Trabajar por la República y la Constitución catalana de manera incansable. Este ha sido el compromiso que este sábado ha expresado el candidato a la presidencia de la Generalitat, Quim Torra, en la apertura del pleno de investidura. Torra, el cuarto candidato que JxCat presenta para la investidura, ha protagonizado un discurso de tres cuartos de hora en que ha subrayado la provisionalidad del gobierno que tendrá que encabezar y la excepcionalidad del momento.
"Yo hoy no tendría que estar aquí. Hoy aquí, ahora, tendría que estar el president legítimo de Catalunya, Carles Puigdemont y a él le tendrían que acompañar todos los presos políticos y exiliados que tampoco pueden estar aquí", ha recordado tan pronto ha tomado la palabra.
Ha sido un discurso de una profunda carga política, a pesar de que más corto de lo que es habitual, en que se ha ahorrado el habitual listado telefónico con propuestas y ha centrado el hilo conductor de la intervención en la excepcionalidad política del momento y en el compromiso de hacer República.
Para ilustrar la necesidad de superar la situación política, Torra ha recurrido a Joan Fuster - "toda política que no hacemos nosotros será hecha contra nosotros" - y ha advertido que hoy la democracia en Catalunya está cuestionada por la existencia de presos y exiliados, porque se investiga a profesores y maestros, cómicos y periodistas, porque el derecho de un pueblo a la autodeterminación está perseguido y amenazado.
"Nada será normal en nuestra casa hasta que no recuperamos las instituciones y la democracia", ha alertado.
Después de asegurar que nadie está "tan dolido" como él por haber llegado a este pleno de investidura, ha repasado las cuatro investiduras previas que se habían intentado llevar a cabo para demostrar "hasta qué punto se han vulnerado y conculcado derechos". Ha recordado el intento de investir a Puigdemont, los dos de Jordi Sànchez y el pleno para investir a Jordi Turull. "¿Alguien se puede llegar a imaginar que en un país europeo en medio de un debate se ponga el candidato a la prisión?", se ha preguntado.
Desde la tribuna de invitados seguían la intervención algunos de los familiares de los presos. También el expresident Artur Mas y los expresidentes del Parlament Ernest Maragall y Núria de Gispert, así como la familia del candidato.
Torra ha garantizado que JxCat no se moverá de su voluntad de investir a Puigdemont. "Persistiremos insistiremos y lo investiremos. Esta es una de las ideas centrales", ha asegurado, a la vez que ha insistido que es con esta circunstancia de provisionalidad que ha aceptado asumir la investidura, y para la cual hay que poner en marcha el Goven fuerte para encarar el proceso de transición.
A partir de aquí, el plan de Govern que ha desplegado esta mediodía delante del hemiciclo gira alrededor de dar una traducción política a los resultados del 1-O y el 21-D de "construir un Estado en forma de República" tan pronto como se levante el 155. "No tendremos ninguna excusa", ha asegurado.
"Haremos República"
"¿Qué haremos? Haremos República", ha insistit. El candidato ha evocado un republicanismo entendido como sociedad que tiene la igualdad y la libertad como eje central de sus políticas y en la cual "la nación se convierte en un plebiscito",
"Impulsaremos un proceso constituyente, participado por la ciudadanía, esperamos que ocurra un gran debate ciudadano sobre el futuro de nuestro país", ha explicado como resultado del cual tiene que surgir la Constitución de Catalunya. "¿A quién puede hacerle miedo que nuestro país se construya sobre la máxima radicalidad posible?", se ha interrogado.
Ha insistido en diferentes ocasiones que el nuevo Gobierno está sujeto a la provisionalidad de la situación actual, y que su estructura se basará en la Asamblea de Cargos electos en el interior y el Consejo de la República en el Espacio Libre de Bruselas.
En este punto, pero ha recordado que en los próximos meses se producirán los juicios contra los dirigentes independentistas encarcelados. Todos tendremos que estar a la altura. Sepamos hacernos dignos que el sacrificio tantos no sea en vano", ha reclamado.
El "segundo gran momento" serán las municipales, ha asegurado, que tendrán que servir para reforzar el procés contar con los municipios para hacer república.
Dentro de este plan de Govern, el candidato ha subrayado que la primera prioridad sin duda restaurar instituciones catalanas. "Es urgente, rectificar, reparar y restituir después de unos meses en que hemos asistido estupefactos a recorte de derechos contra todo tipo personas y colectivos," ha lamentado.
Torra ha subrayado la necesidad de combatir el recorte de competencias, la intervención de las finanzas y el ahogo del autogobierno con una financiación ineficiente y un déficit estructural de inversión.
Al hilo de esta voluntad de recuperar la legalidad y reparar los daños causados a la ciudadanía ha situado el nombramiento del comisionado del 155 que dependerá del departamento de Presidencia, así como la retirada de la denuncia de la Generalitat, bajo el mandato del 155, contra los impulsores del 9-N. En este punto, ha querido hacer un reconocimiento del trabajo del presidente Artur Mas y las conselleres Irene Rigau y Joana Ortega y el conseller Francesc Homs, que ha provocado un aplauso de los escaños independentistas hacia Mas que seguía el debate desde la tribuna de invitados.
Llamamiento al diálogo en el Estado y la UE
El candidato, sin embargo, ha dirigido también un llamamiento al diálogo al Estado y a la UE, y lo ha hecho en castellano e inglés. Ha apelado directamente al rey Felipe VI, del cual ha recordado sus palabras al Parlament el 21 abril 199 - "Catalunya será lo que los catalanes quieran que sea" - para advertir acto seguido: "Majestad, así no".
Al presidente español, Mariano Rajoy, le ha reclamado sentarse en una mesa a negociar. "Estamos dispuestos a hablar mañana mismo, tenemos necesidad urgente de reconducir la política a la política. No renunciamos a nada, ni siquiera a hablar," ha asegurado.
La tercera apelación ha sido al presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, a quien ha recordado que "el pueblo catalán espera una mediación de la política europea", cuando hay dirigentes políticos y sociales que se enfrentan a penas de 30 años de prisión.