En las últimas horas, el caso Koldo, sobre la presunta corrupción en la compra de mascarillas durante la pandemia de coronavirus, ha vuelto a copar la actualidad informativa. El motivo ha sido un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que, entre muchas otras conclusiones, apunta en dos direcciones. Por una parte, sostiene que José Luis Ábalos tenía un “papel relevante y de responsabilidad” en la supuesta trama por su “relación directa” con Koldo García, que era su asesor en el Ministerio de Transportes, y con Víctor de Aldama, el principal comisionista de la trama y expresidente del Zamora CF. Por otra parte, revela que Pedro Sánchez no puso “objeciones” a la reunión privada entre Ábalos y Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, en enero del 2020. A partir de aquí, las 233 páginas del informe de la UCO han desembocado en una serie de reacciones en cadena: el juez que investiga el caso Koldo, Ismael Moreno, ha preguntado al Congreso si Ábalos sigue siendo diputado, él mismo ha pedido voluntariamente declarar como testigo, Pedro Sánchez ha garantizado que “no habrá impunidad”, las acusaciones populares han solicitado que el juez cite a declarar al presidente español como testigo y él ha admitido que Ábalos lo “informó” de la visita “privada” de Delcy Rodríguez. Una cascada de movimientos que hacen traquetear la posición inquebrantable del presidente español.
🔎 Las claves del informe de la UCO que acosa Ábalos por el caso Koldo
La consecuencia directa es que, de esta manera, reaviva un frente de desgaste que se había apaciguado en las últimas semanas. Con las últimas informaciones, se redobla la presión al Gobierno y se expande la sombra de corrupción sobre la Moncloa, sumada a la investigación de Juan Carlos Peinado a Begoña Gómez por presunto tráfico de influencias y corrupción en los negocios, ahora avalada (con límites) por la Audiencia de Madrid. Semana horribilis en la Moncloa. Ahora la presión vuelve a estar en la Moncloa: pese a que todos los ministros cierran filas con Pedro Sánchez, a nadie se le escapa que el informe de la UCO supone un terremoto para la imagen del Gobiernoy para su rumbo inmediato. Y es que el hecho de que la ex-mano derecha y hombre de confianza de Sánchez (que fue su telonero en la moción de censura contra la corrupción del PP de Mariano Rajoy en el 2018) esté a un paso de ser imputado es un revés difícil de afrontar.
Y el PP lo sabe y quiere volver a utilizar el caso Koldo como arma arrojadiza contra el PSOE. El tema parecía que estaba amortizado, pero las nuevas informaciones abren una nueva ventana de oportunidad para los populares. “La corrupción en el Gobierno adelanta a un ritmo que asusta, esto ya no lo puede tapar ni controlar nadie”, ha denunciado esta mañana Alberto Núñez Feijóo desde Varsovia. Además, de rebote, el caso Koldo ha dejado en un segundo plano la polémica de la semana sobre la conmutación de penas a presos de ETA a través de una ley que fue aprobada por unanimidad en el Congreso de los Diputados. El PP tenía un escape de agua, con críticas de las víctimas del terrorismo incluidas, y lo ha conseguido taponar.
Una última variable. Hace unos días el PSOE dejó morir la comisión de investigación sobre las mascarillas en el Congreso, que fue la herramienta de los socialistas para hacer frente a las sospechas de corrupción y para disparar contra el PP. Pero los populares no dan el brazo a torcer. La comisión de investigación del Senado, con poca resonancia mediática, continúa su camino silencioso y Génova mantiene la amenaza (nunca consumada) de hacer comparecer a Sánchez. Todavía no se atreven, pero aseguran que el día llegará. Hoy, la portavoz del PP en el Senado, Alicia García, ha hecho la enésima rueda de prensa sobre esta cuestión sin dar pistas. “Sánchez es el padrino de la trama, todos los caminos de la corrupción empiezan y acaban con él, sin duda vendrá a la comisión de investigación”, ha afirmado. La única novedad es que el PP quiere ampliar el objeto de la comisión para no hacer corto. Dentro de dos semanas, eso sí, ha citado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Sea como sea, ahora la presión vuelve a estar en la Moncloa: pese a que todos los ministros cierran filas con Pedro Sánchez, a nadie se le escapa que el informe de la UCO supone un terremoto para la imagen del Gobierno y su rumbo inmediato.
