Como si se hubiera puesto en marcha la mecha de un cohete de Sant Joan, la reunión de la consellera Laura Vilagrà con el ministro Félix Bolaños ha activado a los sectores de Junts más reticentes a mantener el acuerdo de Gobierno con ERC. La contundencia de los posicionamientos sobre este tema ha provocado que se convocara para esta misma mañana de manera extraordinaria y urgente una reunión de la ejecutiva del partido, según ha podido saber ElNacional. El encuentro no ha cerrado ninguna decisión concreta, pero poco después de celebrarse el vicepresident del Govern, Jordi Puigneró, ha salido a cargar de nuevo contra la reunión de ayer y ha reclamado a ERC, "menos reuniones y más hacer perder votaciones al PSOE en el Congreso".
El momento tampoco es casual. Se produce en pleno debate precongresual del partido, polarizado por la ponencia política que plantea la posibilidad que, una vez auditados los resultados del acuerdo de Govern, se plantea a las bases una consulta sobre continuar o no en el ejecutivo de Pere Aragonès. La opción contraria al actual acuerdo con ERC, que defiende el sector que lidera la presidenta del partido, Laura Borràs, levanta reticencias en el entorno del actual secretario general, Jordi Turull, pero también en el sector más próximo a su predecesor, Jordi Sànchez. Estos dirigentes defienden la necesidad de ser decisivos en las políticas que adopta el Govern y el riesgo de quedar políticamente arrinconados en caso de marchar del ejecutivo. Con todo, las costuras de Junts se vuelven a tensar cuando a penas ha pasado un mes del congreso en que se renovó la dirección.
El debate interno se produce, además, con una ejecutiva que desde el lunes pasado ha recuperado el equilibrio que pactaron Borràs y Turull, después de que dos de los nombres que correspondía designar a la presidenta y que fueron tumbados en el congreso, entre los cuales el secretario de organización, han quedado finalmente ratificados.
La reunión atiza el debate
Desde que el martes se supo que la consellera Laura Vilagrà y el ministro Félix Bolaños se habían citado este miércoles en Madrid para intentar recuperar las relaciones entre los dos gobiernos, la tensión entre Junts y ERC no ha parado de crecer. Tanto la presidenta de Junts, como la vicepresidenta Aurora Madaula, han dejado claro internamiento, pero también públicamente, su posicionamiento, pero también algunos de los dirigentes más próximos a Carles Puigdemont como Josep Rius y Aleix Sarri.
Este mismo martes, Junts reprochó a los republicanos que no se les había informado del encuentro con Bolaños hasta poco antes que se hizo público. Ayer, antes de la reunión, Turull acusó a ERC de blanquear el gobierno de Pedro Sánchez y el CatalanGate; y finalmente, después del encuentro, el president en el exilio, Carles Puigdemont, cargó con contundencia contra el encuentro. Aunque Puigdemont ha abandonado la presidencia de Junts, su voz sigue siendo determinante dentro del partido. Este viernes, el president ha vuelto desplegando todo su argumentario en contra de negociar sin fijar las condiciones previas y sin unidad.
Borràs: "Este no es el camino"
Después de la reunión también la actual presidenta de Junts rechazó en un tuit encuentro recordando que el Parlament ha aprobado diferentes resoluciones, con el apoyo de los republicanos, en que se acuerda la congelación de las relaciones con el Govern hasta que no se aclare el CatalanGate. "Hoy sufrimos una nueva división innecesaria que nos debilita y debilita las decisiones que hemos votado todos en el Parlament: ya ha quedado claro que este no es el camino", advertía.
También el secretario de organización, David Torrents, alertaba ayer por la noche a través de un tuit del temor que la entrevista entre la consellera y el ministro "más que un acuerdo entre gobiernos es un acuerdo entre partidos, PSOE y ERC". El diputado y también miembro de la ejecutiva Salvador Vergés rechazó la reunión con un tuit en que recuerda que el Parlament había acordado congelar las relaciones entre los dos gobiernos y acaba reclamando: "Nosotros estamos aquí donde tendríamos que estar todos. No en nuestro nombre". Por su parte, Aleix Sarri, ha reprochado que "el diálogo se ha convertido en un objetivo en sí mismo a pesar de saber que el PSOE no se moverá ni una coma".
Ante esta cascada de reacciones, la cuestión que ahora se plantéa este partido es qué efecto ha de tener en la continuidad del ejecutivo de coalición a la Generalitat su oposición abierta y contundentes frente a la apuesta de negociación con el Estado que aparece como el principal eje estratégico de Esquerra.