"No hubo nunca una victoria tan amarga ni una derrota tan dulce", decía Felipe González al día siguiente de haberse salvado de un porrazo histórico en las elecciones generales de 1996, ganadas por el PP con 156 escaños, por delante de los 141 del PSOE. José María Aznar acabaría pactando con Convergència i Unió y el PNV su entrada en la Moncloa, pero el entonces líder del PSOE conseguía salvar los muebles y que las urnas no plasmaran los malos pronósticos que auguraban las encuestas. 28 años más tarde, Pedro Sánchez ha saboreado su propia 'dulce derrota' en los comicios europeos del 9-J. Ha perdido, pero se ha quedado a solo dos eurodiputados de los populares y ha conseguido, resumidamente, caer en pie de esta contienda electoral. Ahora, sin embargo, al líder socialista se le multiplican los desafíos. El fiasco europeo de Sumar ha obligado a Yolanda Díaz a anunciar su parcial dimisión, los fiscales del Supremo han decidido plantar cara al fiscal general del Estado porque quieren driblar la amnistía, el mismo Sánchez ha empezado un nuevo conflicto con el CGPJ, y Esquerra Republicana ya le ha dado sus primeros problemas post-12-M nombrando al juntaire Josep Rull nuevo presidente del Parlament. Todo, en medio de una legislatura española absolutamente dependiente de lo que pase en un tablero político catalán completamente envenenado, con la investidura de Salvador Illa nada garantizada; y con la justicia española asediando al presidente del Gobierno a través del 'caso Begoña' y ahora el de su hermano.

Pedro Sánchez sufrió una derrota el 9-J. Quedó por detrás del partido de Alberto Núñez Feijóo y perdió el plebiscito contra la derecha y la extrema derecha en que había enmarcado aquella campaña porque PP, Vox y 'Se Acabó la Fiesta' sumarian mayoría absoluta en un hipotético hemiciclo solo de eurodiputados españoles. Es decir, por mucho que las elecciones europeas se caractericen por una circunscripción única que no se encuentra en unas generales, no sumaron mayoría las formaciones que el pasado mes de noviembre invistieron a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. El PP, además, se disparó con nueve diputados más que en las pasadas elecciones, Vox consiguió dos más; y la formación de Alvise Pérez pasó de la inexistencia a entrar en la Eurocámara con tres diputados.

Pero Pedro Sánchez ha sacado petróleo. Porque se ha quedado a solo dos escaños del PP y se ha mantenido de esta manera en pie. Y porque desde hace ya unos días el líder socialista está haciendo uso de la máxima 'divide te impera': le hace parte del marketing a Alvise Pérez, promoviéndolo aquí y allí con el objetivo de compartimentar la derecha en tres. El presidente del Gobierno ya se refiere a PP, Vox y 'Se Acabó la Fiesta' como "la Hidra de tres cabezas" de la política española. Este mismo miércoles, en la sesión de control en el Congreso de los Diputados y en una entrevista en TVE, Sánchez se refirió a la plataforma política del comunicador ultra en ocho momentos diferentes. Lo pueden recuperar en el siguiente vídeo:

 

La incertidumbre catalana

El destino de la actual legislatura española es incierto en tanto que el futuro de la flamante legislatura catalana también lo es; y más incierto es desde que Esquerra Republicana, al día seiguiente de las elecciones europeas, entregó sus votos a Josep Rull para que la presidencia del Parlament esté ahora en manos de Junts per Catalunya. Hay preocupación en la esfera socialista sobre cómo puede actuar ERC después de haber rechazado un primer pacto con el PSC, que hubiera allanado el camino a un acuerdo de investidura de Salvador Illa. Los socialistas catalanes fueron incluso a Ginebra a reunirse con Marta Rovira para ofrecer a los republicanos la presidencia de la cámara catalana a cambio de encauzar el retorno del PSC al Palau de la Generalitat. Este sábado, la ahora número 1 de los republicanos tras la salida de Oriol Junqueras, hacía un aviso: "El PSC debe saber que si Pedro Sánchez no es capaz de mover ficha, será muy difícil que ERC le pueda dar apoyo". La advertencia llega, tamién, después de que la división dentro de la militancia republicana se haya puesto de relieve cuando se ha tenido que debatir la decisión de entrar en el gobierno barcelonés de Jaume Collboni.

