Ha sido su respuesta a las tres primeras preguntas y la tónica de toda la comparecencia: "Es absolutamente falso". Hoy Mariano Rajoy ha comparecido este miércoles en la Audiencia Nacional, como testigo. Ha rebatido todas las acusaciones: ni recibió sobresueldos, ni firmó nada, ni Luis Bárcenas le entregó 25.000 euros cuando abandonaron la tesorería, ni trituró los documentos de la caja B delante suyo. En un momento de la declaración, se ha extendido un poco más, cargando contra la consistencia del extesorero del PP. "No ha habido caja B ni he triturado lo que nunca he tenido en mis manos", ha insistido. Y se ha encendido: "Es un delirio y empieza a ser una vergüenza lo que estamos viviendo". Como testigo, de la misma manera que José María Aznar, tiene la obligación de decir la verdad. En caso contrario, podría enfrentarse a consecuencias penales.
"No hay caja B, hay los papeles del señor Bárcenas, que deberá explicarlos", ha resumido Mariano Rajoy en su declaración ante el tribunal. En este sentido, el exdirigente estatal del Partido Popular ha subrayado como durante sus "cuarenta años como militante" no ha oído hablar, por parte de nadie, de la "famosa caja B". Para remarcar esta idea, ha señalado como, antes que él, todos los testimonios de altos cargos de la formación han negado su existencia. Y ha descrito como "metafísicamente imposible" que pudiera destruir los documentos de la contabilidad paralela, como le imputaba Bárcenas.
Pero pronto ha tenido que matizar sus afirmaciones. Algunos dirigentes, como Pío García Escudero, han reconocido haber cobrado sobresueldos. "Es cierto, pero también es cierto que el 95% de las personas que aparecen a los papeles de Bárcenas han afirmado que lo que se dice sobre ellos es falso. Por ejemplo, yo", ha rebatido en este sentido. Ha pedido no "poner en duda las afirmaciones del 95% de las personas que salen mencionadas", como él no lo hace con el 5% restante. Rajoy también ha asegurado no tener constancia de los donativos de empresarios al partido, porque él no se encarga "de asuntos económicos, ni de los ingresos, ni de los gastos del PP".
El exdirigente gallego ha puesto en duda el relato que ha hecho el extesorero del partido, asegurando que "primero dijo que me había entregado los papeles y después una fotocopia de la última hoja". Y ha añadido: "Ni siquiera es capaz de estar de acuerdo consigo mismo". Le ha acusado de buscar "mezclar a los demás en decisiones exclusivamente suyas y para su propio beneficio".
Ante la insistencia de los abogados, Rajoy ha advertido: "Utilizan al señor Bárcenas como argumento de autoridad y eso es peligrosísimo". Y ha remachado: "Hay gente que persevera a apuntarse con fines políticos en cosas que no son verdad".
Precisamente Luis Bárcenas pidió un careo con Mariano Rajoy --que le fue denegado-- por si sus versiones eran contradictorias, como ha acabado ocurriendo. El extesorero del PP aseguró que el expresidente era "perfecto conocedor" de la caja B y que destruyó personalmente documentación con una máquina destructora de papeles.
¿Qué se juzga?
El objeto de esta pieza es el pago de la reforma de una parte de la sede del Partido Popular, en la calle Génova 13 de Madrid, con 900.000 euros de dinero negro procedente de la caja B del partido, donde entraba dinero irregular de grandes empresas y también salían sobresueldos a los principales cargos del partido. Una contabilidad paralela que se prolongó, como mínimo, dos décadas. El juicio también busca aclarar si el PP cometió delito fiscal al no declarar las donaciones presuntamente ilegales de empresarios y si Luis Bárcenas, entonces tesorero de la formación, se quedó con una parte de ese dinero. Está previsto que el juicio se alargue hasta el mes de mayo.
¿Quién está acusado?
Luis Bárcenas es el principal acusado. Cumpliendo ya una condena de 29 años de prisión por la primera época de la Gürtel, ahora se enfrenta a cinco años más por los delitos de apropiación indebida, contra la Hacienda Pública y falsedad documental. Lo acompañan en el banquillo de los acusados al exgerente del PP Cristóbal Páez y tres responsables de la constructora que llevó a cabo las obras de Génova. Pero el PP como organización se enfrenta a una nueva condena como responsable civil subsidiario de los delitos investigados. En cambio, no se han sentado en el banquillo de los acusados, pero sí en el de los testigos, personas clave como los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy; los exsecretarios generales María Dolores de Cospedal, Javier Arenas, Francisco Álvarez Cascos y Ángel Acebes, o el expresidente del Senado Pío García Escudero, entre otros.