Dos años y medio después, Carme Forcadell ha vuelto al Parlament de Catalunya en el marco de una declaración conjunta de los presidentes de la cámara para celebrar los cuarenta años del restablecimiento de la institución.
Recibimiento para|por el actual presidente, Roger Torrent, en la entrada de la cámara, Forcadell ha sido aplaudida por decenas de diputados al aparecer por la escalera principal del edificio. "Asumir la presidencia del Parlament es un honor incomparable, pero también comporta una gran responsabilidad", ha reivindicado ya en el Despacho de Audiencias, acompaña de los expresidentes Núria de Gispert, Ernest Benach y Joan Rigol, además de Torrent.
La expresidenta, que cumple una pena de 11 años y 6 meses de prisión por sedición, ha aprovechado el discurso para defender libertad de expresión: "Un tesoro inmenso que tenemos que preservar siempre".
Asimismo, ha definido el Parlament como "la institución de la palabra libre, de la voz plural del país, del diálogo político sin límites" y lo ha presentado como "un espacio de debate donde todo lo que preocupa a la ciudadanía tiene que poder ser expresado y debatido libremente, con el único límite de la educación y el respeto debido por el resto de representantes de la ciudadanía".
Forcadell también se ha sincerado sobre sus sentimientos a la hora de asumir la presidencia en un discurso marcadamente feminista. "A menudo sientes el peso de la historia, de estar a la altura de los que te han precedido. A pesar de las discrepancias políticas, somos conscientes que formamos parte de un proyecto que es el Parlament", ha afirmado.
En este sentido, ha apelado a la continuidad de la institución porque "a menudo los grandes cambios piden persistir en el tiempo" y ha puesto como ejemplo la igualdad entre hombres y mujeres. "El Parlamento se ha acercado a la paridad numérica en sus diputados, pero no lo ha alcanzado", ha reconocido añadiendo que "hace falta dar un paso más".
Un Torrent más reivindicativo
El discurso de Torrent ha sido mucho más centrado en el conflicto actual entre Catalunya y el Estado. El actual presidente de la cámara ha situado los efectos de la pandemia de la Covid-19 y el conflicto con el Estado, el cual ha calificado de "anomalía democrática", como "retos inmediatos".
También ha querido dedicar unas palabras de apoyo y afecto a Forcadell, de la cual ha dicho que cumple pena de prisión por haber ejercido su cargo "con dignidad democrática". "Carme, pocas veces se ha hecho evidente la injusticia como en tu caso", ha lamentado.
"Se evidencian los límites del modelo autonómico y del Régimen del 78. Hay que avanzar en la revolución pacífica y democrática, en que la ciudadanía decida su futuro político y pare la represión contra el independentismo", ha defendido.
Además, Torrent se ha atrevido a aventurar que "sin estas limitaciones, el Parlament podría hacer más en favor del bienestar de la vida de las personas". "40 años después del restablecimiento democrático, la ciudadanía tiene que poder escoger si quiere o no un Parlament completamente libre. En democracia eso sólo se puede decidir con un referéndum", ha concluido.
Rigol, Benach y De Gispert
Por su parte, la expresidenta De Gispert y el expresidente Benach han recordado las injerencias del Estado en la institución poniendo como ejemplo la sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatuto o la judicialización de la actividad parlamentaria. "Contamos con un legislativo limitado que perjudica la capacidad de trabajar para mejorar la vida de la gente", ha denunciado De Gispert. "Nos rige un Estatuto que no es el que la ciudadanía aprobó en referéndum", ha apuntado a Benach.
Por último, el expresidente Rigol ha querido rememorar el origen del Parlament, "que nace como tal en 1932", ha recordado. Rigol, además, ha explicado que el Parlament del 32 "se heredero de te las pareces de paz y tregua y de las cortes generales abolidas por el rey Felipe V. Antecedentes que nos recuerdan que la palabra, el diálogo y el pacto forman parte de la cultura política de nuestra nación", ha reivindicado.