La negociación por los presupuestos, atascada. La reunión entre el president de la Generalitat, Pere Aragonès, y la jefa de filas de los comunes, Jéssica Albiach, no ha servido para desbloquear un acuerdo para las cuentas. Cuando quedan menos de 24 horas para que el proyecto se someta al debate a la totalidad a la cámara catalana, el ejecutivo no tiene garantizado poder mantener la tramitación del presupuesto porque todavía no cuenta con los apoyos necesarios para hacerlo posible. Durante el encuentro en el Palau de la Generalitat, de unos 45 minutos, las dos partes han mantenido su posición inamovible sobre el Hard Rock, el escollo que impide un acuerdo.
Varias fuentes del Govern admiten que las conversaciones siguen enrocadas y que todo se mantiene igual, pero que seguirán negociando hasta el último minuto para intentar llegar a un acuerdo. El tiempo límite es miércoles al mediodía, cuando se prevé la votación de las enmiendas a la totalidad. Por su parte, fuentes de los comunes coinciden en este diagnóstico y explican que, hoy por hoy, no hay ninguna nueva reunión concretada. En todo caso, sí que defienden que los contactos seguirán y que tienen las "líneas de teléfono abiertas por si el ejecutivo cambia de opinión". Con todo, los de Albiach insisten en que, más allá de este proyecto, las cuentas son "poco ambiciosas" en materias como salud, educación y vivienda; mientras que el Govern sí que ve un acuerdo en muchos aspectos sectoriales con ellos.
El Hard Rock, el elefante en la habitación
Los comunes quieren una oferta del Govern para parar el Plan Director Urbanístico del Hard Rock. Una vía podría ser una moratoria que se amparara en una resolución aprobada en el pleno monográfico sobre sequía y cambio climático, que instaba al ejecutivo a "parar cualquier modificación de planeamiento urbanístico en el sector turístico que suponga movilizar más recursos hídricos por encima de 100 litros por persona y día, hasta que el consumo de agua del sector primario e industrial no esté garantizado".
Ahora bien, este mismo martes al mediodía, la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ha reiterado que no lo frenarán porque no tienen "ningún margen para parar un procedimiento en marcha" del centro recreativo en Vila-seca: "No podemos obligar a los funcionarios a hacer nada porque eso sería prevaricar, y los comunes lo saben perfectamente". De hecho, el Govern sostiene que el Hard Rock es una "excusa" de los de Jéssica Albiach: "Parece que no quieren los presupuestos, que no hay voluntad política". Por todo ello, Plaja ha instado a Albiach a hacer uso de los "canales y palancas" en Catalunya y Madrid para forzar al PSC a renunciar al Hard Rock, ya que Aragonès afirmó el miércoles pasado que, si cedía en este aspecto, existe el riesgo de perder el apoyo de los 33 diputados socialistas al presupuesto.
Tres reuniones en un día
El tiempo corre y al Govern le quedan dos votos para llegar a la mayoría absoluta si no quiere que este miércoles caigan los presupuestos. A lo largo de esta semana, las reuniones y conversaciones con los comunes se han intensificado. El lunes ya se celebró una reunión en Palau donde no se constató ningún avance. Esta mañana, a las 11 horas, el equipo negociador de los comunes —formado por los diputados Juan Carlos Gallego, Susanna Segovia y Enric Bárcena, y el coordinador del grupo, Ximo Balaguer— se ha vuelto a encontrar con la delegación del Govern, que integran Núria Cuenca (secretaria general de Presidència), Josep Maria Aguirre (secretario general de Economia i Hisenda) y Marc Ramentol (director general de Coordinació Interdepartamental). De nuevo, las posiciones han seguido enrocadas y han mantenido otro encuentro a partir de las dos y media del mediodía, al cual se ha sumado David Cid, portavoz de los comunes en el Parlament. Después de esta reunión, a las 16:30 horas, ha arrancado el encuentro entre Pere Aragonès y Jéssica Albiach, donde tampoco han conseguido salvar las discrepancias.
Sucesiones, la otra vía descartada
En estos momentos, las cuentas peligran ante la falta de acuerdo entre el Govern y los comunes. Además, el ejecutivo llegará al debate de totalidad de los presupuestos con enmiendas que ha presentado toda la oposición, a excepción del PSC. Junts fue el último grupo a presentar esta enmienda a la totalidad, esperando a llegar al final del plazo, que vencía este lunes a las 10:30 horas. No obstante, los juntaires sostienen que la enmienda es "preventiva" y que, si el Govern hace alguna contraoferta que incluya la bonificación al 99% del impuesto de sucesiones, más desburocratización y "refuerzo" en educación y lengua catalana, pueden negociar su apoyo y retirar la enmienda. De hecho, explican que así lo trasladó el lunes por la mañana el presidente de su grupo parlamentario, Albert Batet, al president Aragonès.
Sin embargo, esta es una vía que el ejecutivo no contempla. Patrícia Plaja ha destacado que es una "línea roja": "Son 1.200 millones de euros que dejarían de invertirse en temas sociales". Por su parte, Junts insiste en que hay que bajar la presión fiscal a los ciudadanos y discrepan de la cifra del ejecutivo: eliminar sucesiones supondría una pérdida recaudatoria de 358 millones, una cuantía que, defienden, el Govern les ha reconocido. Este martes al mediodía, la portavoz del grupo parlamentario, Mònica Sales, ha aseverado que no ven "voluntad" del ejecutivo para negociar con ellos porque no los han convocado a una nueva reunión —hay que añadir que solo han celebrado cuatro—: "Parece que prefieran no pactar los presupuestos con nosotros aunque suponga perderlos".