El Rey volverá a pisar Catalunya, cinco meses después de su última visita oficial. Y lo hará en plena ola de protestas y disturbios después del encarcelamiento del rapero leridano Pablo Hasél. Según confirman fuentes de La Moncloa, Felipe VI y Pedro Sánchez reanudarán la agenda pendiente y visitarán juntos la planta de SEAT, en Martorell, el viernes a primera hora de la mañana. Este acto estaba previsto para el pasado mes de diciembre, pero tuvo que ser anulada por la cuarentena del presidente del Gobierno, que días antes había estado en contacto estrecho con Emmanuel Macron, positivo por coronavirus. Los detalles de la visita se están acabando de cerrar.
Esta visita llega en un contexto político extraordinario. Los partidos independentistas se encuentran en plenas negociaciones del Govern de la Generalitat, encabezadas por el republicano Pere Aragonès, después de la victoria estéril del socialista Salvador Illa. En paralelo, siguen las protestas en Barcelona contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél y por la libertad de expresión. Todas las miradas están puestas en la capital catalana, especialmente después de que unos manifestantes intentaran incendiar una furgoneta de la Guardia Urbana. El malestar sigue ocupando las calles a pesar de la situación sanitaria.
Por si todo esto fuera poco, el jueves pasado se conocía la nueva regularización del rey Juan Carlos I. El rey emérito pagaba 4,4 millones de euros más, previamente defraudados, a la Agencia Tributaria por "la asunción de la Fundación Zagatka de determinados gastos para viajes y servicios realizados por Su Majestad". Un escándalo que mancha más la imagen de la monarquía española, enfangada en un pantano de corrupción, y que divide profundamente a los dos socios del Gobierno.
La última visita de Felipe VI a Barcelona fue el pasado 9 de octubre, donde, también acompañado de Pedro Sánchez, presidió la entrega de premios de la primera edición de la Barcelona New Economy Week-BNEW.
División en La Moncloa
Al día siguiente de la segunda regularización de Juan Carlos I, en una rueda de prensa en La Moncloa, Pedro Sánchez volvió a construir un cortafuego en torno al actual rey Felipe VI, desmarcándolo de las "conductas incívicas" de su padre. Si bien expresaba "el mismo rechazo que la ciudadanía" ante las noticias que aparecen, el presidente español limitaba los daños: "Aquí no se cuestionan instituciones sino el comportamiento de una persona, es muy importante subrayarlo". En cambio, Unidas Podemos hace una enmienda a la totalidad a este discurso. Este mismo lunes, la portavoz de Podem, Isa Serra, denunciaba la inacción de las diferentes instituciones del Estado: "Una vez más se demuestra no sólo que la monarquía está ahogada por la corrupción, sino como pueden reírse del conjunto de la ciudadanía". Y remachaba: "Cada día que pasa sin que la Fiscalía o el Supremo investiguen, se degradan el conjunto de las instituciones del Estado".