Raquel Sans (Valls, 1980) es portavoz de Esquerra Republicana -comparte el cargo con la secretaria general adjunto Marta Vilalta- desde mediados de junio de este 2023, pocos días después del batacazo electoral de su partido a las elecciones municipales del 28-M y con las elecciones generales del 23 de julio recién convocadas. Aquellas también supusieron un importante descalabro para la formación republicana, que pasó de tener 13 diputados a 7 y se vio eclipsada por el repentino protagonismo de Junts per Catalunya y Carles Puigdemont, que acabaron pactando, como ERC con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez.
Sanss, que fue cabeza de lista por la demarcación de Tarragona en las elecciones del 14 de febrero del 2021, ha sido la portavoz del partido durante todo el proceso negociador y la encargada de explicar cuales eran los requisitos del partido para llegar a un acuerdo con el PSOE. También es la vicesecretaria general de Feminismes y LGTB, un cargo que reivindica a menudo y que lleva con orgullo, destacando siempre que tiene oportunidad trabajo que se ha hecho en este sentido desde el Govern de la Generalitat. Sanos responde a las preguntas de ElNacional.cat después de la reunión entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès en el Palau de la Generalitat para dar un repaso de este 2023 complicado electoralmente para ERC pero que se cierra con una ley de amnistía que llevan años reivindicando tramitándose al Congreso de los Diputados.
Después de las elecciones del 23 de julio ERC dejó claro que para investir el PSOE se tenía que dar respuesta a tres carpetas: la amnistía, el bienestar de la ciudadanía de Catalunya, con hitos como el traspaso de Rodalies o poner punto final al déficit fiscal, y avanzar en la autodeterminación. Parece que esta cuestión es la que se encuentra más atascada. ¿En qué espacio de los múltiples espacios de negociación se tiene que tratar?
Desde de Esquerra Republicana utilizaremos todos los espacios de los cuales disponemos, sea en la mesa de negociación entre partidos, sea entre gobiernos, para hablar de la autodeterminación de nuestro país. Creo que hemos sido muy claros en todo momento y es coherente con todo aquello que llevemos haciendo los últimos años. Las tres carpetas son imprescindibles: la amnistía, que nos permite poner contador de cero para poder abordar el conflicto de fondo, que es la autodeterminación de nuestro pueblo; pero sin olvidar esta gestión del mientras tanto, el día a día de la gente. Allí donde nos sentemos a hablar, llevaremos las tres cuestiones. Es evidente que el president de la Generalitat lo ha hecho a través del pacto de claridad que presentó, desde de ERC lo hemos dicho por activa y por pasiva y en todos los espacios donde tengamos presencia se tratará el tema de la autodeterminación.
Desde las elecciones generales estos espacios se han multiplicado. ¿Cree que la ciudadanía entiende que haya tantas mesas diferentes para tratar los mismos temas sin avances en la autodeterminación?
Nosotros lo que queremos reivindicar son los resultados que sí que ha habido hasta ahora por la negociación. Y muchas veces reivindicamos poco el trabajo hecho. Los indultos eran imposibles y hubo indultos. La derogación del delito de sedición, que hacía dos siglos que estaba en el Código Penal, también. Por lo tanto, la utilización de estos espacios de negociación ha sido útil y ha dado resultados. Hasta ahora, los hemos ocupado exclusivamente desde de Esquerra Republicana. En la anterior legislatura, nosotros apostamos por la negociación cuando existía una aritmética parlamentaria diferente y eso tampoco lo tenemos que olvidar porque el PSOE tenía una mayoría alternativa. Celebramos que los espacios de negociación se multipliquen, porque todos sirven para avanzar en aquello que defendemos. Y cuantos más espacios de diálogo y de negociación haya, más posibilidades tenemos de conseguir el objetivo compartido, que es la autodeterminación del pueblo de Catalunya. La ciudadanía el que tiene que entender es que allí donde se habla hay posibilidad de llegar a acuerdos. Si no se habla, los acuerdos son imposibles, no aparecen por arte de magia. Los indultos, la derogación de la sedición, la amnistía son posibles gracias a la negociación, si queremos seguir haciendo avances, necesitamos estos espacios donde poder confrontar ideas.
