El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anunciado este viernes que ha presentado un recurso ante el Tribunal Constitucional para tumbar la reforma de la ley del reglamento aprobada el miércoles en el Parlament y que debía permitir la desconexión exprés. Rajoy se ha inspirado en el informe del Consejo de Estado que este jueves lo autorizó para ello y se ha decidido en Consejo de Ministros. "La sociedad catalana necesita ser protegida de un proyecto radical", es el argumento político que ha esgrimido el jefe del Ejecutivo para tomar esta medida, durante la rueda de prensa de balance del año.
El presidente ha asegurado que había informado al PSOE y Ciudadanos del recurso. "Tengo la firme seguridad de que en el grueso de las decisiones importantes y en la soberanía nacional estaremos juntos para abordar el conflicto soberanista", ha expuesto Rajoy. Fuentes de la vicepresidencia del Gobierno añaden que Soraya Sáenz de Santamaría también se ha mantenido en contacto constante tanto con la jefa de la oposición, Inés Arrimadas, como con José Manuel Villegas. Lo mismo se habría producido con Miquel Iceta, su interlocutor por el lado de los socialistas catalanes, y Patxi López, de los españoles.
El pilar que fundamenta la presentación del recurso, según ha dicho Rajoy, es el apartado donde se habla de una posible vulneración de los derechos de participación política "de la minoría parlamentaria", es decir, de la oposición, en virtud del artículo 23.2 de la Constitución y el 96 del Estatut de Autonomía. Por ese motivo, ha exigido al president de la Generalitat, Carles Puigdemont, que "cumpla con su obligación y defienda a las instituciones y los funcionarios". Aquí ha recordado el posicionamiento del letrado mayor del Parlament, quien también se habría expresado "con claridad" a la hora de deslegitimar la hoja de ruta soberanista, amparándose en la legalidad constitucional.
La cuestión es que Puigdemont y Rajoy han hablado este viernes con motivo de la tragedia en la estación de França de Barcelona, pero el segundo niega que hayan abordado el referéndum. El presidente ha resaltado que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, no estaba en la rueda de prensa porque había viajado a la capital catalana a apoyar las víctimas y el Govern. Fuentes de vicepresidencia del Gobierno, asimismo, aseguran que Sáenz de Santamaría también ha hablado con su homólogo catalán, Oriol Junqueras, por el accidente, aunque tampoco habrían abordado el 1-O.
Así las cosas, Rajoy se ha mostrado menos sabido en otras cuestiones de actualidad, relativas al avance de la hoja de ruta.
Preguntado por El Nacional sobre quién habría autorizado los interrogatorios de la Guardia Civil a determinantes miembros del Govern —teniendo en cuenta que el juzgado de instrucción se ha desvinculado de la orden— el presidente ha dicho que se mantenía "absolutamente respetuoso" sobre la acción de los cuerpos de seguridad y ha insinuado que lo desconocía. En segundo término, dice no saber "si se han comprado las urnas". Aquí nadie le ha preguntado sobre el FLA, aunque Junqueras ha dicho que el Govern no enviará el listado de funcionarios. El ministro Cristóbal Montoro, sin embargo, dijo en el Consejo de Política Fiscal y Financiera de este jueves que el FLA sería abonado para el mes de julio.
El presidente ha huido de entrar en escenarios futuros sobre qué pasará después del 1 de octubre, preguntado por El Nacional sobre cómo capitalizaría el malestar de los ciudadanos catalanes que así lo esperan, si impide el referéndum. También ha sido algo inconcreto preguntado por este diario sobre cómo reconduciría políticamente la situación a posterior. "La disposición al diálogo se mantendrá. Como la he mantenido siempre", ha zanjado Rajoy, sin querer aventurar escenarios.
Ahora bien, Rajoy descarta que él vaya a forzar una convocatoria de elecciones en Catalunya, a través de retirar las competencias a la Generalitat. "Me gusta que las cosas funcionen con absoluta normalidad", ha remachado sobre que los catalanes puedan "escoger Parlament". Eso sí, el gallego insiste en que un momento u otro se tendrá que poner punto y final al procés. "No puede haber en el siglo XXI nadie que se salte la ley, anunciándolo y blasonando de ello contínuamente", ha zanjado, tras advertir a Puigdemont de que "no puede desobedecer", y el 1-O "no habrá ningún referéndum".