El presidente de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, ha anunciado que formación que dirige ha registrado en el Congreso de los Diputados una iniciativa parlamentaria para pedir al presidente español, Pedro Sánchez, que se someta a una cuestión de confianza. "Ha llegado el momento de un punto de inflexión o dejarle correr para no hacer perderle el tiempo ni la paciencia a nadie", ha sentenciado Puigdemont. No es la primera vez que la sombra de la cuestión de confianza se cierne por encima de Sánchez. La última vez que sonaron campanas de una posible cuestión de confianza fue cuando el propio líder socialista se tomó unos días para reflexionar después de las primeras acusaciones de corrupción sobre su esposa, Begoña Gómez. Sin embargo, ¿en qué consiste exactamente una cuestión de confianza y qué es necesario para superarla?
¿Qué es una cuestión de confianza y cómo funciona?
Una cuestión de confianza es una herramienta que permite a un gobernante cerciorarse de si mantiene el apoyo mayoritario en un hemiciclo. Según recoge el Reglamento del Congreso de los Diputados, "el presidente, con la deliberación previa del Consejo de Ministros, puede plantear ante el Congreso de los Diputados la cuestión de confianza sobre su programa o sobre una declaración de política general". En el caso español, en todo este proceso no participa el Senado. En esa ocasión la voluntad no surja del Ejecutivo, sino de un partido, así que la existencia de la cuestión dependerá de si Sánchez acepta someterse.
¿Qué hace falta para ganar una cuestión de confianza?
Si aceptase, después de que se presente por escrito la voluntad de convocar una cuestión de confianza, la Mesa del Congreso convocará un pleno para debatir la cuestión. No se podrá votar hasta que pasen 24 horas desde que la cuestión de confianza fue presentada. Pasado este plazo llega el momento decisivo: la votación. Para no acabar dimitiendo después de la cuestión de confianza, Sánchez necesitaría una mayoría simple, más votos a favor que en contra. Si se mantienen los equilibrios que lo volvieron a llevar hasta la Moncloa el año pasado, la podría conseguir.
Si no consigue los apoyos, ¿qué pasaría? En caso de perder la cuestión de confianza, Sánchez tendría que presentar su dimisión ante el rey Felipe VI. Con la dimisión del presidente, el Gobierno cesaría y quedaría en funciones.
Cabe recordar que, aunque en los días que Sánchez se tomó para reflexionar sobre su futuro a principios de años hubo muchísimas especulaciones sobre si dimitiría o buscaría salir reforzado de algún modo, el socialista no acabó sometiéndose a una cuestión de confianza.