Nos ha penalizado priorizar los resultados a la comunicación. Hay quien no ha entendido el trabajo que hemos estado haciendo
Hasta la campaña electoral para las generales, ERC no reivindicó los indultos como mérito suyo. ¿Fue un error?
Esquerra ha priorizado los resultados antes que la comunicación y para conseguirlos hacía falta una negociación discreta, alejada de los focos mediáticos. Y somos conscientes de que eso nos ha penalizado, porque ha habido quien no ha entendido todo el trabajo que se estaba haciendo. Pero este trabajo no se habría podido hacer si nuestro objetivo hubiera sido ponernos la medalla en lugar de conseguir el resultado. ¿Qué hemos hecho? Conseguir primero resultados y después ya reivindicaremos el trabajo hecho. Ahora se trata de conseguir la amnistía. ¿Eso te penaliza después electoralmente? Pues asumimos la responsabilidad. Pero creo que la ciudadanía ya está viendo que los resultados se obtienen con un trabajo discreto y riguroso.
También parecía imposible hace unos años una reunión entre Oriol Junqueras y Pedro Sánchez. ¿Qué importancia le dais como partido al encuentro?
Son cuatro años de negociación semanal con el PSOE, que al final explican los resultados obtenidos. Que el presidente del partido se pueda encontrar con el presidente del Gobierno siempre es positivo. Nos encantaría también que lo pudiera hacer nuestra secretaria general con la misma normalidad.
No hemos puesto el foco en poder vender una reunión entre el presidente de Esquerra Republicana y el presidente del Gobierno, sino en poder tener resultados.
¿Desde de ERC habíais intentado que tuviera lugar antes?
Es que para nosotros no es importante quien se sienta en la mesa. Para nosotros lo importante son los resultados. Por eso no hemos puesto el foco en poder vender una reunión entre el presidente de Esquerra Republicana y el presidente del Gobierno, sino al poder tener resultados. Que haya una reunión es una buena noticia, pero la buena noticia de verdad será la ley de amnistía y avanzar en la resolución del conflicto político.
¿Hay fecha ya para la reunión?
No. Nosotros ahora estamos trabajando para que la ley de amnistía pueda prosperar. En el mes de enero tendremos el debate a la totalidad en el Congreso. Somos conscientes de que recibirá una ofensiva judicial brutal, ya lo hemos visto con los jueces manifestándose o expresándose contrarias a la ley antes, incluso, de tener el texto. Estamos trabajando para que la ley sea aplicable, hay muchas personas encausadas y tiene que poder reparar a todo el mundo que participó en las consultas del 9-N, en la organización del 1-O y en las protestas posteriores. Más allá de saber en qué momento se pueden encontrar al presidente de ERC y Pedro Sánchez, nuestro trabajo se centra en la ley de amnistía.
¿Eso significa que estáis negociando enmiendas con otros partidos para mejorar su seguridad jurídica?
Nosotros no descartamos presentar enmiendas hasta el último momento, porque los jueces se la mirarán hasta la última coma y queremos ser muy rigurosas, no desperdiciar ninguna oportunidad para, si hay posibilidades de mejorar la ley, hacerlo. Pero si no tenemos la certeza de que la enmienda puede prosperar no haremos ninguna manifestación pública al respecto, no tiene sentido señalar posibles debilidades.
Cuando decimos que nos hemos sentido muy solos, quiere decir que hemos optado por una estrategia que ha tenido costes políticos y que ha tenido un desgaste, y somos conscientes
Al principio de la entrevista ya ha comentado que en los últimos años, ERC se ha sentido sola negociado sola en Madrid. ¿Ha cambiado este sentimiento desde el acuerdo de Junts con el PSOE?
No es una cuestión de sentimientos. Es una cuestión que cuando los votos de Junts per Catalunya han sido decisivos, porque en la legislatura anterior no lo eran, la estrategia por la cual han optado ha sido la misma estrategia que defendemos nosotros. Y celebramos que ya no somos los únicos que estamos negociando. Cuando digo que nos hemos sentido muy solos, digo que hemos optado por una estrategia que ha tenido costes políticos y que ha tenido un desgaste. Se nos han dicho muchas cosas en esta etapa negociadora y se nos ha criticado la estrategia. Nosotros estábamos haciendo lo que creemos que era lo mejor para el país. Ver que cuando los votos de los otros también son decisivos la estrategia que se sigue es la que tú habías iniciado te reafirma en qué es la buena. Además el número de críticas disminuye.
