El presidente español Mariano Rajoy ha tenido que retrasar un día la inauguración del curso político. El acto que tenía previsto para el sábado en Pontevedra tuvo que aplazarse al domingo, para poder asistir así a la manifestación de aquel día contra el terrorismo en Barcelona. Una circunstancia, los ataques terroristas, que algunos medios ya han usado para la construcción de un relato contra el proceso soberanista, contra el referéndum del 1 de octubre. La tentación para el Gobierno español en la reanudación también es grande.
En cierta forma, en su estilo siempre mesurado y sutil, lo hizo el mismo Rajoy ayer en Pontevedra. "España no puede y no se parará después de los atentados", aseguraba, para después ligarlo a la hoja de ruta independentista: "Lo que sí tendría que suceder es que todos nos dedicáramos a los asuntos que realmente preocupan a nuestros ciudadanos". Es en este sentido que pedía "renunciar a planes de ruptura, división y radicalidad". Recordaba que el Gobierno "defenderá la soberanía nacional, la Constitución y la legalidad en Catalunya". Ahora no es el momento, vino a decir.
En el otro lado, el president Carles Puigdemont tiene claro que la hoja de ruta es la que es, que hay un referéndum previsto para el 1 de octubre. "Que la agenda política, que no tiene nada que ver con la política de seguridad, tuviera que sufrir alguna alteración sustancial por el propósito y el interés de los terroristas, creo que sería un error", defendía este domingo en una entrevista en El Nacional. En otra entrevista, la semana pasada en el Financial Times, decía que la Generalitat ya tiene más de 6.000 urnas. Según la CUP, el Ejecutivo de Puigdemont también tiene el censo con el que se votará el 1 de octubre.
El inicio del curso político catalán anticipado, el pasado 16 de agosto, quedó interrumpido al día siguiente por los atentados. Esta semana será reanudado coincidiendo con el inicio del mes de septiembre, el último antes del referéndum del 1 de octubre. Un mes que políticamente ya se preveía intenso, y que estará marcado justamente por los pasos hacia la votación: la Ley del Referéndum y la Ley de Transitoriedad Jurídica. La gestión de los ataques por parte de la Generalitat, reconocida por gran parte de la ciudadanía, es analizada por el Govern como un impacto positivo. Especialmente después de los elogios de la prensa internacional.
En Madrid se han leido el abucheo y las esteladas como "una encerrona" de la Generalitat al Rey y Rajoy
¿Atentados contra urnas?
Hasta el momento, tanto Mariano Rajoy como los miembros de su gabinete habían mantenido un papel muy institucional, el papel correcto al que las circunstancias obligan. Ninguna estridencia, ninguna salida de tono, ninguna declaración con intencionalidad política. Máximo respeto al trabajo de la Generalitat a través de los Mossos d'Esquadra, máxima cooperación. Pero ahora, pasado el luto, toca volver a la normalidad, coincidiendo con el inicio del curso político. Más aún después de lo que ocurrió en la manifestación de Barcelona, con el abucheo y las esteladas, que en Madrid se ha leido como "una encerrona" de la Generalitat al Rey y Rajoy.
Por ahora, el presidente español tiene previsto volver a Catalunya el día 15 de septiembre, para la escuela de verano que Partido Popular celebrará en Salou. Curiosamente, esta visita coincidirá con la fecha en que empieza la campaña unitaria por el referéndum, la del 'sí'. Está por ver sobre qué base edifica su discurso en este mes antes del referéndum. Pero ya ha advertido de que nada ha cambiado en este sentido: el Gobierno español actuará si considera necesario hacerlo.
La tentación terrorista está ahí. El relato de los atentados contra las urnas empezó a construirse ya desde las horas posteriores a los ataques por parte de determinados medios editados en Madrid, y ha crispado el ambiente en Barcelona. En medio de llamamientos a la unidad desde muchas tribunas, fue muy revelador el editorial que El País publicaba al día siguiente, en el que sostenía que "un ataque de esta magnitud tiene que ser un aldabonazo" que haga replantear a los independentistas su agenda política.
El independentismo valora cómo y cuándo aprobar las leyes del referéndum y de transitoriedad
Referéndum y desconexión
En el bando del independentismo, la intención es aprobar la Ley del Referéndum -ya presentada en sociedad al Teatre Nacional de Catalunya (TNC)- a principios de septiembre. Una posibilidad es hacerlo en el Pleno del 6 y 7 de septiembre. Con la lectura única suspendida por el Tribunal Constitucional, hay varias alternativas para aprobarla. ERC y la CUP quieren hacerlo en sede parlamentaria, a través de otros mecanismos. El PDeCAT se inclina por aprobar la norma con un decreto ley del Govern.
El calendario de la otra ley, la de Transitoriedad Jurídica, tampoco se verá afectado por los atentados. Estaba previsto que fuera presentada públicamente a finales de agosto -y se presentará este lunes- y que entrara en el registro del Parlament antes de la primera semana de septiembre. De todos modos, el debate sigue situado en si se tiene que aprobar antes o después del 1-O. A un lado, están ERC y la CUP, que quieren hacerlo antes para garantizar la "irreversibilidad" del procés. En el otro, el PDeCAT, que opta por hacerlo después.
En el momento en que se aprueben estas leyes, se iniciará el verdadero choque entre Estado y Generalitat. Todo el mundo se mantiene en su posición. De la misma forma que Puigdemont ha dejado claro que la hoja de ruta no se verá afectada, Rajoy también deja claro que "defenderán la legalidad en Catalunya". El curso político vuelve a empezar.