El rey Juan Carlos I continúa en el ojo del huracán. Después de unas semanas en que ha sido el auténtico protagonista a raíz de las publicaciones de los audios de las conversaciones que mantenía con Bárbara Rey, en la época en la cual mantenían una relación, al rey emérito vuelve a situarse a la primera línea por unos cobros ilícitos durante su reinado. Hace años que el emérito vivo en Arabia Saudí, pero su relación con el país del Oriente Medio viene de muy lejos. Juan Carlos I visitó el palacio del rey saudí Jaled Bin Abdelaziz en Riad a finales de los años 70, el motivo del viaje era agradecerle un regalo. Según revela El País, el rey saudí regaló 10 millones de dólares —más de 9 millones de euros— al rey Juan Carlos I poco después de su coronación como monarca de España el 22 de noviembre de 1975. Este pago, y otros posteriores, se mantuvieron en secreto, y fue ingresado en una cuenta de un banco suizo y fue la primera de las millonarias donaciones que la casa de En el Saud, dinastía de la familia real de Arabia Saudí, hizo al emérito.

Los regalos para Juan Carlos I

Según relata El País, el rey viajó personalmente a Riad con Manolo Prado para agradecer el regalo, y uno de los testimonios de la administración de los bienes del emérito detalla que "cuando Juan Carlos I y la reina Sofía se casaron, recibieron algunos regalos muy valiosos, un collar espléndido y otras joyas, pero no podían venderlos". El rey saudí hizo otra donación de 36 millones de dólares —unos 33 millones de euros— según relató el teniente general Emilio Alonso Manglano, entonces director del Cesid a sus memorias publicadas en el libro El jefe de los espías, de Juan Fernández-Miranda y Javier Chicote. Este último regalo era para destinarlo a "financiar la Transición". Además, el emérito recibió de los saudíes una donación de 50 millones de dólares, más de 45 millones de euros, que invertir y con los cuales presuntamente habría ganado 18 millones.

Ninguno de estos regalos del rey Jaled Bin Abdelaziz en Juan Carlos I fueron confesadas al entonces jefe del servicio secreto, ni tampoco se declararon a Hacienda. Tampoco se declararon los 100 millones de dólares que recibió en el 2008 del Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí en una cuenta en Ginebra.

La gestión económica del rey emérito

Manuel Prado no fue el único administrador en la sombra del Juan Carlos I, ya que, durante una época, compartió el cargo oculto con Simeón de Sajonia-Coburgo-Ghota, Simeón II de Bulgaria. Según detalla el diario, Juan Carlos necesitaba a una persona próxima a la familia que vigilara que Prado cumpliera con su tarea. Simeón II de Bulgaria era presidente de Thompson y viajaba habitualmente al Marruecos, donde ya había hecho alguna gestión política para la monarquía española. La única pista documental sobre esta etapa han aparecido en el The JRM 2004 Trust, un instrumento financiero con 15 millones de euros que se creó en el 2004 a iniciativa de Manuel Prado en el paraíso fiscal de Jersey, que el rey ocultó bajo el nombre de Roberto Maura, un banquero que trabajaba en Londres para Prado.

El gestor de estos fondos, John Ruddy, detalló que la finalidad de la fortuna era dar apoyo a la corona en un golpe de Estado, aunque, el objetivo había desaparecido porque la situación política en España era estable y había que deshacerse de esta cantidad de dinero porque si no llevaría a una "situación incómoda para la monarquía" si la población conocía la información. La fortuna se escondió durante más de una década en una sociedad radicada a las Islas Vírgenes, según la documentación obtenida por la Fiscalía Anticorrupción al investigar las irregularidades financieras del rey emérito, que quedaron archivadas.