¿Así lo habéis notado?
Sí, claro. Desde la investidura de Pedro Sánchez la crítica ya no es para negociar, la crítica es por como negociamos. Las críticas, obviamente, entre diferentes formaciones existen, pero lo que sí que ha variado es que aquello que antes era tan malo que era la negociación política acaba siendo lo que hacemos de manera compartida.
A alguien le puede parecer que, a priori, lo hará mejor que los otros, pero cuando te enfrentas a la realidad tienes la fuerza que tienes
¿Cree que no hay ninguna diferencia entre como negocia ERC y como negocia Junts?
Yo me remito a los resultados. Y negociar con el PSOE y el Gobierno es muy difícil. Somos conscientes de ello, lo hemos sufrido y lo seguiremos sufriendo. Como siempre dice Gabriel Rufián, el PSOE no hace, se le obliga a hacer. Ahora lo estamos viendo con el catalán en Europa. A alguien le puede parecer que, a priori, lo hará mejor que los otros, pero cuando te enfrentas a la realidad tienes la fuerza que tienes. Lo que no haremos nunca es equivocarnos de adversario, porque sabemos que el adversario es el PSOE. Y si el PSOE deja de hacer o incumple, a quien atacaremos o a quien criticaremos es a ellos, no a los compañeros de viaje. Somos plenamente conscientes de las dificultades que tienen porque las hemos sufrido, las hemos vivido.
¿Os veis con ventaja a la hora de negociar con el PSOE después de los acuerdos de la pasada legislatura?
Cuatro años de experiencia te dan para saber como es el interlocutor, para saber cómo actúa, para saber cómo negocia, para saber cuáles son sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Ahora ya sabemos las dificultades en negociar con el PSOE, que estamos negociando contra la fortaleza del gobierno de un Estado. Y también sabemos que contra quien tenemos que combatir es contra el gobierno del estado y sus incumplimientos.
Durante la pasada legislatura a pesar de negociar con el PSOE desde de ERC dejabais claro que no confiabais en Pedro Sánchez. ¿Eso ha cambiado?
La desconfianza existe porque lo hemos sufrido. Ahora bien, nosotros si tenemos esperanzas que pasen cosas no es porque sí, es por la aritmética parlamentaria. Así de simple. En la anterior legislatura existía una alternativa que era Ciudadanos, pero ahora Pedro Sánchez necesita los siete votos de ERC y el siete votos de Junts. No tenemos esperanzas que el PSOE haga, tenemos esperanzas de obligarlo a hacer, no por un interés altruista sino porque les interesa poder mantener el gobierno del Estado.
No hay ningún impedimento para que los diputados de Esquerra en el Congreso utilicen el castellano en algún momento puntual
Uno de los otros cambios que se han producido ante la necesidad de Sánchez es que ahora se puede hablar en catalán en el Congreso. Marta Rovira aseguró que los diputados de ERC siempre hablarían en lengua catalana, pero desde entonces, al portavoz Gabriel Rufián, ha utilizado las dos lenguas en sus intervenciones. ¿Han cambiado las indicaciones del partido en este sentido?
ERC ha luchado muchos años por conseguir hablar en catalán en el Congreso, Joan Tardà fue expulsado para hacerlo. Para nosotros es prioritario, pero utilizar el castellano en algún momento puntual no es ningún un impedimento. Eso sí, la indicación es que todos los diputados y diputadas hablen en catalán, ya que es un derecho que hemos reivindicado.
En los últimos días, desde el Govern y desde de ERC habéis enfatizado mucho la idea de que el referéndum para la independencia de Catalunya es el siguiente paso. El PSOE sin embargo, ha puesto el límite en la amnistía. ¿En qué circunstancias planteáis que sea posible que Pedro Sánchez acepte la autodeterminación?
Es que el PSOE nos decía a la legislatura anterior que los indultos eran una cosa imposible y en la hemeroteca me remito. Pasa el mismo con la reforma del Código Penal y ahora con la amnistía. Y cuando ha hecho falta amnistía, esta se está tramitando en el Congreso. Nosotros entendemos que con voluntad política todo es posible. Con eso y con la necesidad de que tenga el PSOE lo que habrá son avances en materia de la resolución del conflicto político, porque la amnistía no es el final de nada. Es el principio de todo.
