La imposibilidad de dialogar con el gobierno de Mariano Rajoy, y su constante enrrocamiento a evitar cualquier tipo de conversación relacionada con el referéndum y el derecho a decidir de los catalanes sobre su futuro, está impulsando el Govern a ir directamente por la vía rápida para poner una solución de acuerdo con el mandato que la ciudadanía encargó a las elecciones del 27-S.
Precisamente por eso, el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha convocado mañana a las 17.00 una cumbre con las fuerzas políticas favorables al referéndum para hablar. Así lo ha anunciado la portavoz del Govern y consellera de la Presidència, Neus Munté, al Via Lliure de RAC1, donde ha justificado esta decisión bajo el argumento que, después de tantos portazos, y recordando que "a las últimas horas hemos recibido amenazas intolerables, las decisiones no se pueden demorar.
Después que ayer, la ANC, Òmnium y la AMI se unieran para exigir al Govern fecha y pregunta para el referéndum, y que el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, haya insistido en la misma emisora en el reclamo de poner fecha y pregunta, hoy Munté ha dejado entrever que el plazo más lógico para dar una respuesta a las peticiones de las entidades soberanistas sería entre una y dos semanas, mientras que ha asegurado que el Govern "mostrará su firmeza a la hora de respetar el deseo de la mayor parte de la sociedad catalana".
Llamamiento a Colau
A la reunión están citados el PDeCAT, ERC, la CUP, Demócratas, Més, Podem, Catalunya en Comú y EUiA.
La afirmación, en más, del líder de Podemos, Pablo Iglesias, viernes pasado sobre que "un referéndum unilateral es una movilización legítima", la convicción de los comunes en que incluirá el referéndum en la moción de censura, y las idas y venidas de los podemistes en esta cuestión ha impulsado Munté a volver a hacer un llamamiento a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para que esté presente y ha precisado que, con todo, también "tenemos que poner en valor la gran tarea del Pacto Nacional para el Referéndum".
De hecho, el líder de En Comú Podem, Xavier Domènech, también soltó el viernes que "ante la respuesta represiva evidente del PP hay legitimidad para ejercer desafíos democráticos, pero hay que hacerlo bien".
El peligro de votar
Ya hace días que el gobierno español alerta de los peligros que puede comportar para España el hecho de que el Govern vaya directamente y convoque el referéndum. Primero fue la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que acusó Puigdemont "de intento de golpe de estado".
La siguió el ministro de Justicia, Rafael Catalá, que avisó -para variar- al vicepresident Oriol Junqueras de que una Catalunya independiente no seguiría dentro de la Unión Europea asegurando que sus normas no lo permiten.
Ayer, la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, volvió a salir a la carga en un intento de calmar los ánimos a los contrarios a dejar decidir a los catalanes asegurando que "no dejaremos que los delirios pongan en peligro España".
Pero realmente, quien acabó de dar este empujón fue Rajoy ayer durante el cierre de las jornadas del Círculo de Economía en Sitges, cuando instó a los empresarios catalanes a frenar el referéndum y soltó que "el proceso rompe los lazos familiares".