El Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, decía en 2009 que la Gürtel era una trama "contra el PP" y no "del PP". El líder del partido compareció frente a los medios para aclarar las diferentes detenciones e imputaciones que había ordenado el Juez Garzón.
Rajoy, entonces líder de la oposición, centró su discurso en victimizar al partido y prometer su "honorabilidad". Aseguró que "todas las contrataciones de esta casa se han hecho en el marco de la legalidad y no hemos recibido dinero alguno". Condenó la situación porque se le estaba haciendo un "enorme e irreparable daño a muchas personas que aparecen citadas en las informaciones."
Además, consideró que la acusación era oportunista ya que se encontraban inmersos en plena campaña de las elecciones vascas y gallegas. Rajoy se mostró también muy preocupado por la supervivencia de las pequeñas y medianas empresas, por los trabajadores autónomos y por la "profunda crisis económica que castiga con dureza a las familias españolas".
Lejos de justificar las imputaciones, acusó a La Fiscalía de un "trato diferente" a los partidos políticos, y calificó de "partidista" su actuación. Por ello, invitó al Juez Garzón a "abstenerse en la causa en beneficio de la credibilidad y de la imparcialidad de la Justícia".
Mariano Rajoy calificó la acusación de "acto obsceno", y condenó que algo así "no se puede aceptar en un país como el nuestro, que se supone que somos la octava o novena democracia del mundo". Consideró, además, que la situación hacía "un enorme daño a las instituciones y a la independencia judicial".
Para concluir la comparecencia, se mostró preocupado y se refirió a sus votantes. "Quiero que los votantes se sientan orgullosos de su partido y vamos a tratar con responsabilidad, con valentía, con justicia y con sentido común un asunto que en democracia normal no se debe producir"
11 años después de la comparecencia, la Justícia Española confirma en la sentencia del caso que el Partido Popular es "responsable civil a título lucrativo" por beneficiarse de 245.000 euros.