Jordi Pujol ha vuelto este martes al Palau de la Generalitat para participar en la ronda de contactos que el president, Salvador Illa, ha convocado con todos los presidents en activo que lo han precedido. Al igual que hizo la semana pasada con José Montilla, Illa ha salido a recibir a Pujol en la Galeria Gòtica y los dos se han dirigido a la Sala dels Diputats donde han celebrado la reunión. Con este gesto, Illa otorga a Pujol el reconocimiento más importante que ha recibido desde que se le retiraron los honores de expresident a raíz de la polémica provocada por la confesión sobre la herencia de su padre. Esta semana Illa se reunirá también con Artur Mas y la portavoz del Govern, Sílvia Paneque, ha asegurado al ser preguntada durante la rueda de prensa de este martes si se reunirá también con Carles Puigdemont, que su intención se encontrarse con "todos los presidentes".

Pujol y Illa se han reunido en la Sala dels Diputats, precede al despacho oficial del president y donde Illa celebra todos los encuentros. De hecho, este espacio, que fue restaurado en el 2020, presenta muchas novedades para Pujol. De entrada el nombre, dado que cuando Pujol ocupaba el Palau se conocía como Saló Verge de Montserrat. Pero, también es nueva la bandera española que ha incorporado el nuevo gobierno. A lo largo del encuentro, ambos políticos han conversado sobre identidad, lengua, situación económica, inmigración y sobre el papel institucional de la presidencia.

Los presidents Salvador Illa y Jordi Pujol durante la reunión / Foto: Arnau Carbonell

Figura relevante

Al acabar la reunión Illa ha hecho público un tuit en la red X en que describe a Pujol como "una de las figuras más relevantes de la historia política de Catalunya". De hecho, el político socialista cuando se ha referido en sus intervenciones a sus predecesores ha citado siempre a Pujol y ha reconocido su legado, como el del resto de presidents. Así lo hizo, por ejemplo, tanto en su toma de posesión, a la cual asistió Pujol, como durante el debate de investidura.

Con todo, era la primera vez que Pujol volvía al Palau para ser recibido formalmente como expresident en una reunión con el president desde que se hizo pública la existencia de la herencia de su padre, en julio del 2014. Aquella confesión desencadenó una tormenta sobre toda la familia y se convirtió en el origen de una intensa persecución judicial y política que provocó que el Govern de Artur Mas le retirara los honores de expresident.

A pesar de que el juicio por la herencia todavía no tiene fecha, los documentos y audios que se han conocido sobre la Operación Catalunya han demostrado hasta qué punto la familia Pujol fue uno de los primeros objetivos de la policía patriótica liderada por el comisario Villarejo. De hecho, la fiscalía en el escrito de acusación no ha podido presentar ninguna prueba de intervención del president directa en hechos delictivos y les acusaciones se concentran en fraude fiscal del hijo mayor.

La salida a la luz de la información sobre la Operación Catalunya y la guerra sucia del Estado ha dado pie a una recuperación de la imagen del president, que ha vuelto a normalizar su presencia en actos oficiales y en intervenciones públicas, como en la última campaña electoral en que participó pidiendo el voto para Carles Puigdemont.

Pujol e Illa en el Palau de la Generalitat / Foto: Arnau Carbonell