¿Barcelona y Tarragona se podrían independizar del resto de Catalunya? Eso es lo que se preguntan estos días algunos unionistas después de los resultados de las elecciones del 21-D, que revalidaron la mayoría independentista en el Parlament de Catalunya. La solución, para algunos, podría ser ahora crear una nueva comunidad autónoma, Tabàrnia, que estaría formada por las zonas con más voto unionista.
El concepto no es nuevo. De hecho, existe desde el 2012, pero después de que la 'mayoría silenciosa' no fuera la esperada el pasado 21-D y no consiguiera tumbar al independentismo en las urnas, la ocurrencia ha vuelto a hacer fortuna entre los unionistas. De hecho, este martes el término se convirtió durante horas en trending topic mundial, con más de 160.000 tuits, y tanto medios de comunicación españoles como partidos políticos como Ciutadans se apuntaron con el fin de erosionar el movimiento independentista catalán.
Tabàrnia es un neologismo formado por los topónimos Barcelona y Tarragona que, según sus impulsores, integra las comarcas donde los partidos unionistas habrían ganado las elecciones: desde el Maresme hasta el Baix Camp. Detrás de la iniciativa está la plataforma Barcelona is not Catalonia (Barcelona no es Catalunya), que ya ha creado una petición Change.org para pedir al Congreso de los Diputados un referéndum sobre la creación de esta nueva comunidad autónoma. Una petición que ya cuenta con más de 25.500 firmas.
Ahora bien, esta nueva ocurrencia del unionismo se ve desmentida por los resultados en las urnas del pasado 21-D. No todos los territorios que se incluyen en la supuesta Tabàrnia votaron a favor de los partidos unionistas y, además, en algunas grandes ciudades, consideradas feudos tradicionales del unionismo, creció el voto independentista.
Un mapa irreal
La Tabàrnia dibujada por el unionismo estaría formada por diez comarcas: Tarragonès, Baix Camp, Alt y Baix Penedès, Garraf, Baix Llobregat, Barcelonès, Vallès Oriental y Occidental y Maresme. Según la entidad, son las comarcas donde el 'bloque del 155' ganó las elecciones. Sin embargo, ¿realmente fue así?
Solo en seis de ellas ganó el unionismo, en tres de las cuales lo hizo con más de un 50% de los votos (Tarragonès, Baix Penedès y Baix Llobregat), mientras que en las otras lo hizo por debajo de este umbral (Barcelonès, Garraf y Vallès Occidental). Por el contrario, en el Maresme, en el Alt Penedès, en el Vallès Oriental y en el Baix Camp ganaron las fuerzas independentistas.
Así, el soberanismo se impuso en el Alt Penedès con un 55,6% de los votos y en el Maresme, con un 53,78%, mientras que en el Baix Camp y en el Vallès Oriental los partidos independentistas obtuvieron menos del 50% de los apoyos, pero superando el 'bloque del 155', ya que el resto de votos fue a parar a las listas de los comuns (que evitan ubicarse en ninguno de los dos bloques).
Si bien es cierto que en algunas de estas zonas Ciutadans ganó las elecciones, no lo hicieron los partidos unionistas en su conjunto. Es el caso del Baix Camp y el Vallès Oriental, donde la fuerza más votada fue Ciutadans, pero los partidos del 155 se vieron derrotados por los partidos independentistas. Ahora bien, en el caso del Alt Penedès y el Maresme no ganó ni el unionismo ni Arrimadas. En las dos comarcas barcelonesas ganó la lista de Puigdemont y el independentismo superó el 50% de los votos.
El caso más simbólico es el de Barcelona, la capital del país. Si bien ganó Ciutadans con el 23,94% de los votos, las tres candidaturas republicanes se impusieron con el 45,78% del escrutinio a las tres fuerzas "constitucionalistas", que reunieron el 43,47%.
Además, un mapa más amplio de Tabàrnia, impulsado también por la plataforma Barcelona is not Catalonia, incluye algunas otras comarcas como el Alt Camp, donde ganó el independentismo con más de un 61%, y partes de la Selva, el Bages y la Anoia, que se dividirían entre la comarca "española" y la "catalana".
El independentismo crece en feudos unionistas
No solo el mapa de Tabàrnia es irreal, sino que además las elecciones del 21-D han servido para romper otro de los mitos más extendidos, junto con el de que los abstencionistas eran unionistas: el voto independentista ha crecido sobre todo en Tabàrnia. De los 100.000 nuevos votantes independentistas respecto de las elecciones del 27-S, 65.883 han sido electores de la demarcación de Barcelona y 13.767 de la demarcación de Tarragona.
