Los equipos negociadores de ERC y el PSOE se volverán a ver este martes, justo un día después de un encuentro secreto ayer en Barcelona y que los dos partidos enmarcan en una "reunión de trabajo", en lo que será la tercera reunión oficial por|para la investidura de Pedro Sánchez. El encuentro, el primero público que se hace a la capital catalana y que tendrá lugar a las 12h del mediodía, llega con dos convencimientos: que muy posiblemente no será la última y que la investidura tendrá que ser en enero.
El presidente en funciones y líder socialista, Pedro Sánchez, quería ser investido de nuevo presidente antes de Navidad o, en mucho estirar, antes de Fin de Año. Los republicanos, sin embargo, no sólo no tienen prisa para llegar al acuerdo, sino que el calendario judicial que tienen por delante los vierte casi inevitablemente a enero, con la decisión de Luxemburgo sobre Oriol Junqueras y la situación de los presos como principales focos.
De hecho, esta dilatación del entendimiento es uno de los tres puntos que los republicanos llevarán a la reunión de este martes, tal como aseguró este lunes Marta Vilalta, secretaria general adjunta del partido e integrante del equipo de negociación, en rueda de prensa. Para ERC, uno de los objetivos de esta tercera reunión, la primera en la capital catalana, es dejar claro que no puede haber "prisas" para llegar a un acuerdo, además de "concretar" como tiene que ser la mesa de negociación y pedir que haya "con respecto a las instituciones catalanas".
Los republicanos ven muy difícil llegar a un acuerdo antes de acabar el año por dos motivos. En primer lugar, porque, según apuntan, el objetivo no es negociar una investidura a cambio de unas competencias más, como en anteriores etapas, sino encontrar "una solución al conflicto" catalán. "ERC no está aquí para negociar el 'peix al cove'", reivindicaba Vilalta, avisando también de que no tienen prisa y que la voluntat es llegar a una "buena solución para activar la vía política". "Si el PSOE tiene prisa que se mueva más rápido", agregaba.
Pendientes de Luxemburgo, el grado de los presos y las euroórdenes
Pero es que, además, el calendario judicial y la situación de los presos vuelven a condicionar el acuerdo. La misma Vilalta reconoció ayer que de los presos se ha hablado en anteriores reuniones y que los próximos acontecimientos judiciales acondicionarán la "totalidad" de la negociación. Y es que los republicanos tienen varias fechas marcadas en rojo en el calendario de aquí a finales de año que los complican poder llegar a un pacto con el PSOE antes de Navidad.
La más destacada es el jueves día 19 diciembre, cuando el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, con sede en Luxemburgo, tiene que decidir sobre la inmunidad del presidente del partido, Oriol Junqueras, y que podría tener importantes implicaciones políticas en caso de darles la razón. Pero hay más. Empezando por la sentencia del TSJC contra el presidente Quim Torra –que se espera en los próximos días–, la vista sobre las euroórdenes contra los exiliados Carles Puigdemont, Toni Comín y Lluís Puig –programado para el 16 de diciembre–, y también la clasificación de los presos.
Esta misma semana la Junta de Tratamiento de las prisiones tiene que decidir qué grado penitenciario aplica a los presos y, en función de qué régimen los aplique, podrían llegar a tener o no permisos para salir de la prisión. La decisión es de las presos catalanas, que dependen de la Generalitat, pero la última palabra la tendrá el Tribunal Supremo, que podría revocar la decisión. Los republicanos enmarcan la decisión en un asunto "técnico", pero esperan que la Fiscalía no interponga ningún recurso. "No tendría que entrar por nada ni la Fiscalía ni la judicialización", ha apuntado a Vilalta.
Los socialistas se resignan: "Pues en enero"
Con todo este mostrador sobre la mesa, los republicanos se han encargado este lunes de ir allanando el terreno para que el PSOE asuma que antes de Fin de Año, nada. Y, de hecho, en casa de los socialista ya han empezado a asumirlo. "Si no es posible hasta enero, pues será a enero", afirmó el secretario de organización del PSC, e integrante del equipo negociador, Salvador Illa. En la rueda de prensa de este lunes en la sede de la calle Pallars, Illa insistió en que sería "deseable" que que el Gobierno se formara "lo más pronto posible", tanto para los intereses de España como también para Catalunya, pero que si hay que esperar a enero, lo harán.
Quien no parece acabar de aceptar el calendario son los comunes, los terceros en discordia, que consideran que hay que llegar a Navidad "con los deberes hechos" y presionan en ERC para que ceda antes de las vacaciones de invierno. Según apuntó desde la sede de los comunes el portavoz de la formación, Joan Mena, dilatar la investidura en el 2020 "sólo sirve para debilitar los fundamentos de un gobierno progresista" y dar una oportunidad a la derecha "para reorganizarse". Por eso, pidió a los republicanos que "dejen de jugar al póquer" con el presidente Quim Torra para ver quien "arriesga más o tiene la carta más alta", y ha implorado empezar en el 2020 "abriendo una etapa de estabilidad y progresista".
Las cuatro demandas de los republicanos
Sea como sea, los republicanos insistirán en las "cuatro patas" básicas que tiene que tener el acuerdo, y que hace semanas que ponen sobre la mesas. Para ERC es imprescindible que haya un reconocimiento del "un conflicto político" entre Catalunya y el Estado, que la mesa de negociación sea entre gobiernos y que se pueda hablar de todo", especialmente del fin de la represión y del derecho de autodeterminación; que haya "un calendario" concreto y que tenga "garantías" de cumplimiento. Con todo, los republicanos piden que haya una "activación de la vía política" que tiene que implicar, también, la "desactivación" de otras vías como el represión y la judicialización y avisan de que, si no se cumplen sus demandas, no "les temblará el pulso" al votar 'no' a Sánchez.