El 13 de febrero es el día contra la tortura. Coincidiendo con esta fecha, Arnaldo Otegi, que la semana pasada fue ratificado como líder de EH Bildu en el cuarto congreso de la coalición electoral, ha denunciado haberlas sufrido en el cuartel de Intxaurrondo y también a la dirección general de la Guardia Civil en Madrid, cuando fue detenido en 1987. Lo ha hecho a través de un hilo a las redes sociales. Otegi explica que en el primer día de las torturas le pusieron una camisa de fuerza y lo sumergieron una vez tras otra dentro de una bañera, "continuamente hasta perder el conocimiento". En la segunda jornada "siguen con la bañera" pero este método está acompañado "durante todo el día" con descargas eléctricas.

"Día 3. Ahora se suman los golpes y continúan los largos interrogatorios con amenazas hacia mi hijo y mi familia. Amenazas de muerte", sigue relatando Otegi. El "calvario" continúa en la siguiente jornada, la cuarta con instrumentos de tortura como la picana eléctrica, que se suma a la bañera y las amenazas: "Aquel cuarto día me dejan una pistola en la mesa y me animan a cogerla y fugarme".

El líder de la izquierda abertzale explica que en el quinto día hay una declaración con un abogado que no sabe si es abogado o guardia civil. "Me dicen que lo firme todo o que volvamos a empezar. Lo niego todo y no firmo". En el sexto día Otegi entra en la prisión y denuncia torturas, una queja que llega, tal como él mismo subraya, a las Naciones Unidas. Este hilo se acaba con la imagen de un recorte de periódico Egin de 1987, donde se recoge esta denuncia de maltratos ante el juez: "Otegi no declaró nada más que se considera inocente de los cargos que contra él se formulan y sí que hizo constar los maltratos a los cuales ha sido sometido durante su instancia en dependencias de la Guardia Civil", recoge la noticia. El relato de Otegi este miércoles coincide con lo que explicó entonces ante el juez, aunque en aquel momento no podía asegurar que hubiera sido retenido en el cuarte de Intxaurrondo, porque llevaba los ojos tapados todo el rato. "Ayer, cuando pasó ante el juez, todavía eran apreciables las muestras de quemaduras y numerosos hematomas en varias partes de su cuerpo", explicaba el artículo publicado el martes 14 de julio de 1987.