Mientras dentro del hemiciclo Pere Aragonès defendía su proyecto ante los reproches de la oposición, su mentor político acaparaba el interés mediático con su retorno al Parlament de Catalunya, precisamente para apoyar al futuro nuevo presidente. Oriol Junqueras ha pedido un permiso penitenciario para poder presenciar la primera investidura de un president de ERC en décadas.
En las filas de ERC están exultantes, a pocas horas de materializar definitivamente el ascenso a la presidencia de la Generalitat. Sus principales dirigentes —Vilalta, Sabrià, Torrent, Serret— han recibido a Junqueras en la entrada de la cámara catalana, donde se han fundido en abrazos. Ya dentro, el presidente de los republicanos ha subido el último tramo de la escalera central con el puño alzado, mientras en el otro lado el resto de miembros de su equipo le dedicaban una larga ovación.
Puigdemont, "encantado"
"Lo que nos quitó con la fuerza de las armas un ejército fascista lo hemos recuperado con la fuerza de las urnas", ha destacado instantes después en los micrófonos de TV3. En la línea de los objetivos trazados por Aragonès durante el discurso de investidura, Junqueras ha puesto en valor la importancia de que Catalunya cuente "con un presidente de ERC", ahora que se enfrenta a "retos gigantescos" a raíz de la crisis pos-Covid. Al mismo tiempo, ha subrayado que su hito es "convertir este país en República si así lo quieren sus ciudadanos" y que el único camino para hacerlo es insistir en "la vía amplia", "ser más y construir mayores mayorías" para hacer que "el referéndum sea inevitable".
Sobre el acuerdo suscrito con Junts per Catalunya, que republicanos y junteros han sudado hasta el último minuto del tiempo de descuento, se ha mostrado "convencido de que [Puigdemont] está encantado con el acuerdo", porque lo han negociado y pactado los suyos, y lo ha validado su militancia.
Según informan fuentes de su entorno, Junqueras estará también este lunes en la toma de posesión de Pere Aragonès, el acto institucional que se celebra en el Palau de la Generalitat donde el nuevo president promete el cargo. La última vez que el presidente de ERC pisó el Parlament fue días después de que le concedieran el tercer grado, en plena campaña para las elecciones del 14 de febrero. Entonces, sin embargo, no se trataba de un día histórico en la cámara catalana, no había cámaras y prácticamente tampoco había diputados. Sólo el entonces presidente de la cámara, Roger Torrent, que lo recibió y acompañó.
En la imagen principal, Junqueras con el puño alzado entra en el Parlament. / S. Alcàzar