Paso adelante. El president de Generalitat, Quim Torra, ha cerrado su primer mensaje institucional de Fin de Año con un llamamiento contundente a la ciudadanía para continuar el camino recorrido por el proceso independentista: "Los catalanes seremos lo que queramos ser. Pero el futuro lo tenemos que construir desde hoy. Preparémonos para el año de la libertad, que ya se acerca".

El mensaje ha sido grabado por TV3 en el salón Verge de Montserrat del palau de la Generalitat. El president ha comparecido flanqueado por la bandera catalana, un pomo de flores amarillas —en clara alusión simbólica a los presos políticos y exiliados— y, al fondo, un cuadro con la figura de Sant Jordi.

Como no podía ser de otra manera, Torra ha iniciado su parlamento con la denuncia de la situación de los presos políticos y exiliados a raíz del referéndum del 1-O y la declaración de independencia fallida: "Su exilio y su prisión son nuestro exilio y nuestra prisión; su libertad será nuestra libertad", ha subrayado.

Torra ha calificado de "gravísima" la situación política que deja el 2018. Sin embargo, lejos de transmitir desánimo, ha llamado a "la lucha constante para mantener la esperanza y la autoconfianza".

Al hilo de una cita del senador norteamericano Robert Kennedy, asesinado ahora hace medio siglo —"Solo aquellos que se atreven a arriesgar mucho pueden conseguir mucho"— y con el punto de mira en el juicio a los líderes independentistas en el Tribunal Supremo, Torra ha asegurado que el 2019 "tiene que servir, precisamente, para realizar el mandato democrático de libertad, para sublevarse ante la injusticia y para hacer caer los muros de la opresión".

Torra ha justificado un punto y seguido en el proceso independentista porque el 80% de la sociedad catalana, "capaz de tejer grandes consensos sociales, lo pide". Lo ha concretado en tres factores: republicanismo, rechazo a la represión penal del independentismo y referéndum: "somos y nos sentimos republicanos", "no aceptamos la represión penal para resolver cuestiones políticas y democráticas" y "queremos ejercer nuestro derecho a la autodeterminación".

Mensaje al Estado: diálogo creíble

Si bien hace pocos días el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, rechazaba el documento de 21 puntos que Torra le entregó en la reciente cumbre de Pedralbes para poner en marcha una negociación política, el president ha reiterado el ofrecimiento de diálogo y negociación, pero también "la necesaria mediación internacional".

"Hace falta que el Estado tenga voluntad de encarar un diálogo creíble, sincero y valiente para una solución democrática y política", ha precisado Torra, con lo que ha abierto el abanico de las posibles salidas al conflicto negociadas con el Estado.

Unidad del independentismo y la izquierda

Torra también ha mirado el momento del independentismo —las diferencias estratégicas entre sectores de JxCat, el PDeCAT, ERC y la CUP— y el papel de las fuerzas que dan apoyo a la autodeterminación —los comuns— para invocar la necesidad de mantener la unidad. Lo ha hecho en vísperas de un año que estará marcado por el juicio del 1-O y las elecciones municipales y europeas. "Nos tenemos que exigir ser más fuertes en la unidad".

El president ha puesto sobre la mesa la agenda mínima a partir de la que el independentismo y los demócratas tendrían que restablecer los consensos. Así, ha hablado de la necesidad de "velar para aislar y denunciar la extrema derecha y el fascismo" y de hacer frente al juicio del 1-O recordando que el 80% de los catalanes considera que los miembros del Govern y del Parlament y los líderes sociales encarcelados preventivamente, en algunos casos, desde hace más de un año "son inocentes, cumplieron con lo que les pedíamos y hace falta que vuelvan a casa".

Tomar de nuevo la iniciativa

Torra, que en otras intervenciones públicas se ha mostrado partidario de aprovechar un nuevo momentum para reactivar el proceso independentista y la república, ha esbozado una nueva fase de actuación. Sin abandonar la protesta y la denuncia "a los cuatro vientos" sobre la existencia de presos y exiliados políticos en pleno siglo XXI "en Catalunya, en el corazón de Europa", ha propuesto "tomar de nuevo la iniciativa" para ganar la "libertad colectiva", asegurando así la "libertad personal".

El president ha citado la figura de Josep Pallach, fundador del PSC-Reagrupament, en un claro guiño a los sectores autodeterministas del socialismo y la izquierda catalanista: "Ningún ciudadano es libre si su pueblo no lo es". Y ha ampliado el perímetro del llamamiento a la CUP y a los comuns ligando la lucha por los derechos civiles y sociales, la defensa de los derechos humanos y la de la autodeterminación: "Dejemos atrás las desconfianzas, las diferencias que nos puedan separar," ha pedido.

Torra ha repasado los buenos datos económicos del 2018, que han desmentido las profecías más apocalípticas sobre los efectos del procés —20 trimestres continuados de crecimiento del PIB y más de 60 meses de disminución interanual del paro—. Sin embargo, ha rehuido los triunfalismos y ha insistido en religar el proyecto republicano con los derechos sociales: "El motor de cambio republicano de nuestra sociedad son los derechos sociales de todos".

 

 

Leyes sociales tumbadas por el TC

El president ha anunciado que el primer Consell Executiu del año activará la tramitación legislativa de las leyes sociales que fueron suspendidas por el Tribunal Constitucional. Torra aplica así una de las medidas de su discurso de investidura, del 15 de mayo pasado, en el que se comprometió a recuperar 16 leyes del Parlament tumbadas por el TC, entre las que figuran la de desahucios y pobreza energética.

"Que el año 2019 nos haga renacer la esperanza", ha pedido el president, y ha expresado su confianza en que el pueblo de Catalunya "sabrá encarar" un año que será "decisivo" para todos. Un año que quiere afrontar "con la determinación del primero de octubre y la fuerza colectiva de dignidad del 3 de octubre". Torra, que ha invocado las "banderas" de "la democracia, la justicia y la no violencia", ha subrayado así la vigencia del referéndum y la movilización social contra la represión, más allá del perímetro del independentismo.