“Se acuerda el restablecimiento de la normalidad en los puestos fronterizos de Melilla y ahora también de Ceuta”. La frase la pronunció Pedro Sánchez el 7 de abril de 2022 desde Rabat, después de reunirse con el rey de Marruecos, Mohamed VI, y certificar el inicio de una “nueva andadura” entre ambos países. Fue el día que el presidente español viró la postura tradicional española, aceptó la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental y apoyó el plan de autonomía marroquí como la base “más seria, creíble y realista” para alcanzar una solución al conflicto. La principal contrapartida fue la apertura de la aduana con Melilla, cerrada unilateralmente por Marruecos en agosto de 2018, y la apertura de una nueva aduana en Ceuta. Y ambas cosas habían quedado pendientes desde entonces. A lo largo de 2023, se produjeron tres pruebas piloto de intercambio comercial y hace un año la Moncloa verbalizó que, por su parte, estaba “todo listo” para el restablecimiento efectivo (lo dijeron el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y el mismo Pedro Sánchez, ambos desde Marruecos en diciembre del 2023 y febrero del 2024, respectivamente). Todo dependía de Marruecos, que tenía que subsanar algunos problemas técnicos. Y parece que ahora se vislumbra la luz al final del túnel: La Moncloa está trabajando con Marruecos a la “mayor velocidad posible” para conseguirlo, según ha defendido esta semana la delegada del Gobierno en Melilla, Sabrina Moh.
El tema ha vuelto a la agenda política después de que El Faro de Melilla, citando “fuentes empresariales”, publicara el miércoles que las condiciones marroquíes para la reapertura de la aduana comercial son que el país magrebí introduzca en Melilla sus “áridos, frutas, verduras y pescados” y que, a cambio, desde la ciudad autónoma, puedan salir “productos que determinarán las autoridades marroquíes” en función de criterios que “no se han dado a conocer”. “Los marroquíes estarían buscando que solo puedan pasar por la aduana productos elaborados en Melilla mediante un acuerdo de carácter regional y en modo alguno abrir el trasiego comercial a cuantas mercancías se quieran importar desde aquel país a través de la ciudad”, añadía la noticia.
Sin embargo, posteriormente, la delegada del Gobierno en Melilla, Sabrina Moh, salió al paso de esta publicación: lamentó que se difundan “informaciones no contrastadas en determinados medios de comunicación” y aseguró que el Gobierno está trabajando con Marruecos para reabrir la aduana comercial a la “mayor velocidad posible” y con “todas las garantías”. Asimismo, El País añadió nuevos elementos encima de la mesa a partir de “fuentes conocedoras de la negociación”, que negaron las condiciones adelantadas por El Faro de Melilla y señalaron que, aunque la parte marroquí lo planteó en su momento, la delegación española rechazó de plano que los comerciantes melillenses solamente puedan vender los productos que se fabrican en Melilla.
Según las mismas voces, la parte marroquí podrá exportar productos frescos (frutas, legumbres y pescados) y áridos y la parte española, “productos de higiene y limpieza y productos electrodomésticos y electrónica” (estos últimos no se fabrican en Ceuta o Melilla). Además, el mismo medio detallaba que el flujo comercial se limitará a un camión diario en ambos sentidos en las dos aduanas, que no se permitirá el cruce ni de camiones articulados, ni de remolques, ni de furgonetas y que la aduana solo abrirá los días laborables de diez de la mañana a cuatro de la tarde. Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación no ha querido ni comentar ni desmentir estas informaciones.
El presidente de Melilla denuncia que la ciudad “perdería soberanía política”
¿Cuáles son las preocupaciones del gobierno de Melilla? La ciudad autónoma está gobernada por el Partido Popular y presidida por Juan José Imbroda, que ha mostrado su “rechazo rotundo” a un tránsito comercial desigual. Considera que al Gobierno “no se le podría haber ocurrido nunca una medida peor contra Melilla” y esgrime que imponer condiciones diferentes tendría consecuencias para la ciudad: “Melilla sería la gran perjudicada, perderíamos soberanía política con respecto al comercio exterior porque se consideraría como una ciudad marroquí más”, ha lamentado en declaraciones a los medios de comunicación. “Se le podrían vender los productos que Marruecos quisiera y se le podrían comprar los productos que Marruecos quisiera, y eso quiere decir que la aduana comercial de Europa quedaría completamente anulada”, ha añadido. “Los comerciantes de Melilla no podrían vender a Marruecos sus productos importados, solamente los productos que se fabricaran en Melilla, es decir, ninguno”, ha concluido.
La delegada del Gobierno niega que “Marruecos ponga unas normas y España las acate”
¿Qué contestan desde la Moncloa? “Ese mensaje, por más que se repita, no es real”, ha replicado la delegada del Gobierno en Melilla, Sabrina Moh, que ha negado rotundamente que “Marruecos ponga unas normas y España las acate”. Asimismo, ha confirmado que el proceso de apertura será gradual: “El objetivo es conseguir la plena normalización a través de una serie de fases, no existe ningún tipo de imposición”, ha asegurado en declaraciones a la Televisión de Melilla. “La aduana comercial ahora no es como la que teníamos antes, estamos hablando de una aduana comercial del siglo XXI entre dos países, un país europeo y un tercer país”, ha añadido. Por su parte, la delegada del Gobierno en Ceuta, Cristina Pérez, ha pedido “paciencia” y ha reiterado que “se va a garantizar la plena normalización de la circulación de personas y mercancías, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero”.
Los empresarios de Melilla mantienen la cautela
“Lógicamente, si esto es así, que va a permitir Marruecos que se pase todo lo que se quiera a Melilla y no va a permitir nada en el otro sentido, estamos totalmente en contra”, ha defendido el presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla (que agrupa a empresarios, hosteleros y agentes de aduana de la ciudad), Enrique Alcoba, que ha optado por mantener la prudencia hasta que haya una confirmación oficial y ha reconocido que no sabe “hasta qué punto ese rumor es real”. “Algo tendrá que decir el Gobierno de España para defender los intereses de Melilla y Ceuta, porque no se puede poner la cara todo el tiempo. No puede ser que Marruecos pueda traer sus productos y Melilla, nada”, ha remachado. Los empresarios quieren que la frontera esté abierta en los dos sentidos para que puedan “trabajar todos de un lado y de otro”, pero admiten que, para estar en una situación descompensada, “es mejor que la frontera esté cerrada en las dos direcciones”.