«Ficción, farsa» o «Baile de personas con máscaras, disfrazadas». Son las dos acepciones que el Diccionari de l'Institut d’Estudis Catalans recoge para la palabra mascarada, que es la que ha usado Mariano Rajoy para referirse al referéndum del 1 de octubre. “La celebración de una mascarada, algunos lo llamaron referéndum, que nunca lo fue porque no cumplía ninguna de las normas que lleva aparejada la celebración de un referéndum, incluso llegamos a ver gente entrando en un sitio donde se celebraba una supuesta votación con una urna llena de papeletas que, sin duda alguna, traían de su casa o de algún bar de las proximidades”, ha afirmado durante un discurso en el Curso Superior de Talento y Liderazgo Político del Goethe-Institut. Para el expresidente del Gobierno, uno de los hechos más relevantes fue el “apoyo de un sinfín de cuentas en redes sociales que venían de Venezuela y de Rusia”, sin dar más detalles ni pruebas de ello. En julio trascendió que el informe de la policía española sobre la trama rusa se basa en indicios anulados por la Audiencia de Barcelona, ​​que ordenó al juez Joaquín Aguirre detener la instrucción del caso Volhov, centrado en descubrir presuntos vínculos entre autoridades rusas y Carles Puigdemont. Sin embargo, el magistrado intenta esquivar la amnistía investigando a Puigdemont y a Artur Mas por traición.

 

En relación con la declaración de independencia aprobada por el Parlament de Catalunya el 27 de octubre de 2017, ha esgrimido que fue esto lo que motivó la aplicación del artículo 155 de la Constitución y la “actuación de fiscales y jueces, que impusieron duras condenas a quienes hicieron lo no debido, contraviniendo la ley”. “Ya me dirán qué hace un Estado civilizado si una parte del mismo decide que se va”, ha lanzado a los que criticaron la intervención de la Generalitat de Catalunya. Asimismo, ha relatado que, para el PP, debían darse dos condiciones para aprobarlo: “La declaración de independencia y el apoyo del PSOE, porque la defensa de la unidad nacional no se hace en solitario por mucha mayoría que tengas”, ha argumentado. Y ha añadido que conseguir el aval de los socialistas “no fue fácil”. Finalmente, sobre el plazo de vigencia del 155, ha esgrimido que tenía que ser “corto”, alegando que no había “precedentes desde la Segunda Guerra Mundial en Europa” de una “liquidación o disolución de un gobierno por hacer estas cosas”. “Necesitamos el apoyo del resto de países de la Unión Europea”, ha señalado. “Hice lo que creía que era bueno para España y hoy lo sigo creyendo”, ha concluido.

“No me echaron ni los españoles ni mi partido, me echó el Frankenstein”

Mariano Rajoy también ha querido pronunciarse sobre la moción de censura que encabezó Pedro Sánchez en junio de 2018 y que llevó al líder socialista a la Moncloa. “No me echaron ni los españoles ni mi partido, me echó el Frankenstein”, ha argüido al ser preguntado por esta cuestión, en referencia a la suma del PSOE con Podemos y los partidos independentistas y soberanistas catalanes y vascos. Y ha aprovechado para usar los silencios para disparar contra Pedro Sánchez: “Puso en marcha una moción de censura amparándose en unos renglones de una sentencia posteriormente censurada por el Tribunal Supremo. El argumento que se dio a los españoles fue la corrupción, pero no había ningún miembro del gobierno del PP en una causa de corrupción”. “¿Saben cuál fue la explicación? La corrupción”. Seis segundos de silencio. “¿Qué les parece?”. Sin añadir nada más, pero aludiendo a las investigaciones que afectan al entorno del actual presidente español.

Sobre la actuación del Gobierno liderado por el PSOE, se ha mostrado “preocupado” por las “contrarreformas” que considera que está impulsando, sin especificar a qué se refería exactamente (podría ser la reforma de la Ley Mordaza que está en marcha en el Congreso o la reforma laboral que impulsó Yolanda Díaz hace dos años y medio). “Hay que reformar lo que no funciona, ponerse a reformar lo que funciona no tiene ningún sentido, se hace por razones ideológicas y por puro sectarismo”, ha esgrimido.

Además, en el capítulo de reproches, ha lanzado dos dardos más. “Hay que aprobar los presupuestos y si no se aprueban, lo que hay que hacer es coger la puerta y disolver la cámara”, ha apuntado, viendo la imposibilidad de elaborar unas cuentas públicas para 2024 y ante las dificultades del Gobierno de tirarlos adelante para 2025. “Esto ahora parece que ya no importa, pero hay muchas democracias liberales donde sí importa, aquí da igual: podemos estar quince años sin presupuesto que, por lo visto, no ocurre absolutamente nada”, ha añadido. Y sobre la Ley del solo sí es sí, ha recriminado al Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos que hay que ser torpe y necio para “hacer una ley que para lo único que sirve es para bajar el tiempo de la cárcel de los violadores”.