"Solicito formalmente la celebración de un referéndum". Parece imposible, pero estas son las palabras con que Mariano Rajoy empezaba su intervención en el Congreso de los Diputados en mayo del 2006 para reclamar un referéndum sobre el Estatuto de Catalunya. Entonces gobernaba un PSOE liderado por José Luis Rodríguez Zapatero, un presidente de España que en el 2003 cuando gobernaba el PP aseguraba bien claro que "apoyaré el Estatuto que apruebe el Parlamento de Catalunya".
En el vídeo, recuperado por La Sexta, se puede oír quien entonces era líder de la oposición preguntando al ejecutivo socialista que "qué broma es esta" en referencia al hecho que "cuando los ciudadanos piden un referéndum porque quieren opinar, la respuesta no puede ser: tranquilos, no pasa nada, confíen en mí".
Rajoy cargaba contra el gobierno de Zapatero recordándoles que "no estamos, al menos todavía, en un régimen populista" y, precisamente por eso, se lamentaba de que "no podemos ni siquiera imaginar que un gobierno democrático se oponga y la rechace" porque consideraba que estábamos "ante una demanda tan legítima [...], con un apoyo tan vigoroso".
Y es que el presidente español pensaba, entonces, que no tener en cuenta las peticiones de la ciudadanía de Catalunya "derribaría por los suelos todas sus proclamas sobre el diálogo" y los subrayaba que "esta es la voz de los ciudadanos, señorías." Una voz que, sustentaba, "es muy fácil escucharla y conviene hacerlo".
El PP, con el referéndum
Y no sólo eso. Días antes, el presidente del PP presentaba al Congreso una proposición no de ley con cuatro millones de firmas por el referéndum sobre el Estatuto y lo hacía bajo el argumento que "no es una iniciativa ni de derechas ni de izquierdas", sino "en defensa de la nación española y de la igualdad entre los españoles".
De hecho, los populares empezaron a recoger firmas ya en enero de 2006 en Cádiz y acompañaba el documento con el lema "Todos tenemos derecho a opinar". Durante aquellos meses, Rajoy se preocupó de recriminar a Zapatero que el Estado podría acabar "debilitado" si no se celebraba el referéndum.
Ahora bien. La entonces vicepresidenta del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, cargó contra los de Rajoy porque consideraba que lo que pedían era "un referéndum inconstitucional" y que, además, dejaba fuera de un 60% de votantes.