Arsenio Fernández de Mesa, director general de la Guardia Civil, se ha hecho hacer un retrato como los generales del siglo XIX. A pesar de ser un cargo civil, el director general, amigo personal de Mariano Rajoy, quiere pasar a la posteridad con uniforme y galones. Por eso se ha hecho hacer el retrato, que todos sus antecesores tienen, con la banda de la Gran Cruz Naval. Una condecoración de la que sólo pueden hacer uso los militares cuando llevan el uniforme de gala.
Fernández de Mesa no lleva uniforme, pero sobre el chaqué se ha colgado las medallas, lleva la vara de mando y la banda que no le corresponde para su cargo y condición de civil.
El retrato se hace en motivo del cambio de director general de la Guardia Civil. Todos los predecesores de Arsenio Fernández tienen su óleo expuesto en la sede central del Instituto Armado. Todavía no ha dejado el cargo pero el cuadro está a punto para formar parte de la galería. Ni siquiera está claro si cesará. Todo depende de lo que decida el nuevo ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, que sustituye a Jorge Fernández Díaz. El retrato, sin embargo, ya circula entre los mandos de la Guardia Civil, y ha creado un cierto malestar por el hecho de que un civil luzca condecoraciones sólo para militares.
Ninguno de los antecesores de Fernández de Mesa ha tenido, tampoco, en el retrato la bandera española. Iban con americana y corbata y sin ningún gesto ni símbolo militar, sino que tienen un ademán natural.