A las diez y media de la mañana empieza un nuevo juicio contra una independentista en el Tribunal Supremo. Deriva justamente del primero, del pecado original, del juicio del procés . La acusada es la diputada de la CUP Eulàlia Reguant, que en 2019 fue citada como testigo y se negó a responder a las preguntas de los abogados de la extrema derecha de Vox, que actuaba como acusación particular. Se negó por "dignidad democrática y antifascista". La cupera va a la vista oral con la cabeza alta: quiere convertirlo en un "boomerang" contra el Estado Español. Ayer mismo, en un acto de apoyo en la capital española, la diputada en el Parlament se reafirmaba: "¡Por más que hagáis, no pasaréis! ¡No pasarán!". Pero no sería la primera vez que pasan.
El juez Manuel Marchena puso en marcha la maquinaria y ahora, a pesar de la multa pagada del TSJC, arranca un nuevo juicio. La Fiscalía pide para la anticapitalista seis meses de prisión e inhabilitación por un delito de desobediencia grave. Está previsto que la vista oral se alargue dos días, hasta el miércoles. Este nuevo caso llega con el incendio apenas apagado que generó la retirada del escaño a su compañero Pau Juvillà, como también pasó antes con el president Quim Torra. Una hipotética condena volvería a ser una prueba de fuego para la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y para el conjunto del independentismo. Justamente Reguant apelará a una hipotética vulneración de sus derechos políticos durante el juicio. También planteará por qué se la tiene que juzgar en el Supremo.
Cosas del destino, a muy pocos metros de distancia, en la misma plaza de la Villa de París de Madrid, este martes tendría que ser juzgado otro catalán. En el otro lado del parque, en la Audiencia Nacional, tendría que declarar Albert Baiges, un tuitero desconocido que hizo un tuit contra el rey Felipe VI en marzo del 2022. Pero no será así. Casualidad o no, como creen algunos, a Baiges se lo llevarán hasta la sede de la AN en San Fernando de Henares. La imagen no estará, pero sí el hecho: dos altos tribunales español juzgando a dos catalanes por cuestionar dos de los tabúes en el Estado, la extrema derecha y la monarquía.
El tuitero desconocido
Si el de Reguant es un caso mediático, el juicio de la Audiencia Nacional es todo el contrario. Albert Baiges es un desconocido vecino de 37 años de Montbrió del Camp, de la comarca del Baix Camp (Tarragona). Si este técnico de calidad de la industria química y agroalimentaria ha acabado en un tribunal excepcional ha sido por hacer un tuit contra la monarquía desde una cuenta, la suya, que en aquel momento sólo tenía 168 seguidores. Fue el 18 de marzo del 2020, durante el discurso televisado del rey Felipe VI con motivo de la pandemia del coronavirus. Y escribió: "En serio. Cortémosle el cuello a este hijo de puta, estamos tardando #CoronaCiao". El tuit fue a las 21:05, en paralelo al llamamiento en las redes sociales para responder con una cacerolada. Tres años después no supera los siete (7) retweets, la mayoría de ellos muy posteriores a la fecha de publicación.
El atestado policial, recogido por la Fiscalía, recuperó otros mensajes suyos, donde le decía "chusma" al jefe del Estado o "pus" a la princesa Leonor. También por escribir "Fuck Spain" o por retuitear un tuit que recordaba a José Miguel Beñaran Ordeñana, Argala, miembro de ETA que atentó contra Carrero Blanco, en los 41 años de su asesinato a manos del Batallón Vasco Español. Se le juzgará por un delito de calumnias e injurias a los miembros de la familia real. Durante el juicio, el ministerio público le pide una multa de 720 euros, la inhabilitación del derecho de sufragio pasivo mientras dure la condena y el pago de las costas procesales.
Los otros encausados
Horas antes de sus respectivos juicios, este lunes por la noche, la diputada Eulàlia Reguant y el tuitero Albert Baiges coincidieron en un acto público en el barrio madrileño de Lavapiés. Pero también había otros encausados por plantar cara a la extrema derecha. Habló uno de los ocho vecinos del Raval de Barcelona que han sido imputados por protestar contra Vox, que calificó su barrio de "estercolero multicultural". Y Guillem, uno de los catorce jóvenes de Pego (País Valencià) para los que piden prisión por haberse manifestado contra una marcha nazi en su pueblo. Un representante del Sindicato de Manteros de Madrid se acercó también a apoyar a Reguant, consciente de lo que significa la negación de derechos: "Sólo podemos ganarles con una presión social fuerte". Hoy, en el marco de esta piña, está previsto que el diputado anticapitalista Albert Botran acompañe a Baiges durante el juicio en la Audiencia Nacional.