La historia del Air Canada que cubría la ruta entre Madrid y Toronto es la de un final feliz, afortunadamente. Pero también es la historia que sus 128 pasajeros, a excepción de los dos bebés que viajaban a bordo, no olvidarán en el resto de sus vidas. Unas cuatro horas sobrevolando el cielo de Madrid, ya sin otro destino que el origen: el aeropuerto de Barajas. Algunos de los viajeros explican su experiencia justo después de tocar tierra firme. Algunos incluso ya estaban escribiendo sus epitafios. Un aterrizaje de emergencia que, inéditamente, ha sido retransmitido en directo.

Es el caso de Elena, que trabaja en una tecnológica con sede en Canadá, donde se desplazaba por motivos laborales. En declaraciones a ElNacional.cat, explica que desde el primer momento han sido conscientes de lo que estaba pasando. "Yo estaba justo al lado del motor izquierdo, que es el que ha fallado, y ha sido justo en el despegue", explica. Y continúa el relato: "Hemos oído una fuerte explosión, un ruido como de rebentar una rueda, y enseguida hacía olor a quemado. Los que estaban más enganchados al motor nos han dicho que se había parado. Desde el despegue sabíamos qué estaba pasando".

A pesar de todo, ha habido relativa calma dentro del avión. "El servicio de Air Canada ha sido brutal. El piloto, encantador, informando en todo momento. Las azafatas nos han ido tranquilizando todo el rato", asegura Elena. "Nos decía la gente que parecía que estábamos más tranquilos los del avión que los de tierra", añade. ¿Cómo se los decían? Lo confiesa, entre carcajadas: "Lo siento mucho, no se tiene que hacer, pero hemos encendido el móvil para comunicarnos con nuestras familias. Cada uno dejando sus testamentos o lo que fuera por WhatsApp".

La pasajera explica los momentos de máxima angustia, cuando sobrevolaban el centro de la capital española. "El mayor miedo ha sido cuando hemos visto que estábamos sobrevolando por encima la ciudad. Hemos pasado las cuatro torres rodeándolas. El avión no cogía altura.", relata. "Pasábamos a una altura que los que estarían allí deberían estar alucinando toda la tarde", explica sonriente después de haber tocado tierra.

"Lo han gestionado muy bien"

Después de aterrizar, pocos minutos después de las siete de la tarde, los pasajeros se han ido reencontrando con sus familiares y amigos en una sala de la Terminal 1 de Barajas. Los que no eran de Madrid, han sido trasladados en un bus escoltado a un hotel cerca del aeropuerto. Los que eran madrileños, se han ido marchando por su propio pie después de ser atendidos por los servicios de emergencias. Els análisis compartido por todos los pasajeros es que la gestión no tiene ningún reproche: el final ha sido feliz y el transcurso lo mejor posible.

Otra pasajera, que dice que se encuentra "muy bien", confirma este extremo: "La compañía, el piloto y todo el personal lo han llevado muy bien", asegura. "Han dado toda la información que han podido en todo momento. Lo han gestionado muy bien", insiste. Se felicita porque, afortunadamente, "ha ido todo bien".

Los familiares quizás han pasado tanta angustia como los mismos pasajeros. Uno de ellos, que tenía la mujer, la cuñada y uno de los niños, explica a la salida de Barajas que las horas más determinantes las han vivido "con un poco de tensión" porque no sabían qué pasaría. "Es una operación más normal de lo que parece, pero la repercusión mediática hace que, aunque te digan que no pasa nada, te movilices rápidamente y vengas hacia el aeropuerto", afirma.