Junts tiene ahora en su poder el calendario del Parlament. La primera cosa que ha hecho es desafiar a Salvador Illa invitándolo a ser quien pase antes por un debate de investidura y que se le ponga cara de Alberto Núñez Feijóo. Ante la inquietud, en Madrid los socialistas recetan prudencia. Hace tiempo que fuentes de las altas instancias del Gobierno apuntan que no sería de extrañar que el líder del PSC fuera investido presidente "en incluso un tercer intento". Estos últimos días, con el fin de pedir calma, Pedro Sánchez ha insistido en más de una ocasión de lo que ha sido hasta esta semana que PNV y PSE han firmado un acuerdo de gobierno casi dos meses después de las elecciones vascas.

En Madrid también se debate mucho sobre una nueva anticipación electoral en España, y sobre la posibilidad de que esta pudiera coincidir con una repetición en Catalunya. De momento, Pedro Sánchez lo niega por activa y por pasiva. Este jueves insistió en que su ejecutivo tiene "tres años de legislatura por delante". "Somos un gobierno en plena forma", aseguró cuando se le preguntó, al lado de Recep Tayyip Erdogan, sobre la fragilidad de sus cimientos en la Moncloa. Aparte, afirmó que ha reiterado que a estas alturas la aritmética del Congreso de los Diputados hace que "no haya alternativa" en el gobierno de coalición de PSOE y Sumar.

El espacio a la izquierda del PSOE, en riesgo de atomizarse

El caso es que, también desde el día siguiente del 9-J, esta coalición tiene más riesgo de desequilibrarse. Si Sánchez mira a su izquierda, verá que el espacio se encuentra en riesgo de asomarse a una preocupante atomización. Sumar fracasó con estrépito en las elecciones europeas: consiguió solo tres escaños, recogió únicamente 12.000 votos más que la formación Se Acabó la Fiesta del ultra Alvise Pérez, quedó de forma muy reñida con Podemos en todo el Estado, y tanto en Catalunya como en Barcelona (ciudad gobernada por Ada Colau hasta hace un año) la candidatura de Irene Montero llegó a superar la de Estrella Galán. Ante eso, Yolanda Díaz ha decidido dimitir (a medias, porque mantiene el cargo de vicepresidenta segunda del Gobierno). Con la marca Sumar huérfana y Podemos habiendo demostrado que continúa vivo, se abre ahora un combate de codazos para controlar el espacio. Fuentes de los comunes señalan a ElNacional.cat que lo más deseable ahora mismo es evitar una repetición electoral en Catalunya para poder descansar durante el verano y encarar así el otoño con ánimos de llegar a consensos. "Nos tenemos que curar las heridas" de la lucha fratricida que se arrastra desde ahora hace un año, apuntan.

Hay nervios en el círculo de confianza de Pedro Sánchez, porque la única manera que tienen actualmente PSOE y PP para gobernar es tener a su lado un socio medianamente fuerte y, sobre todo, que no esté dispersado. A pesar de todo, fuentes de la máxima capitanía del Gobierno admiten que la crisis a Sumar llega "en el momento adecuado". Los socialistas confían que las cosas les acaben yendo bien, que no haya repetición electoral en Catalunya, que Salvador Illa sea investido president de la Generalitat y que la política catalana no mueva las placas tectónicas de Madrid. Si todo eso fuera así, esperan agotar los tres años restantes de legislatura y, por lo tanto, consideran que hay suficiente tiempo para que el espacio situado a la izquierda del PSOE se rearme

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Pedro Sánchez y Yolanda Díaz este pasado miércoles / Foto: Europa Press

