Las cajas todavía para ordenar que se apilan en las nuevas oficinas de la CUP en el Parlament son el ejemplo gráfico de que sus nueve diputados están demasiado ajetreados con las negociaciones para la investidura y el nuevo gobierno. Los anticapitalistas han dado un salto cualitativo. Sus antiguos despachos se los ha quedado Cs y ellos han se han expandido, ocupando el espacio que antes tenían los socialistas. Es aquí, en la nueva sala de máquinas del partido, donde uno de sus pesos pesados, Carles Riera (1960), atiende a ElNacional.cat. La capacidad de influencia de los cupaires se ha multiplicado y, de momento, ya han puesto un pie en la Mesa del Parlament. Que pongan o no otro en el Govern de la Generalitat dependerá de cómo evolucionen las conversaciones con ERC y Junts en las próximas horas. La disposición está y la última palabra la acabará teniendo la militancia. El próximo miércoles, la CUP celebrará una asamblea para definir su posición sobre la investidura de Pere Aragonès. Riera expresa preocupación por la desconfianza entre ERC y Junts que ha detectado en los contactos de estos días. También adelanta que, en caso de que de entrada acaben quedando fuera del ejecutivo, podrían sumarse más adelante, cuando la legislatura ya esté en marcha.

Foto: Sergi Alcàzar

¿Ha sido productiva la penúltima semana antes de la investidura?
La penúltima semana está siendo intensa, como todas las anteriores. Y supongo que la próxima todavía lo será más. El marco general de estas negociaciones nos hace constatar que vamos más deprisa con ERC, otra cosa es los acuerdos a los que llegaremos, que ya veremos, y estamos teniendo muchas dificultades para poder trabajar con Junts per Catalunya. ¿Por qué? Eso lo tendrá que explicar JxCat.

¿Esta semana os habéis llegado a ver con Junts? ¿O no habéis hecho más reuniones desde que se constituyó el Parlament?
Durante esta semana no hemos podido tener todavía ninguna reunión. Antes hemos tenido dos reuniones bilaterales con Junts y dos trilaterales con ERC y Junts, donde no pudimos avanzar mucho. Nosotros estamos insistiendo a Junts para que nos volvemos a ver lo antes posible, tanto a nivel bilateral como trilateral. Porque tenemos prisa, porque el país tiene prisa y los problemas que tiene el país son urgentes.

Vamos más deprisa con ERC. Estamos teniendo muchas dificultades para poder trabajar con Junts

Justo antes de hacer esta entrevista he podido recuperar unas declaraciones suyas de 2018, durante las negociaciones posteriores a la no investidura de Puigdemont, que eran prácticamente calcadas a las que pronunció en la conferencia de este miércoles...
Ciertamente, en estos momentos existe un riesgo importante de que volvamos a un escenario político como el de los tres años anteriores, que es precisamente el escenario que no tenemos que repetir y del cual nosotros queremos salir, por eso estamos teniendo un papel muy proactivo y responsable para poner sobre la mesa todas las propuestas necesarias para que este nuevo ciclo político sea radicalmente diferente al anterior. Nos estamos dejando la piel, estamos poniendo toda la carne en el asador y trabajando todo el posible para que la nueva legislatura signifique un giro de 180 grados tanto a nivel social como en la liberación nacional. Nosotros lo estamos intentando y, sinceramente, vamos a todas. ¿Hasta dónde llegaremos? ¿Quién pondrá los límites? Junts per Catalunya y ERC. Es decir, nosotros tenemos la llave y estamos actuando con responsabilidad, pero en estos momentos quien tiene una gran responsabilidad para un cambio de ciclo o volver al escenario de los tres años anteriores es Junts per Catalunya y ERC. Y vemos indicios que nos preocupan muy en este sentido.

¿Detecta que hay un clima de confianza en las negociaciones? ¿Especialmente entre Junts y ERC?
No hemos tenido mucho ocasiones para constatar este grado de confianza porque todo lo que hemos conseguido a nivel trilateral son dos reuniones. No hemos tenido mucho tiempo. Pero en esta escasa experiencia que hemos podido tener, ciertamente constatamos con mucha preocupación que el nivel de desconfianza es alto y que la falta de diálogo y de entendimiento entre Junts y ERC es notable y preocupante. Precisamente en un momento en el que hace falta mucha generosidad y responsabilidad, y hablar en términos de país y no de partido. Es lo que estamos haciendo nosotros. Estamos poniendo sobre la mesa propuestas que no son el programa de la CUP, que consideremos que expresan sentidos comunes muy mayoritarios y hegemónicos. Estamos dispuestos a asumir todos las responsabilidades y compromisos que haga falta para aplicar estos objetivos de país. En la arquitectura y geometría del Parlament y del Govern buscaremos en cada momento la posición que nos permita avanzar más deprisa. En cambio en Junts y en ERC todavía vemos tics muy partidistas en esta lógica de reparto del poder autonómico. Y este no es el escenario. El electorado ha dicho que hace falta un giro hacia el independentismo y hacia la izquierda. Eso nos obliga a un cambio de marco mental. A todos. Nos hace sufrir mucho que todavía hay tics de estricto reparto de poder autonómico.