En el caso de la circunscripción de Tarragona, el voto independentista también ha crecido porcentualmente a pesar del aumento de la participación, pasando del 49,02% al 49,5%. En cambio, la suma de Ciudadanos, el PSC y el PP ha tenido que conformarse con el 43,67% de los sufragios. En la demarcación de Girona la alianza republicana ha retrocedido casi un punto porcentual (-0,94%).
Esta tendencia también se ha podido observar en las principales ciudades del país. En varios municipios del área metropolitana de Barcelona, feudos tradicionales del unionismo, el voto ha crecido en votos y porcentualmente respecto de las elecciones del 27-S. Es el caso de Badalona (+1,67%), Cornellà de Llobregat (+1,55%), L'Hospitalet de Llobregat (0,95%), El Prat de Llobregat (+1,7%) o Sant Vicenç dels Horts (+1,47%). El caso más extremo es el de Badia del Vallès, el municipio menos independentista de Catalunya, donde ha subido 3,74 puntos, del 14,6% al 18,34%.
En el lado contrario están los principales feudos del independentismo donde estas fuerzas han mostrado retrocesos más notables. En Manresa los partidos independentistas han sumado un 0,21% menos; en Girona, un 0,59% menos; en Vilafranca del Penedès, un 0,88% menos; en Vic, un 1,39% menos; en Igualada, un 1,53% menos, y en Figueres dos puntos menos.
Marcando la agenda
A veces la agenda de los medios ya viene marcada por las circunstancias de su entorno, pero otras veces son los medios los que la crean aprovechando su poder. Es la teoría de la agenda-setting, según la cual los medios de comunicación de masas aprovechan su enorme influencia sobre los usuarios para determinar qué asuntos son informativamente relevantes. Parece exactamente lo que ha pasado con eso de Tabàrnia. De la noche, al día los grandes medios españoles han empezado a hablar de ello, para profundizar en la idea de la fractura social en Catalunya.
Aprovechando la iniciativa virtual, el diario El País asegura que "el análisis de los resultados de las elecciones del 21-D muestra un apoyo muy superior al independentismo catalán en las provincias de Girona y Lleida que en las de Barcelona y Tarragona", y que "la diferencia es de casi 20 puntos porcentuales entre Barcelona y Girona". 20minutos.es llega a hablar de "la zona de Barcelona y Tarragona que no quiere formar parte de Catalunya".
Por su parte, Libertad Digital señala que la Catalunya más independentista es la "más rural" y hace suyas las reivindicaciones: "Los argumentos secesionistas de los tabarnistas parten de realidades que cuecen al separatismo, por ejemplo se denuncia que el voto de un barcelonés vale la mitad que el de las zonas más independentistas". En El Independiente reversionan algunos supuestos argumentos independentistas y sostiene que el objetivo de Tabàrnia es "poner delante del espejo al independentismo catalán".
Se han hecho eco los principales medios españoles. También han alimentado el debate los dos principales diarios editados en Barcelona, La Vanguardia i El Periódico.
Pero no solo los medios han sacado rédito de esta ocurrencia, sino que algunos políticos unionistas también han aprovechado para poner el dedo en la llaga. Empezando por la lista ganadora el 21-D, Ciudadanos. Su candidata, Inés Arrimadas, compartía un artículo sobre "qué es Tabàrnia" y añadía: "El nacionalismo defiende una Catalunya homogénea y choca fácilmente contra sus propias contradicciones".
Lo mismo hacía el presidente del partido, Albert Rivera, que con el mapa inventado e irreal decía que "si los nacionalistas alegan el inexistente derecho a dividir, cualquiera puede hacerlo".
El número dos de Rivera en el Congreso, Juan Carlos Girauta, recogía una entrada del portal ultra Dolça Catalunya: "Tabàrnia sí: es el momento de descomarcalizar Catalunya". En el post se dicen cosas como esta: "Hay una Catalunya currante libre de nacionalismo que financia la Catalunya lanuda, y encima decide menos".
La Tabàrnia real
Si tomamos el escrutinio del 21-D, enfrentando a los bloques independentista y unionista en todos los municipios de Catalunya, el mapa que sale es muy diferente del que difunde el unionismo.