La Asociación Catalana de Comunidades de Regantes (ACATCOR) ha alertado sobre las graves consecuencias de la sequía en determinadas producciones de todo al país y ha hecho referencia a "la alerta alimentaria" que vive Catalunya. La entidad ha dado un repaso de la situación de cada comunidad de regantes. El sábado, la junta directiva de la asociación ya pidió al Gobierno que se implemente ya la Mesa del Agua de Catalunya para establecer las bases del futuro Pacto Nacional del Agua contemplado en el acuerdo de presupuestos. También criticó que la Generalitat sea más restrictiva con el sector agrario que con el industrial y con el esparcimiento, y más cuando la producción agraria no llega a cubrir el 40% de las necesidades alimentarias de Catalunya.
Así, con respecto a la Comunidad de Regantes del Pantano de Riudecanyes, ha remarcado que el pasado verano solo pudo disponer de una dotación del 41,67% de la normal, y este año no tiene suficiente agua para el riego de sus dos cultivos principales, el avellano y el olivo. Eso tiene consecuencias graves, como la necesidad de arrancar los avellanos que no tengan otras alternativas de riego, la pérdida de la cosecha de olivo y las repercusiones sobre toda la industria agroalimentaria que gira en torno a estos cultivos.
La situación también afectará a la Comunidad de Regantes, ya que sin poder regar y con la gente sin ingresos, se hará difícil el cobro de las tasas de mantenimiento, por lo cual piden ayudas para los regantes y las comunidades para su subsistencia.
Dificultades por todo el territorio
Sobre la Comunidad de Regantes Sindicato Agrícola del Ebro, la entidad alerta que también se encuentra en una situación complicada a causa de la sequía. Actualmente, solo tienen disponible el 50% de la concesión para regar las 11.000 hectáreas de cultivos. Si no hay mejoras, se prevé que tendrán que finalizar el riego a partir del mes de julio o agosto. Eso podría comportar la pérdida de la cosecha del arroz al delta, así como grandes pérdidas para las zonas altas donde se cultivan hortalizas y cítricos. La calidad del agua disponible también es un problema que afecta a la productividad de los cultivos. Los gastos para preparar las tierras y las infraestructuras ya se han hecho, pero las pérdidas podrían ser incalculables si no se puede acabar el ciclo de la planta del arroz. La Comunidad de Regantes solicita ayuda por parte de las administraciones para hacer frente a esta situación.
A las Comunidades de Regantes del Ter, la situación de sequía implica una reducción importante en la cantidad de agua concedida por este año, que pasa de 71,14 hm/3 el año 2022 a solo 38 hm/3 para este año. Eso ha supuesto restricciones en la variedad de cultivos que se pueden hacer, con reducciones en la superficie de cultivo en herbáceos y en el caudal de agua en los cultivos leñosos. En concreto, en la zona de arroz se ha optado por sembrar solo el 50% de la superficie, lo mismo que en el caso del maíz. Con respecto a los fruteros con riego por goteo, se ha optado por darles solo el 80% del agua, y en el caso de los que tienen riego con canaladura, solo el 60%. Con respecto a los viveristas, también se ha reducido su caudal hasta el 50%.
La comunidad pone en duda la garantía de que les ha dado la Agencia Catalana del Agua (ACA) que mantendrán el caudal asignado hasta el final de agosto, ya que dependen del agua de boca que tiene que consumir Barcelona y el área metropolitana. Eso podría suponer pérdidas importantes para los productores, sobre todo en el caso del arroz, que no tiene ningún otro cultivo sustitutivo posible. La comunidad ha criticado la falta de respuestas claras y concretas del departamento a lo largo de los últimos meses y ha pedido una actuación urgente para evitar que la situación afecte gravemente al sector agrícola en todo Catalunya.
La Comunidad de Regantes Margen Izquierdo Río Muga ha informado de que la situación de sequía en la cuenca de la Muga se ha agravado este año. Los regantes solo han recibido un 13,5% del agua concedida el año 2022 y la distribución de agua se ha complicado todavía más con esta cantidad reducida. Eso ha provocado que muchos regantes hayan tenido que cambiar los cultivos, con el consiguiente impacto económico. Estos regantes hace años que reclaman medidas como la reutilización de aguas y el crecimiento del Embalse de Darnius-Boadella, sin éxito. Asimismo, la ganadería es uno de los sectores más afectados por las restricciones, ya que tiene dificultades para obtener comida para los animales. Las consecuencias económicas tendrán repercusiones a corto y medio plazo en la economía comarcal.
Las Comunidades de Regantes de Tarragona están sufriendo una fuerte sequía que afecta a sus pozos y obliga a dejar caudales ecológicos al río Francolí, lo que provoca la muerte de los avellanos y la pérdida de producción durante 10 años hasta que se pueda plantar de nuevo. En este sentido, la Comunidad de Regantes de Valls ha alertado de que, si esta situación continúa, la pérdida de campesinado será inminente, y ha pedido a las autoridades competentes que se tomen medidas para evitar esta situación.
El Canal Segarra-Garrigues es actualmente el encargado de regar más de 7.000 hectáreas de terreno, pero la situación de sequía está afectando gravemente a la producción agrícola. Las 2.147 hectáreas destinadas a cereal de invierno y maíz solo podrán hacer una cosecha, ya que la sequía impide el cultivo de verano, mientras que para los otros cultivos, el agua disponible es insuficiente para salvar los árboles y garantizar una cosecha. Eso representa una importante pérdida para los campesinos y puede poner en peligro la producción agrícola de la zona, alertan.
Con respecto a la Comunidad de Regantes de la Terra Alta, tiene 8.400 ha en regadío, principalmente de viña, olivos y árboles frutales, con un riego eficiente de apoyo por goteo que se ha construido hace más de 20 años. Si no hay bastante lluvia, las parcelas de secano tendrán una cosecha de uva muy afectada, mientras que las que tienen riego podrán obtener una buena cosecha de uva y olivas. Será un año difícil para los campesinos que no tienen riego, ya que no podrán recoger sus frutos si no llueve pronto. Aun así, el consumo de agua de la comunidad es bastante inferior a la dotación, lo cual es una buena noticia en un año de sequía como este.
La situación en el Canal de Urgell es grave, porque el canal principal riega 50.000 hectáreas y se ha tenido que priorizar el riego de los árboles por encima de los cultivos de cereal de invierno y otros cultivos como la alfalfa. No se ha podido completar totalmente el riego del cereal de invierno, y está 15.000 hectáreas de cultivos como la alfalfa que no se riegan desde que cerró el Canal de Urgell.
Actualmente, solo se puede hacer un riego para los árboles al principio de junio, pero no se tiene garantía de poder salvarlos durante toda la campaña, ya que los árboles requieren ser regados periódicamente hasta septiembre, y hoy por hoy no hay agua garantizada y se depende de la pluviometría. La situación es preocupante para los campesinos que dependen del canal para regar sus tierras.