Tres agentes de la policía española han declarado esta mañana ante el juzgado de instrucción número 7 de Barcelona que investiga las cargas policiales durante el 1-O. Uno de los agentes que ha declarado es el que se investiga para dar una patada voladora a uno de los votantes en las escaleras de entrada en l'IES Pau Claris de Barcelona. Aunque en las imágenes presentadas como prueba se ve el número de identificación del agente y que este reconoce que estaba en las escaleras en los momento de los hechos ha negado ser el autor.
Los tres agentes han asegurado ante el juez que sólo tenían órdenes de llevarse las unas, no de cerrar los colegios electorales como reclamaba el auto del TSJC, lo que demuestra, según las acusaciones, que la actuación tenía hacer finalidad "humillar y crear el pánico".
En la jornada de hoy estaba previsto que declararan cuatro investigados, tres presencialmente y uno por videoconferencia. Este último, que ya había comparecido ante el juez y que se lo había vuelto a citar para ampliar algunos detalles, finalmente no ha declarado por motivos personales y lo hará el jueves.
Anegado las agresiones
Finalizadas las declaraciones, los abogados de la acusación han explicado que los tres agentes han negado ser los autores de las agresiones, como ya han hecho la treintena que han declarado ante el juez. Aparte del investigado para dar la patada voladora, han declarado al oficial encargado del dispositivo para dar una patada a un votante en el patio del instituto y otro agente para tirar el teléfono móvil de un votante al suelo.
Las acusaciones confían al aportar nuevas pruebas videográficas en que permitan hacer el seguimiento del agente auor de la patada voladra, teniendo en cuenta que en un vídeo queda perfectamente identificado.
Núria Garrido, abogada de la Asociación de Juristas por los Derechos Humanos, ha explicado que los tres agentes han negado ante el juez que tuvieran orden de cerrar el colegio electoral, como reclamaba la orden del TSJC, el que demuestra que la actuación policial tenía como objetivo "humillar, herir votantes y crear el pánico".
No los entendían
Los agentes, todos ellos con amplia experiencia en el cuerpo, han asegurado ante el juez que el ambiente aquel día era muy hostil, con continuos insultos y amenazas, y que nunca habían vivido una situación similar. Con todo, cuando el juez les ha preguntado qué insultos proferían los votantes contra ellos, no han sido capaces de concretar ninguno "porque no los entendían", han asegurado.
El jueves está previsto que declaren 5 testigos de las cargas policiales a la Escuela Ramon Llull y el viernes será el turno de Roger Español, el votante que perdió un ojo durante la actuación policial en este colegio y cinco testigos más.