No desperdiciaremos ninguna oportunidad para defender nuestro proyecto político, que es el referéndum
¿En qué sentido permite avanzar la amnistía hacia el referéndum?
Supone poner el contador a cero, evitar que tengamos compañeros pendientes de juicio y permite trabajar con normalidad y poder abordar el problema de fondo que es el conflicto de soberanías entre Catalunya y el Estado. Lo que ERC pone sobre la mesa para solucionarlo es un referéndum, que para nosotros es la herramienta más democrática que existe. La pregunta es cuál es la propuesta en el otro bando. ¿Que los dos millones de personas que queremos la independencia desaparezcan?
¿Esta propuesta se tendría que plantear a un espacio como la mesa de diálogo?
Sí. No desperdiciaremos ninguna oportunidad ni ningún espacio, sean mesas de negociación, sea el Congreso de los Diputados, sea el Parlamento de Catalunya, sea el Parlamento Europeo, en todas partes donde haya presencia de Esquerra Republicana, defenderemos nuestro proyecto político que pasa por la autodeterminación del pueblo de Catalunya. Siempre sin olvidar los avances sociales en nuestro país, porque para nosotros son dos cosas indisociables.
El 2023 ha sido un año complicado electoralmente por ERC, tanto en las municipales como en las generales, donde se perdieron 400.000 votos. Después de esta derrota empezasteis un proceso participativo para escuchar la militancia. ¿Todavía sigue abierto?
Sí. Ha sido una consulta, una conversación profunda con la militancia para evitar quedarnos con una respuesta simplista de los resultados electorales, que creíamos que se tenían que analizar a fondo.
Me parece que en Esquerra hacemos mucho trabajo y que lo explicamos demasiado poco
¿Habéis podido extraer conclusiones?
Que los resultados muchas veces también son fruto del momento, de la situación, y que asumir responsabilidades en la resolución del conflicto político, ha tenido unos costes para nosotros, que aceptemos porque creemos que son en beneficio del país. El president Aragonès siempre dice que quien abre camino en un bosque es el que se lleva los arañazos. Nosotros hemos decidido abrir camino políticamente, un camino que creemos que nos acerca a nuestros objetivos políticos. Ahora sabemos que hay trabajo a hacer en muchos ámbitos, que pasan también por explicarnos mejor. Me parece que hacemos mucho trabajo y que lo explicamos demasiado poco y quizás estaría bien explicarla mejor.
¿Cree que eso ha llegado a la militancia?
Cuando tú estás gobernando un país, negociando en Madrid, trabajando en el ámbito europeo de alianzas internacionales, en el Parlamento para avanzar en derechos sociales y políticos... cuesta que todo eso llegue a la gente. Me he encontrado una militancia activa, participativa y con ganas de ser capaces de transmitir a la sociedad aquello que estamos haciendo por convicción.
En los últimos días Ernest Maragall se ha despedido del pleno del Ajuntament de Barcelona y lo hace apostando por un relevo generacional y dando paso a nuevas caras dentro del partido. ¿La dirección del partido se siente interpelada por esta idea de Maragall tras casi 13 años?
ERC está ya haciendo un proceso de regeneración y en el pasado mes de enero tuvimos un congreso nacional. Las renovaciones se pueden hacer de diferente manera y en nuestro caso hay una prisión, un exilio y una represión que tenemos latentes. Ahora, si analizamos el global del partido, después del congreso de enero, han venido los congresos regionales, los comarcales, ahora los locales, y ya está habiendo una renovación del partido en el ámbito orgánico importante, en las diferentes federaciones. Es un proceso que ya está en marcha.
Si la ley de amnistía acaba aprobándose, eso podría provocar que el presidente del partido, Oriol Junqueras, se pudiera presentar a la presidencia de la Generalitat. ¿Teméis que eso provoque un debate interno?
Esta posibilidad no nos genera ningún tipo de preocupación. No es un debate que esté abierto porque ni siquiera sabemos cuándo será aplicable la amnistía. Ahora no tendría sentido entrar en futuribles. Tenemos un president de la Generalitat y tenemos un presidente del partido y creo que hay más interés externo que interno para hacer aparecer el debate.
