Los reyes españoles han vuelto este martes a pisar la zona cero de la DANA; esta vez ya sin fango y con un fuerte dispositivo policial que ha impedido que se repitieran imágenes como las de Paiporta hace ya un par de semanas: una multitud de personas abucheando e intentando agredir a Felipe VI, Letizia, Pedro Sánchez y Carlos Mazón. Esta vez, los monarcas españoles han visitado Xiva, uno de los pueblos más afectados por la catástrofe meteorológica. Han estado acompañados por la alcaldesa del municipio, por el president de la Generalitat Valenciana y, esta vez, el Gobierno ha enviado al ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres. Sánchez asiste estos días a la cumbre del G-20 que se celebra en Brasil.
La visita no ha tenido nada que ver con la de Paiporta. No solo por el dispositivo policial destinado a blindar a los monarcas, sino porque Felipe VI y Letizia no se han encontrado tanta desafección entre las decenas de personas que les esperaban. Sí que ha habido algún abucheo para Carlos Mazón, por su negligente gestión de la DANA mortal. Los monarcas han ofrecido declaraciones a Onda Cero. El rey español ha esquivado una pregunta sobre la gestión política que se ha hecho de la tragedia, y ha reivindicado la obligación que tienen las instituciones de "estar cerca en todo momento de la ciudadanía; sufrir con ellos y darles apoyo". Ha reconocido que "ha cambiado mucho la situación" respecto de su visita en Paiporta y que "pasará mucho tiempo" hasta que el País Valencià vuelva a la normalidad. Letizia, por su parte, ha anunciado que los reyes tienen pensado "volver más veces" a la zona cero de la catástrofe.
La tarde del martes, los reyes españoles visitarán el municipio de Letur, en Albacete, y lo harán acompañados de la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez. Antes, sin embargo, también visitarán la valenciana localidad de Utiel. Hace un par de semanas, los reyes ya tenían previsto visitar Xiva, pero tuvieron que cancelarlo por los incidentes de Paiporta.
La visita fallida de Paiporta
La Operación Paiporta fue una visita ideada por la Casa Real, pero con la autorización de la Moncloa, que es quien siempre tiene la última palabra sobre los actos del rey español y su familia. La visita, fallida, generó malestar en el Gobierno. Porque aunque allí todo el mundo recibió, difirieron bastante las imágenes que corrían por las redes sociales y las televisiones sobre los momentos posteriores a aquellos hechos: los reyes españoles intentaban mediar torpemente con la población desesperada mientras el presidente del Gobierno huía del lugar de los hechos.