El día que tomó posesión de su cargo, Quim Torra renunció a ponerse la medalla de president para evidenciar la excepcionalidad que bañaría la legislatura que entonces se estrenaba, la XII. Un año después, y a pesar de los vaticinios que desde el minuto uno daban su mandato por agotado, se mantiene al frente del Govern. Y sigue siendo el blanco de todas las críticas. Él, sin embargo, avisa de que "no me he sentido nunca un president provisional ni me siento ahora". Este martes, Torra ha hecho balance de la obra de su ejecutivo a lo largo de este primer año bajo la máxima "Un país en marcha, un país a punto". En marcha porque "hemos recuperado las instituciones después del 155 y hemos seguido con la dinamización económica tras la crisis". Y "a punto para vivir en libertad".

Quim Torra 1 año de gobierno - Sergi Alcàzar

Con un fajo de cifras bajo el brazo, el president ha presumido de datos económicos: crecimiento del 2% del PIB, disminución del paro en un 2,6%, aumento del empleo un 2,7%, incremento de la creación de empresas más de un 4%, sexto año que sube la producción industrial y octavo año seguido batiendo récords de exportación. Unos números que, según Torra, "permiten calificar este año de positivo y ser optimistas de cara al futuro".

Al mismo tiempo ha sacado pecho de haber sido "el primer gobierno que ha conseguido cumplir las injustas imposiciones del déficit", cosa que ha permitido a la Generalitat salir del Fondo de Liquidación Autonómica (el famoso FLA). Todo ello, ha resaltado, a pesar de los "obstáculos permanentes en la vida civil y económica que son un lastre no sólo para los independentistas, sino para los 7,5 millones de catalanes". Unas trabas endémicas que ha aprovechado para recordar: déficit fiscal (8%), déficit crónico de inversión en infraestructuras -por ejemplo en relación al corredor mediterráneo, Cercanías, puertos y aeropuertos- y la "política de recentralización, gobierne quien gobierne".

Diálogo vs. represión

Obviamente, no todo han sido números. "Nos sentimos herederos del Govern Puigdemont-Junqueras", ha defendido Torra, que ha hecho gala de la actitud dialogante de su gobierno, "extendimos la mano al Estado desde el primer momento". El president ha recordado que después de dos reuniones con Pedro Sánchez, una en Moncloa el 9 de julio y la otra en Pedralbes el 20 de diciembre, "llegamos hasta el punto de plantearnos cómo avanzar en un diálogo efectivo con la figura de un relator". Sin embargo ha lamentado que "este diálogo no ha sido posible porque alguien se levantó de la mesa y no fuimos nosotros".

Siguiendo aquel hilo, el president ha dirigido un mensaje a Pedro Sánchez, "le pido coraje para afrontar el reto de dialogar sobre el derecho a la autodeterminación" y "que vuelva a la mesa del diálogo, allí donde lo dejamos, con una hoja donde a un lado están las pretensiones del gobierno de Catalunya y en la otra la propuesta del Gobierno; y que esté la figura del relator".

El caliz dialogante lo ha brandado también para conseguir aprobar los presupuestos de 2019 que su ejecutivo guardó en el congelador ante las pésimas expectativas que tenían para encontrar apoyos a las puertas del ciclo electoral. "Esperemos ver como se cierran estos pactos para plantearnos la negociación de los presupuestos para ver si ahora sí, cerrados los pactos postelectorales, nos damos cuentas de que por sentido de responsabilidad debemos aprobarlos", en un claro mensaje a los comunes. 

Del mandato del 1-O al del 21-D

"Puihgdemont sigue siendo el president, pero ha decidido que para internacionalizar la voz de Catalunya lo mejor es estar en el Parlamento Europeo", ha afirmado el president. Eso sí, así como cuando arrancó la legislatura el president dejó claro que él se debía al mandato del el 1-O, hoy no ha hecho mención. Hoy, Torra ha explicado que "yo tengo un mandato, el del 21-D", es decir, el del resultado de las elecciones que convocó Rajoy después de haber aplicado el 155. Hoy, Torra casi no ha hablado de República -sólo cuando se le ha preguntado-, sino de la necesidad de alcanzar un referéndum pactado.

Torra se ha quejado de que "la represión ha continuado hasta el día de hoy", y ha puesto como ejemplo la intervención este martes de las conclusiones de la Fiscalía para volver a denunciar "el juicio farsa". En este sentido se ha mostrado confiado de que "sabremos dar una respuesta de país" si la sentència,que se conocerá en octubre, no es absolutoria. Esta misma tarde el jefe del ejecutivo se reunirá con los presidentes de Òmnium Cultural y de la ANC.

Ante la intensa rumorología sobre si avanzará elecciones o acabará los cuatro años de mandato, Torra ha advertido que "no tengo previsto convocar elecciones", aunque ha reconocido que la sentencia del juicio al procés será un "punto de inflexión" y que precisamente por eso ha empezado la ronda de contactos con las entidades, para conocer qué alternativas proponen para dar respuesta. Y la ANC pedirá elecciones. 

Avisa a ERC que no flirtee con Colau

Preguntado directamente sobre si una hipotética alianza entre ERC y los comunes, entre Maragall i Colau, que deje fuera a JxCat en el Ayuntamiento de Barcelona, Torra ha sido tajante. "Ante una operación de Estado para evitar que haya un alcalde independentista en Barcelona tenemos que dar una respuesta de país y por lo tanto tiene que haber alcaldes independentistas y gobiernos independentistas".

Un año después, en el horizonte de la legislatura catalana siguen avistándose aires de tormenta. Por la sentencia del Supremo contra los líderes independentistas. Y de forma más inmediata, por los inminentes pactos postelectorales para gobernar los ayuntamientos. Ojo.