El día en que España celebra los 38 años que se promulgó la Constitución ha transcurrido con un debate abierto sobre su reforma, en el que los grupos que tendrían que dar apoyo al proyecto coinciden en un punto de partida y de llegada: la unidad de España y la soberanía de los españoles. Así lo quiere el Partido Popular, que es la pieza clave que puede garantizar que el proyecto prospere con la mayoría que tiene en el Senado. Eso cuenta con el acuerdo del presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, quien afirma que solo hay una "nación" jurídicamente.
"Si preservamos la unidad de España, la soberanía nacional, los derechos y libertades fundamentales, la educación, la sanidad y el estado del bienestar", ha expuesto el presidente Mariano Rajoy como precondiciones para hablar de la reforma de la Constitución. A su parecer, la composición diversa de la cámara no es un obstáculo, sino una "oportunidad" para emular los "consensos" a que se llegaron el año 1978 cuando impulsaron la actual Carta Magna. "Es nuestro proyecto de más progreso", ha reiterado el presidente en la entrada del Congreso.
Así las cosas, a Rajoy no le hace falta más consenso que la suma del PSOE y C's con el PP. No necesita las demandas de Podemos, quien no ha asistido a este encuentro más allá de enviar al secretario de organización, Pablo Echenique, y la secretaria de estudios y programas, Carolina Bescansa. Ausentes también han estado los partidos independentistas catalanes, ERC y PDECat, como forma de protesta porque consideran que esta Constitución no les representa y que su mandato es el del 27 de septiembre.
Sobre el conflicto territorial, Bescansa ha reivindicado el "derecho a decidir lo que quieren ser de los ciudadanos", además de una serie de derechos sociales. Su compañero, Echenique, ha denunciado que la única vez que los partidos grandes se pusieron de acuerdo para la reforma fue el 2011, para decir "que la ley de dependencia iba después del Deutsche Bank" con la reforma del artículo 135. "Aquellos que se llaman constitucionalistas, violan la Carta Magna cada día, el derecho al trabajo, a la vivienda", ha lamentado.
Desde Ciudadanos, Albert Rivera también obvia al independentismo en su reivindicación constitucional y pide dirigirse "a todos los catalanes que quieren un proyecto común". No reformaremos la Constitución para romperla, no nos tenemos que dividir por identidades y territorios. Lo que tenemos que hacer es abordar todos los debates en España que interesan: financiación, infraestructuras, igualdad", ha dicho. Y sobre quienes no quieren cosas tangibles, sino ser nación, ha asegurado: "El debate identitario nunca llegará a buen puerto".
"De todos"
En su discurso institucional, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha pedido prudencia en torno al debate de la reforma constitucional y ha avisado de que la Constitución de 1978, fruto de un acuerdo "de todos", no puede sustituir por otra pensada "sólo por y para algunos". En la cámara baja, Pastor ha hecho referencia a la posibilidad de que esta legislatura pueda reformarse la Carta Magna, cuestión que según ha defendido, requiere un debate "profundo y sosegado, abierto a la sociedad y respetuoso con los procedimientos ", y no situarse en posiciones" inmovilistas ".