La reunión entre los presidentes Pedro Sánchez y Pere Aragonès en La Moncloa ha durado más de dos horas y media. Pero, al menos según la versión de La Moncloa, no se ha "profundizado" en ninguna de las demandas de la Generalitat: ni en la autodeterminación ni en la amnistía. Tanto es así que, en la rueda de prensa posterior al encuentro, la portavoz española ha reclamado a los exiliados que vuelvan para enfrentarse a la justicia y también ha descartado cualquier tipo de reforma del Tribunal de Cuentas, que persigue a una cuarentena de exdirigentes independentistas.
Así, en nombre del Gobierno de España, ha comparecido María Jesús Montero que ha subrayado el "clima de cordialidad" de las dos bandas así como la recuperación de la "normalidad institucional". En este sentido, la dirigente socialista ha insistido en que "hay que abrir una nueva etapa en Catalunya", basada en el diálogo, y "dejar atrás la confrontación". Por eso, desde La Moncloa se han avenido a convocar en julio la comisión bilateral y en septiembre la mesa de diálogo. Y han instado al president Aragonès a asistir a la conferencia de presidentes que tendrá lugar la última semana de julio en Salamanca.
Según la versión monclovita, se ha hablado de la situación de la pandemia, de la "normalización de las relaciones", del diálogo también interno dentro de Catalunya —instando a convocar la mesa de partidos del Parlamento— y finalmente de otros temas "en materia de agenda socioeconómica". En este último apartado, el presidente español le habría ofrecido al catalán el apoyo a la candidatura para los Juegos de Invierno de Barcelona-Pirineos 2030 y la ampliación del aeropuerto del Prat. En cambio, según Montero, "en ningún momento" han sido "objeto de debate" la amnistía o la autodeterminación. En todo caso, reiteran sus "límites" y su apuesta por cosas "viables".
Montero ha sido preguntada especialmente por la situación de los exiliados. Primero de todo, ha rebatido el término utilizado por varios periodistas: "Yo no nos nombraría exiliados. Los llamaría huidos de justicia". Y en segundo lugar los ha indicado el camino a seguir: "Que respondan delante de los tribunales de justicia", como ha hecho el resto del Govern del 1-O, ya indultado. En este contexto no habrá ningún tipo de "gesto".
Con respecto a una hipotética reforma del Tribunal de Cuentas, desde el Gobierno lo rechazan rotundamente: "La respuesta hoy para hoy es no. No hay ninguna vocación de reforma". Y lo ha ligado al argumentario oficial, haciendo un llamamiento al PP a renovar los órganos constitucionales, entre ellos el Tribunal de Cuentas, que este julio verá como caduca su mandato de nueve años.
Aragonès no busca la imagen
Durante una rueda de prensa posterior a la delegación del Gobierno en Madrid, Aragonès ha justificado que la convocatoria de la mesa de diálogo no sea inmediata, sino que se espere a después de vacaciones, porque no van "a buscar sólo una imagen". "Si la quisiéramos la tendríamos esta semana". Preguntado sobre posibles renuncias, el jefe del ejecutivo catalán ha razonado que el referéndum ya es un camino intermedio, porque da la opción a los del no, que la posición de máximos sería pedir que se impusiera la independencia mañana mismo.