"El norte es crear puestos de trabajo y el gasto social" era la consigna que repetía el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, este miércoles desde la tribuna del Congreso para pedir el apoyo de la cámara a los presupuestos de 2017. La frase parecía un guiño a otro norte, el de España, donde el gobierno de Mariano Rajoy y el vasco han cerrado un acuerdo que garantizará al primero el voto afirmativo de los 5 diputados del PNV para superar el primer trámite del debate de enmiendas. A cambio, Moncloa se compromete a devolver a Euskadi 1400 de los 1600 millones que el segundo reclamaba por la liquidación de la cuota vasca desde 2007, además de reducir en 500 millones de aportación del País Vasco a las arcas del Estado, este año.

La cuota es una ley quinquenal, encargada de fijar el dinero que Euskadi tiene que enviar a Madrid cada año, en concepto de competencias no transferidas –deuda autonómica, mantenimiento de instituciones comunes (Cortes, ministerios, Casa Real), infraestructuras, o Defensa-. Esta había caducado, de manera que se tenía que renovar para el 2017-2022 y las partes querían hacer creer que ello quedaba al margen de la negociación presupuestaria –lo dijo así Montoro el viernes y también, el portavoz vasco Josu Erkoreka-.

Pero la realidad era que con el estallido del alud de corrupción en el Partido Popular, los jeltzales querían un acuerdo jugoso para justificarlo ante su electorado. La negociación ha sido intensa y contrarreloj, ya que de no alcanzar los 175 votos afirmativos –de Partido Popular, Ciudadanos, Coalición Canaria y ahora también PNV– la legislatura del popular podría haber quedado en jauqe. El primer escollo, si bien, emergia porque la lehendakaritza venía quejándose de que había pagado de más al Estado entre el 2007-2016, unos 1600 millones extra de liquidación desde el 2011. De estos, Moncloa le devolverá 1400.

En el capítulo inversiones, se incluye una cronología para terminar la "Y vasca", que estará concluida en 2023 y alcanzará la conexión con la frontera francesa en 2025, según el pacto. Además, el PNV ha logrado un compromiso del Gobierno en materia de competitividad para que las factura eléctrica sea menor para las empresas, así como acuerdos en I+D+i, mejorar la relación entre las administraciones y, en materia de Seguridad, con la Ertzaintza. 

En lo que no habría cedido Rajoy es en el método para calcular la cuota, que desde 1982 está fijado en el 6,24% –se supone que es el peso de la economía de Euskadi en el conjunto del Estado. La lehendakaritza exigía que se fijara un método estático para el cálculo –y que Moncloa no pudiera sumar y restar partidas según sus necesidades de crédito. Euskadi reclamaba devolver sólo 850 millones de euros, en vez de los 1200 que estipulaba el ministro Montoro en la ley presupuestaria presentada. Saldrán ganando, porque finalmente esta cuantía será de 956 millones, 540 menos que en el 2016.

Ante el estallido de la noticia a medio debate, Montoro se ha limitado a elogiar desde la tribuna del Congreso la "buena disposición" de los vascos, conforme el portavoz del PNV, Aitor Esteban, entraba casi huyendo de la prensa em la cámara. Más tarde, Esteban ha calificado como "bueno" el acuerdo, asegurando que "no va contra nadie, ni perjudica a nadie", además de añadir que no asegura el presupuesto de Rajoy para 2018. Por su parte, el consejero vasco de Hacienda, Pedro Azpiazu, asegura que se cierran "diez años de incertidumbre financiera" entre los dos ejecutivos.

Rajoy, como si la cosa no fuera con él, ha repetido las consignas de Montoro sobre que no habría que aumentar los impuestos porque la reducción del déficit garantizaría crecimiento. "Este presupuesto sirve para que haya más crecimiento económico, somos los que más crecemos de Europa. Eso dará lugar a un aumento importante de la recaudación, para invertir en cuestiones sociales, educación y sanidad. Espero que podamos aprobarlo y pronto nos pondremos a trabajar en los de 2018" ha expuesto conforme salía del hemiciclo, haciéndose el encontradizo con el primer año de la legislatura amarrado. De momento.