces violencia armada irlandesa. "Sí, republicano y de un partido muy importante", soltó el dirigente de ERC, aludiendo al partido que había gobernado Catalunya durante la República.

Después la reina de Inglaterra visitó al entonces alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, que le explicó el significado de los murales del Consell de Cent con los gremios de la ciudad. Maragall le regaló un original de la Mascarilla real, una colección de estampas de 1764 que conmemoraban la llegada a España del rey Carlos III. No era todavía el Maragall soberanista de cuando se convirtió en president.

La jornada se cerró, después de una visita al Museu Picasso, con una recepción ofrecida por la reina de Inglaterra en el barco Britannia, anclado en el puerto de Barcelona.

La actitud de Isabel II con respecto a Escocia no tiene nada que ver con la que han tenido los reyes españoles respecto a Catalunya. Durante la discusión sobre la independencia y el referéndum escocés del 2014, la monarca británica se mostró escrupulosamente neutral y no realizó ningún comentario antiindependentista o antiescocés. Eso se ha traducido en varias encuestas, que señalan que los escoceses querrían mantenerla de reina a pesar de la independencia, siguiendo el modelo de Canadá o Australia. Una encuesta de The Sunday Times, sobre la continuidad de Isabel II como jefe de Estado, recogía en el 2021 unos resultados muy favorables hacia su persona en Escocia: un 47% de los encuestados quería a un jefe de Estado real, delante de un 35% que preferiría a un jefe de estado escogido. Mientras que el 18% no estaba seguro de su decisión.