El rey Felipe VI ha evitado cualquier referencia a la situación política catalana y al rechazo europeo a las peticiones de extradición del Tribunal Supremo contra el president, Carles Puigdemont, y miembros del Govern durante su intervención en el tradicional acto de entrega de despachos de la promoción de jueces de este año.
El monarca, que ha dedicado buena parte de su intervención a alabar el trabajo de los jueces y su independencia para garantizar el buen funcionamiento del Estado de derecho, ha cerrado su parlamento subrayando el apoyo a los magistrados. "Siempre podréis contar con la confianza y el apoyo de la Corona", ha proclamado después de describir el judicial como "un poder independiente y en el cual reside el ejercicio de la potestad jurisdiccional de acuerdo con los valores constitucionales de llibertad, igualdad, justicia y pluralismo político".
Ni el presidente del Parlament, Roger Torrent, ni la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han estado presentes en el acto al cual, de manera excepcional y rompiendo las normas de protocolo, no han sido invitados. Pero no eran las únicas ausencias. L'Auditori de Barcelona presentaba hoy muchas sillas vacías, en un acto habitualmente muy concurrido. También ausencias de representantes del poder judicial catalán.
Acompañaban al Rey el ministro de Justicia, Rafael Catalá, y el presidente del CGPJ, Carlos Lesmes. Desde la quinta hilera seguía los parlamentos el juez del Supremo Pablo Llarena, responsable de la causa contra el 1-O que ha llevado a los miembros del Govern y los Jordis a la prisión. El primer parlamento ha sido el de su esposa, Gema Espinosa, directora de la Escuela Judicial, que ha reclamado empatía de los jueces hacia los ciudadanos.
Antes de que llegara el monarca al Auditorio, un grupo de estudiantes de la Escuela de Música de Catalunya (ESMUC) han sido contundentemente expulsados cuando intentaban recibir al monarca interpretando Els Segadors. Las convocatorias de los CDR contra la visita han provocado que toda el área en torno al Auditorio estuviera fuertemente blindada por la policía.
"El Estado de derecho implica que la función de los Jueces, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, tiene que estar guiada por la tutela de los principios constitucionales, lo cual os coloca en una situación clave para la sociedad como servidores públicos que salvaguardan y garantizan los derechos y libertades de todos los ciudadanos," ha asegurado.
Felipe VI ha querido reconocer la dificultad del trabajo de los jueces que, según ha afirmado, requiere "rectitud, imparcialidad y un sólido sentido de la Justicia".
El acto ha durado a penas tres cuartos de hora. Al acabar se ha ofrecido el tradicional refrigerio a los nuevos jueces y sus familias.