Revuelta fiscal y judicial

Otro de los envites que encara Sánchez es el frente judicial, que está dividido en tres capítulos: la revuelta de los fiscales del Supremo, su nueva propuesta para quitarle competencias al CGPJ, y los casos de su esposa y su hermano. Este viernes el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ordenó a los fiscales del Tribunal Supremo defender ante Pablo Llarena y Manuel Marchena la amnistía a los líderes del procés. Minutos más tarde, Fidel Cadena, Javier Zaragoza, Consuelo Madrigal y Jaime Moreno plantaron cara porque consideran que la malversación no está incluida dentro del perímetro de la amnistía. Sea como sea, los fiscales del Supremo se reunirán con García Ortiz este martes para fijar el criterio sobre la ley, y la última palabra la tendrá el fiscal general, que fue colocado a dedo en su cargo por Pedro Sánchez y que utiliza la misma expresión utilizada por el líder socialista: hace falta obedecer "la voluntad del legislador" y no hacer interpretaciones retorcidas de la ley porque es sabido que el Congreso quería amnistiar a cualquier independentista catalán que haya sido perseguido por su participación en el procés.

Paralelamente, y también después de las elecciones europeas, Pedro Sánchez ha decidido dar un ultimátum al PP: llegar a un acuerdo este mes de junio para renovar el Consejo General del Poder Judicial o, en caso contrario, presentar una reforma en el Congreso de los Diputados que elimine la competencia que tiene el CGPJ de nombrar magistrados en el Tribunal Supremo y en los Tribunales Superiores. Porque esta es, en opinión del presidente español, el principal "incentivo perverso" que tiene el PP para bloquear la renovación de un órgano de gobierno de los jueces españoles que tiene mayoría conservadora y el mandato caducado desde hace cinco años. El líder socialista, para proveer de legitimidad su propuesta, asegura inspirarse en la idea sugerida por el actual presidente del ente, Vicente Guilarte.

Pero Guilarte ya ha saltado y ha lamentado que su propuesta ha sido malinterpretada por el líder socialista. "La reinterpretación que se hace de mis ideas es absurda y absolutamente falsa", apuntó este viernes en una entrevista en Onda Cero. Un día antes ya había salido al choque contra Pedro Sánchez, argumentando que los nombramientos de magistrados "tienen que persistir residenciados en el CGPJ por imperativo de la lógica constitucional más elemental". Todo indica que el líder socialista mantendrá un choque con Guilarte, porque no se avista ahora mismo la posibilidad de que haya acuerdo con el PP. Fuentes de la séptima planta de Génova 13 explican que los populares tienen voluntad de reunirse con el PSOE para sentarse en una mesa y hacerse la fotografía con la Comisión Europea y basta. Admiten que no habrá ninguna voluntad de acuerdo de los populares mientras el presidente español mantenga su "chantaje".

Y eso se suma a la ofensiva judicial contra el entorno familiar de Pedro Sánchez, que ha llegado a ser motivo para el presidente del Gobierno de amenazar con abandonar el cargo en su famosa carta. El último episodio de este serial de presunta corrupción es que el juez Juan Carlos Peinado ha cedido a la Fiscalía Europea parte de la investigación a Begoña Gómez. Como no la ha cedido toda, la defensa de la esposa del presidente español le ha preguntado al magistrado qué investiga exactamente. Porque el juez ha decidido suspender las declaraciones que tenía programadas con algunos testigos y mantener vivo el interrogatorio a Gómez. Todo eso después de que Peinado entrara al choque contra Sánchez en un enfrentamiento epistolar.

Además, un juzgado también ha abierto diligencias contra el hermano del presidente del Gobierno, a raíz de otra denuncia proveniente de un sindicato ultraderechista como Manos Limpias. Se le investiga por un presunto delito continuado contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social, malversación de fondos públicos, tráfico de influencias y prevaricación. Pedro Sánchez, que en el último año ha tenido que hacer ingeniería discursiva para empezar a hablar de 'lawfare', está convencido de que sufre guerra judicial, pero no lo puede decir. Y, de momento, niega que sea víctima de ello.