El “papel relevante” que la UCO atribuye a Ábalos sitúa a la ex-mano derecha de Sánchez en el centro de la diana
“La enumeración lógica de indicios expuestos hasta ahora ofrece una aproximación a los hechos en la cual Ábalos adquiere un papel relevante y de responsabilidad en su relación directa con Koldo, Aldama y la organización criminal dinamizada por este último”, motivo por el cual “se tendría que investigar qué relación tendría el exministro” con los hechos investigados y, por lo tanto, “se requeriría iniciar una investigación sobre esta persona”. Es uno de los abstractos más trascendentes del informe que la UCO ha remitido a Ismael Moreno, el juez de la Audiencia Nacional que está investigando el caso Koldo. Además, la UCO también relata que Víctor de Aldama se refería a Ábalos como “jefe” y habría pagado el alquiler de un piso a Madrid de Jéssica, una mujer que estaba “vinculada de una forma muy personal a Ábalos”.
El primer movimiento derivado de este informe de la UCO llegaba ayer al mediodía: el magistrado remitía una carta al Congreso para que Francina Armengol acreditara que Ábalos sigue siendo diputado y está aforado. Es el paso previo a una imputación. Fuentes de la cámara baja confirman a ElNacional.cat que esta mañana han enviado la respuesta en una carta dirigida a la presidenta del Alto Tribunal, Isabel Perelló. A partir de aquí, si finalmente el Supremo quiere investigar a Ábalos, tendrá que pedir el suplicatorio para poder proceder penalmente contra él. En paralelo, el mismo Ábalos ha presentado un escrito a la Audiencia Nacional pidiendo declarar voluntariamente como testigo ante el juez. Y por la mañana, desde la Ciudad del Vaticano, Pedro Sánchez ha garantizado que “no habrá impunidad” y ha defendido que él ha actuado con “contundencia, determinación y convicción” ante “cualquier sospecha de corrupción que se haya podido producir” dentro de su ejecutivo. Hace ocho meses, cuando estalló el caso, el PSOE expulsó Ábalos del partido y le reclamó el acta de diputado (cosa a la que se negó y que lo llevó al Grupo Mixto).
La reacción de Ábalos ha llegado este viernes por la tarde en Cuatro. “He dicho mil veces que no me he lucrado en el servicio público. No me he enriquecido y no he formado parte de ninguna trama”, ha afirmado en una entrevista telefónica en Todo es mentira. El exministro ha reconocido que no hace falta que dé más explicaciones “fuera del ámbito judicial” y ha sostenido que él es el “principal interesado” y el “principal afectado”. Sobre el documento de la UCO, ha esgrimido que el informe “no acredita nada”, ya que tienen que ser los tribunales los que lleguen a conclusiones sólidas. “Eso es una tarea de investigación: una cosa es decir las cosas y otra es probarlas”, ha manifestado. “Mi colaboración será plena, pero la defensa de mi inocencia también será intensa”, ha concluido.
La UCO revela que Sánchez no puso “objeciones” al encuentro “privado” entre Ábalos y Delcy en Barajas
El informe de la UCO tiene un segundo dato relevante: asegura que Pedro Sánchez autorizó la reunión privada de José Luis Ábalos con Delcy Rodríguez. El documento incluye un mensaje del exministro en el que informaba al presidente español de que la vicepresidenta de Venezuela se quería reunir con él “discretamente”. “Bien”, respondió Sánchez, que no puso “objeciones” al encuentro. Posteriormente, Ábalos informó a Koldo García del “permiso” de Sánchez: la UCO considera que eso permite aprecia como Koldo “obtuvo el beneplácito del presidente del Gobierno para la visita de Delcy”. Pocas horas después de conocerse el informe, las acusaciones populares del caso Koldo, Hazte Oír y Iustitia Europa, han solicitado al juez que cite a declarar al presidente español como testigo para que “aclare su posible implicación o conocimiento” sobre las acciones de Koldo García y Víctor de Aldama en “el esquema de influencia corruptora en el seno del Gobierno” y su “presión” en el rescate de Air Europa. Consideran que es “fundamental” para “aclarar su rol en este caso” y las “dudas sobre la posible implicación de su entorno próximo, en particular, de Begoña Gómez”.
Posteriormente, el presidente español ha reconocido que José Luis Ábalos lo “informó” de la visita de Delcy Rodríguez a España. Pedro Sánchez ha defendido que el encuentro fue “privado” y que cuando su ejecutivo se dio cuenta de que había sanciones que le impedían pisar suelo europeo, la visita se canceló. Es una versión diferente de la que Sánchez argumentó en 2020, cuando defendía que no era consciente de la llegada de Delcy en España y que Ábalos había ido al aeropuerto para mediar y evitar que un gobernante venezolano pisara suelo español. “Cualquier otra cuestión que tenga que ver con supuestas prácticas delictivas tendrán que ser las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la justicia quien lo dirima, y tendrán que responder aquellas personas involucradas”, ha añadido.