El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha vuelto a protagonizar un momento anecdótico, ahora cargando contra los nuevos tapones de las botellas de plástico. Los expresidentes Rajoy y Felipe González han protagonizado la primera jornada de la sexta edición del VI Foro La Toja-Vínculo Atlántico, que empezó este miércoles y acabará este sábado. En una intervención, el expresidente popular ha criticado que hay "demasiada regulación" en los países de la Unión Europea y ha dejado uno de los momentos más curiosos de la jornada y que ha provocado las risas de todos los presentes Rajoy dejó claro que no le gustan los nuevos tapones de las botellas de plástico de un solo uso, que ahora están adheridos a las botellas. Hace un mes estaba con una botellita de estas y veía que no podía... no había manera de sacar eso. Empecé a beber... me puse hecho un circo... y dije: Escucha, ¿pero estas botellas son todas...? Y ahora son todas así. Bien, esta es una regulación de la Unión Europea. Yo creo que... dificulta mucho las cosas", explicaba Rajoy ante las risas de parte del público asistente al Foro, que ha inaugurado al rey Felipe VI.
Mariano Rajoy explica los problemas que tiene para beber agua de botella desde la nueva regulación de la Unión Uropea 🐐pic.twitter.com/uND5QngafZ
— 马悟空 (@Ma_WuKong) October 3, 2024
Anécdota en Portugal
Minutos después de cargar contra los tapones de las botellas, Rajoy también recordó una anécdota que pasó en 2016, durante la celebración del 30.º aniversario de la entrada de España y Portugal en la Unión Europea; un acontecimiento en el cual también estaba António Costa como primer ministro portugués. "Al presidente Costa se le ocurrió y me lo planteó a mí. ¿Dice, escucha porque no invitamos a cenar a todos los miembros del Consejo? Cenábamos siempre allí y nos dábamos de comer de rayo. Por cierto, una de las cosas que tenías que arreglar cuando tomes la presidencia (...)" explicó entre risas.
"Pero pasó el siguiente. Eran un cocinero portugués y un cocinero español. Y el español era de Pontevedra, por cierto. Y el portugués era muy bueno (...). De lo que se trataba era de servir una cena a veintitantos personas que estábamos allí, que no parece tan difícil, ni tan complicado, ni que genere dificultados. Bien, fue una cosa terrible. Los pedimos, recuérdate, el certificado de penales a los dos cocineros. Al portugués y al español les prohibieron comprar la merluza en otro lugar que no fuera donde dijeron, yo no sé (...). Por descontado, el servicio de comidas encargado de darnos mal de comer por el Parlamento Europeo, por la Comisión o por quien fuera, por descontado, sí que era el responsable de aquello. Bien, eso forma parte de la gobernanza. Eso es una tontería, como es evidente, pero es que eso es una técnica o una manera de funcionar que a veces resulta desesperante", añadió.