Las reservas de agua en los embalses de las cuencas internas de Catalunya han reculado este julio, más bien seco, después de cuatro meses de remontada gracias a las abundantes lluvias que se dieron en primavera. Los últimos datos del visor de la sequía que ofrece la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) sitúan la media de los nueve pantanos de las cuencas internas catalanas al 33,81% de su capacidad; unos 235,90 hectómetros cúbicos de agua en total —la capacidad máxima es de unos 694 hm³— entre Darnius Boadella, Sau, Susqueda, la Baells, la Llosa del Cavall, Sant Ponç, Foix, Siurana y Riudecanyes.
Al inicio del verano, después de una primavera lluviosa, las reservas de agua llegaron a superar ligeramente el 37% de su capacidad, con un ascenso exponencial después de meses en caída libre. La sequía, que parece que ocurrirá un fenómeno estructural con qué lidiar en Catalunya, daba guerra desde hacía casi dos años: al primer tercio de este 2024 tocó fondo, cuando las reservas de las cuencas internas llegaron a caer al 14,33% a principios de marzo. Hacia finales de abril los chubascos hacen subir las reservas al 18%, en mayo casi se doblaron hasta el 30% y al acabar junio se tocó techo. Desde entonces, la tendencia vuelve a ser descendente.
Darnius Boadella se sitúa ahora mismo al 21,63%, Sau al 26,20%, Susqueda al 41% —el único que ha ganado reservas el último mes—, la Baells al 47,11%, la Llosa del Cavall al 27,09%, Sant Ponç al 33%, Foix al 60%, Siurana al 1,54% y Riudecanyes al 1,83%. A pesar de este ligero retroceso, el nivel de reservas con que los pantanos de las cuencas internas encaran el final del verano es superior a lo que presentaba hace un año. El 31 de julio del 2023 el nivel general de los embalses era del 27,5%, más de seis puntos por debajo del nivel actual.
Con respecto a los embalses del sistema Ter-Llobregat, que abastecen de agua toda el área metropolitana de Barcelona —más de 202 municipios y varios millones de personas— están al 35,97% de su capacidad, con 220 hm³ de agua acumulada en conjunto. Hace un mes, superaban el 39,3% de las reservas, por lo que la caída es de un poco más de tres puntos porcentuales en poco tiempo.
Un julio seco y caluroso
Este descenso de los embalses se da por un julio seco y caluroso. Los datos de lluvia del Servei Meteorològic de Catalunya (Meteocat) con respecto al mes pasado muestran que ha sido un julio seco o muy seco en buena parte del país, sobre todo en el prelitoral norte, la meseta central y puntos de la Plana de Lleida. Si bien, por el contrario, ha sido lluviosa en la sierra del Abrera, extremo sur, vertiente sur del Pirineo más occidental y puntos de la depresión central. En este sentido, se dieron varias DANA durante los primeros días del mes, con tormentas fuertes, como por ejemplo las del primer día del mes. Con todo, ha sido un julio cálido, especialmente a finales de mes: Catalunya ha registrado el 29, 30 y 31 de julio la temperatura media más alta de, como mínimo, los últimos 20 años.