El 2024 será el último de legislatura. ¿Qué valoración hace el partido de la presidencia republicana de la Generalitat?
Muy positiva. Realmente cuesta mucho cambiar dinámicas y veníamos de una alternancia en el gobierno de la Generalitat, entre el PSC y el espacio que ahora ocupa Junts per Catalunya. ERC llega por primera vez a la presidencia del Govern después de muchos años y, por lo tanto, hay mucho trabajo y muchas transformaciones para hacer. El modelo de país que defiende Esquerra Republicana necesita encontrar alianzas, porque somos muy conscientes de que somos 33 diputados. Y la valoración es positiva en el sentido que se han revertido los recortes en materia de educación o en materia de salud, a pesar de ahora las manifestaciones de los últimos días, se está equiparando los convenios laborales del ICS con los del SISCAT. En materia del audiovisual también se ha hecho una gran apuesta, de la misma manera que en las políticas feministas. Hay retos, muchas cosas que mejorar, y nada es perfecto, es evidente. Pero quien no hace nada no se equivoca nunca.
¿Qué nota le pondría en el Govern? Un notable, avanza pero tiene limitaciones y dificultades
En el último CEO, los catalanes pusieron a un 5 en el Gobierno, que aprobó por primera vez esta legislatura. ¿Qué nota le pone ERC?
Yo le pondría un notable al Govern, porque avanza, pero lógicamente tiene unas limitaciones y unas dificultades. Siempre se puede mejorar y evidentemente también ha habido errores. Cuando te mueves, cuando intentas transformar, cuando intentas cambiar, porque también hay cosas que no funcionan y se tiene que asumir.
La mitad de la legislatura ERC ha gobernado con Junts y la otra en solitario tras su salida y con el apoyo de 33 diputados. ¿Qué ha sido más complicado?
Son dos situaciones muy diferentes. En un gobierno de coalición las dificultades tienen lugar antes de traer una ley al Parlament. Aparecen cuando tienes que tomar un acuerdo de Govern y las tienes que superar dentro del Consejo de Govern. Eso pasa en todos los gobiernos de coalición donde conviven dos formaciones con ideologías diferentes. En nuestro caso unos defendemos un modelo de fiscalidad justa, verde y sostenible y los otros apostaban para bajar impuestos. No pasa nada, cada uno defiende su modelo y es lícito en cualquier coalición. Cuando se rompe y parte del Govern pasa a la oposición las dificultades se notan en el Parlament, que está donde se tiene que negociar.
En las últimas semanas, las negociaciones han girado en torno a los presupuestos del año 2024. El Govern ha abierto conversas con PSC, Junts, la CUP y los comunes, partidos que, en algunos casos son, incompatibles entre ellos. ¿Tienen algún socio preferente?
Para nosotros el socio preferente es la ciudadanía del país y las necesidades de la gente del país. El objetivo es tener unos presupuestos para dar respuesta a sus necesidades. A partir de aquí apelamos a la responsabilidad de todo el mundo y para llegar a acuerdos a veces tienes que hacer renuncias. Evidentemente, no serán los presupuestos de Esquerra Republicana, porque si lo fueran los podríamos aprobar nosotros solos, pero somos 33 y necesitamos como mínimo dos formaciones más. Y estas formaciones, como ha pasado en las legislaturas anteriores, también se tienen que esforzar por encontrar puntos de acuerdo.
Este año la CUP se ha sumado a las conversaciones. Una de sus críticas más habituales al Govern es que no han dado el giro a la izquierda que se le presuponía a un ejecutivo liderado por ERC. ¿Entienden esta sensación?
Tenemos que aplicar el principio de realismo y la aritmética parlamentaría. Evidentemente, hay determinadas cuestiones que haríamos encantados de la mano de la CUP y de los comuns, con quienes compartimos muchas cosas, pero resulta que no sumamos y que para poder sacar adelante determinadas cuestiones necesitemos alguna otra formación política que probablemente no están tanto a la izquierda como nosotros. A veces necesitas o al PSC o a Junts per Catalunya. Si Esquerra Republicana tuviera la fuerza de poder gobernar en solitario con un apoyo mayoritario del Parlament, pues seguramente impulsarían más políticas de izquierdas, pero la realidad es la que es.