Más de 1.500 kilómetros de trayecto durante más de una semana. Los 629 migrantes a bordo de los barco Aquarius y los dos buques de la marina italiana —Dattilo y Orione— han tenido que hacer un largo camino hasta llegar esta mañana al puerto de València. Los ocho días de travesía, que empezaron con un rescate in extremis en medio del Mediterráneo, han culminado hoy con la acogida de los migrantes, después de que el Gobierno del socialista Pedro Sánchez se mostrara dispuesto a recibirlos en tierra española.
El rescate por parte del Aquarius la noche del 9 y el 10 de junio no supuso el final a la gran incertidumbre de las personas rescatadas. Italia y Malta se negaron a acogerlas y, en cambio, el Gobierno dio el paso con los migrantes al aceptar recibirlos en Valencia. De esta manera, España, uno de los países más incumplidores en materia de acogida de refugiados en Europa —1.980 de 17.337 en septiembre de 2017 (11,4%), cuando la media europea es del 27%—, ha cambiado la suerte de estos migrantes, entre los cuales hay un gran número de personas vulnerables: mujeres embarazadas y niños.
El recorrido de ocho días ha terminado esta mañana con la llegada de los centenares de pasajeros del barco Aquarius y de dos pertenecientes a la marina italiana. Las tres embarcaciones han llegado de manera progresiva a lo largo de este domingo a la costa valenciana. Quedan ahora atrás los días en qué el barco fue a alta mar prácticamente sin recursos y sin un puerto donde atracar.
Ahora, una vez en Valencia, los primeros migrantes serán trasladados a centros de acogida organizados por la Cruz Roja y la Generalitat Valenciana. Algunos de ellos, no obstante, no podrán pasar la noche en estos centros porque han tenido que ser trasladados a centros hospitalarios por su estado de salud. Todos ellos, los 629, contarán con un permiso de un mes otorgado por el Gobierno.