Casi diez meses después de haber empezado a andar, el gobierno de Quim Torra ha vivido este lunes su primera renovación. Se marchan dos de las mujeres fuertes del ejecutivo: Elsa Artadi, a quien el presidente de la Generalitat ha definido como "apoyo imprescindible, para mí que son nuevo" y "pieza fundamental para hacer funcionar los engranajes"; y Laura Borràs, en palabras de Torra, "la súper consellera". En su lugar llegan Mertixell Budó y Mariàngela Vilallonga, "dos mujeres de trayectoria contrastada y sólida".
Tanto Artadi como Borràs se van para encabezar, de facto, las candidaturas de JxCat en Barcelona y en el Congreso, por detrás de dos presos políticos, Quim Forn y Jordi Sànchez. Es en este sentido que hay que interpretar una de las frases que el presidente de la Generalitat ha pronunciado durante su discurso de agradecimiento a las conselleres salientes y de bienvenida a las nuevas incorporaciones, justificando que se marchen dos de los pilares de su ejecutivo. "El país necesita que reforcemos todos los frentes durante los próximos meses", ha sentenciado. Y ha añadido que "no han sido meses fáciles ni suaves, palabras que hace tiempo que ya no forman parte de la política catalana como consecuencia de la represión."
Ha sido durante la alabanza del presidente a la figura de la exconsellera de Cultura Laura Borràs que ha verbalizado las razones que le han llevado a embrancarse con vehemencia en la batalla contra la Junta Electoral en defensa de los símbolos y de la libertad de expresión. Una reacción, por cierto, que le ha costado ya una querella por desobediencia. Refiriéndose a Borràs, Torra ha afirmado que "vemos la política igual, no es sólo para gestionar, sino para encender conciencias". Durante el toma y daca con Madrid por las pancartas de las sedes de la Generalitat, muchos consellers han discrepado de la actitud del president. Borràs ha sido de las pocas que le ha respaldado hasta el final.
Recuerdo para los consellers legítimos
Durante su intervención en el acto de toma de posesión de las conselleres, que ha contado con la presencia del presidente del Parlamento Roger Torrent y la mayoría de consellers del Gobierno, Torra ha tenido un recuerdo especial para Jordi Turull y Lluís Puig, a quien él intentó nombrar como consellers pero que la justicia española se lo prohibió. Ha explicado que ha abordado los relevos y las propuestas de nuevas conselleres con ambos, "que ahora se encuentran afrontando un juicio farsa o en exilio". "Quiero enviarles un fuerte abrazo", ha dicho para terminar.
Budó, farmacéutica y exalcaldesa de La Garriga
Budó será la nueva consellera de Presidencia y asumirá también las tareas de portavoz. Nacida en Barcelona en 1969, es licenciada en Farmacia por la Universidad de Barcelona y master en Industria Farmacéutica por el Centro de Estudios Superiores de la Industria Farmacéutica. Desde 2007 ha sido alcaldesa de La Garriga, cargo al cual renunció este domingo. Del círculo de confianza de Jordi Turull, Budó es también miembro fundacional del Consejo por la República.
La nueva consellera ha protagonizado la anécdota de la mañana. Una vez ha prometido el cargo ha vuelto a la hilera de invitados, en vez de situarse al lado del resto de consellers.
Vilallonga, una independiente y la apuesta personal de Torra
Aunque encima de la mesa se habían puesto otros nombres como el de Àngels Ponsa, el presidente de la Generalitat ha apostado por Mariàngela Vilallonga. Filóloga con una larga trayectoria en el Instituto de Estudios Catalanes, entidad que vicepreside desde hace unos meses. En el año 2016 la Generalitat le otorgó la Cruz de Sant Jordi.
Mascarell, el relevo pendiente
Con todo, todavía queda un relevo pendiente en el Gobierno, el del delegado en Madrid, Ferran Mascarell. El exsocialista, a quien fichó Artur Mas como conseller de Cultura y que ha repetido en los ejecutivos Puigdemont y Torra, se marcha de número 4 en la lista de Junts per Catalunya que encabezan Quim Forn y Elsa Artadi por Barcelona.