Constituïm, una agrupación de 17 personas, ha entregado a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, su particular Constitución catalana, surgida de la sociedad civil, según ha explicado su portavoz, Jordi Domingo, después de recoger 3.400 sugerencias por Internet y foros diversos que se han hecho en todo el país. El redactado y articulado de esta Constitución no está cerrado, sino que "es una herramienta de trabajo y de debate".
Domingo sostiene que tener un texto articulado permite aportar más ideas, "de ver qué falta". Explica que partir de una hoja en blanco este debate "es muy complicado". Por eso, con su propuesta quieren propiciar el debate de la Constitución catalana. "Nuestro texto es un texto para desmenuzar y triturar en base de la reflexión", ha argumentado.
El portavoz ha explicado que la presidenta se ha comprometido a hacer llegar el texto a los grupos parlamentarios y a la comisión del Proces Constituent del Parlament. Aun así, la misma plataforma Constituïm hará llegar el articulado a los parlamentarios, así como a las entidades independentistas ANC, Òmnium y AMI.
Domingo sostiene que el texto articulado se basa "mucho en las personas", se centra "en el medio natural" y "sobre todo en la democracia y la participación". Por ejemplo, proponen un régimen presidencialista, donde el presidente de Catalunya sea escogido cada cinco años en una circunscripción única de todo el país, "un ciudadano un voto", ha explicado.
Además, el mandato estaría limitado a estos cinco años. Un modelo parecido al de los Estados Unidos. El Parlament, en cambio, tendría que ser elegido en otras elecciones, juntamente al Síndic de Comptes y el Síndic de Greuges, y el número de diputados sería variable. De hecho, según esta propuesta, el sistema electoral tendrá que ser de representación directa, de listas abiertas y a una sola vuelta.
Lenguas
Entre otras cuestiones, y una de las que ha provocado más polémica, es que el texto prevé que en la futura República independiente sólo el catalán sea lengua oficial, junto con el aranés en la Vall d'Aran, mientras que el castellano tendrá un trato de “protección de los derechos de las personas que son castellanoparlantes”. Es decir, en concreto, según recoge el texto, se tendrá que reconocer que el castellano tiene un "estatus jurídico especial, como patrimonio cultural y de cohesión que hay que respetar, garantizar y proteger".
De hecho, Domingo sostiene que aquellos ciudadanos que hayan venido a Catalunya después de la etapa educativa o antes de la “normalización lingüística” tendrían que poder “seguir dirigiéndose a la administración en castellano”. El resto, pero, habrían “de asumir que el catalán es la lengua oficial”. Con todo, matiza que ni se perseguiría el castellano ni se prohibiría su uso en ningún ámbito público ni social.
Por otro lado, los ciudadanos otros estados con "nexos culturales y lingüísticos comunes" con Catalunya podrían optar por la nacionalidad catalana sin tener que renunciar a la suya.
Ejército, no gracias
En cuanto a la necesidad o no de tener un ejército en el futuro Estado catalán, Constituïm defiende que en una Catalunya "nación de paz" no sirven "los ejércitos del siglo XIX y XX". Domingo apuesta, y así lo recoge el texto, por una Agència Nacional de Seguretat i Defensa, que "tiene que proteger la ciudadanía con todos los medios que haga falta". Pero según ha explicado este abogado, no tiene que tener nada que ver con los ejércitos convencionales.
También propone un Institut de Pau i Treva para "propiciar la intervención en lugares de conflicto para ayudar a la paz". Este estará dotado de un cuerpo profesional especializado que se dedicará a la investigación y aplicación de métodos no violentos de intervención y de resolución de conflictos armados.
Eutanasia
El articulado de esta propuesta de Constitución garantiza también a todas las personas el derecho de vivir con dignidad el proceso de la muerte, a recibir un tratamiento adecuado al dolor y a curas paliativas integrales. Por eso, proponen que la ley "regule las condiciones, requisitos y garantías para la pràtica de la eutanasia".
El futuro
El proyecto ha sido elaborado durante 15 meses por varios equipos de especialistas -entre los cuales el exjuez Santi Vidal, que no ha estado presente en la audiencia-, e incluye 148 artículos en su versión final que ha sido entregada, en formato digital, a Forcadell.
El texto ya tiene una versión en aranés y al castellano y la Universidad de Ginebra lo traducirá al inglés, francés, alemán y griego, según explica el grupo.
Este texto constitucional empieza ahora su segunda fase. El objetivo es traerlo a un segundo debate público a nivel nacional, con representaciones en todo el territorio e internacionalmente.