Los referentes históricos del diario 'La Razón' son los que son. El nacionalismo español trasnochado, excluyente y antidemocrático que sólo concibe una idea de España basada en la unidad por la fuerza y la represión de la divergencia forma parte del poso editorial de un medio que, una vez los presos políticos han salido en libertad, no ha tenido muchos problemas a tomar como ejemplo al líder falangista José Antonio Primo de Rivera para cargar contra la concesión de la medida de gracia. Lisa y llanamente, el gran referente del fascismo español se convierte en ejemplo a seguir para los lectores del diario del comisario Marhuenda.
En el artículo 'Las palabras sobre Cataluña que Primo de Rivera podría decir hoy', publicado poco después de la salida de la prisión de los indultados y firmado por Andrés Bartolomé, se establece un paralelismo entre los despropósitos del nacionalismo español de raíz fascista reaccionando ante los Fets d'Octubre de 1934 y la actual situación en Catalunya, y se ilustra con una serie de frases del falangista como "la traición de los partidos políticos, como el socialista, han pospuesto la dignidad de España a sus intereses". El falangismo, el huevo de la serpiente que al fin y al cabo provocó la Guerra Civil Española, como ejemplo.
De hecho, la tesis del artículo es que todo aquello que defendía el fascismo español hace 87 años tiene todavía vigencia hoy y que el nacionalismo español tiene que reaccionar proclamando "a gritos la resuelta voluntad de mantener unida España".
El diario considera que estas palabras de Primo de Rivera "cobran sentido especial después de la decisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de indultar a los líderes del 'procés', un gesto que deja en evidencia el peaje del PSOE a los socios independentistas catalanes –y también vascos– que le brindaron su apoyo para formar un Ejecutivo de coalición".
"Unidad de destino en lo universal"
De hecho, el artículo también recuerda que una de las máximas de Primo de Rivera era aquella de la concepción de España como "unidad de destino en lo universal", y que el líder falangista hizo declaraciones de amor como "amamos a Catalunya por española, y porque amamos a Catalunya la queremos más española cada vez".
Que casi noventa años después subsista una concepción españolista dispuesta a defender la unidad a cualquier precio no es nada nuevo. Que un diario reconozca que el referente es un líder fascista ya es harina de otro costal.