Existe un riesgo importante de volver a un escenario político como el de los tres años anteriores. En Junts y ERC todavía vemos tics muy partidistas

¿Tenéis la sensación de que realmente os quieren en el gobierno?
Cuándo veremos si realmente nos quieren o no es cuando vemos a qué grado de acuerdos habremos llegado desde el punto de vista de objetivos de legislatura y de programa de gobierno. Si Junts y ERC asumen buena parte de nuestras políticas querrá decir que nos quieren en el gobierno. Si no las asumen querrá decir que no nos quieren y que si públicamente dicen que sí simplemente es retórica. Lo veremos en base al programa.

Sobre programa, habéis avanzado más con ERC. ¿Tanto como para dar el paso de entrar al gobierno?
Como os decía, con ERC hemos avanzado mucho más desde el punto de vista de ritmo de trabajo, de reuniones e intercambio de documentos, hemos activado varios grupos de trabajo, por temáticas, unos grupos en los que tenemos la expectativa de que se sume Junts per Catalunya. De JxCat todavía no conocemos su propuesta de programa político, no sabemos cuáles son sus intenciones, sus objetivos para esta legislatura. Estamos en esta situación tan preocupante. Con ERC todavía es temprano para ver qué grado de acuerdos podemos alcanzar. Lo podremos verificar en las próximas horas. Sí que es verdad que el ritmo de trabajo es importante y eso siempre es positivo. Estamos trabajando en diferentes bloques. Por un lado, sobre el enfoque de la legislatura. Nosotros hemos planteado una legislatura de confrontación democrática, de conflicto democrático con el Estado, con un fuerte acento antifascista y en que el Parlament actúe con soberanía para defender derechos fundamentales como la vivienda, si hace falta, desobedeciendo. Por otra parte, hay que parar hemorragias, que son emergencias: parar desahucios, es fundamental, y también entrar en un escenario de distensión desde el punto de vista de represión política, por eso hemos hablado de Interior -moratoria y posterior eliminación de las balas de foam, debatir y modificar el modelo de orden público, hacer transparentes los protocolos de actuación de la policía para supervisarlos y si hay que modificarlos, que haya las sanciones pertinentes si no se cumplen, que la Generalitat retire las acusaciones particulares contra independentistas y antifascistas y la disolución de la Brimo y del Arro. Después hay todo un capítulo que son las políticas públicas, sociales y económicas -plan de rescate social y plan de choque para la crisis- y el otro tema fundamental es la estrategia independentista. Esta legislatura tiene que ser del ejercicio del derecho a la autodeterminación. De estos temas es de los que estamos hablando. En las próximas horas veremos si con ERC llegamos a acuerdo y esperamos ver si con Junts empezamos a hablar.

Foto: Sergi Alcàzar

¿Con lo que menos se ha adelantado está en cómo ejercer la autodeterminación en esta legislatura?
Con ERC y Junts hemos hablado del tema del rol del Parlament y de Interior. Ambas fuerzas han adquirido de entrada compromisos de abordar estas problemáticas. Ahora eso lo tenemos que aterrizar a compromisos concretos. Hemos empezado a hablar de políticas públicas con ERC, llevamos mucho trabajo hecho, no hemos podido hablar con Junts. Hemos avanzado en el tema antifascista, no sólo con Junts y ERC sino también con los comunes y el PSC. Tuvimos la iniciativa por un acuerdo antifascista. Tanto con ERC como con Junts hemos empezado a hablar de estrategia independentista sin llegar todavía a acuerdos. Simplemente planteando el problema.

El Consell per la República requerirá un replanteamiento, una reformulación, tal vez una refundación. Para que pueda ser una instancia compartida por todo el independentismo

 

Usted hablaba el otro día de la mesa de diálogo nacional. En las negociaciones se ha hablado de la creación de un nuevo órgano de coordinación independentista. ¿Cómo tiene que ser este espacio? ¿Podría ser el Consell per la República o tiene que ser de nueva creación?
Nosotros constatamos que la mesa de diálogo en Madrid está vacía y no es viable. No se dan las condiciones para que sea efectiva. Sabemos que este conflicto se resolverá dialogando y negociando, no sólo con el Estado sino con más actores, en un escenario internacional. Y habrá que llegar a un escenario de diálogo y concertación para formalizar un nuevo marco jurídico político que nos permita ejercer la autodeterminación y alcanzar la amnistía. Ahora, este marco hay que crearlo. Por eso hablamos de movilización social, desobediencia civil y soberanía del Parlament. Como en estos momentos no hay posibilidad de que sea viable la mesa de diálogo con el Estado, nos parece que la prioridad está aquí, que tenemos que acordar y pactar una estrategia compartida a nivel independentista para ejercer la autodeterminación y alcanzar la amnistía. Es el espacio que tenemos que crear. Habrá que activar un gran acuerdo nacional por la autodeterminación y la amnistía y eso va más allá de los partidos y el Parlament. Y hace falta también un espacio estratégico de trabajo compartido del conjunto independentista no sólo de los partidos sino de sus principales agentes sociales. Es imprescindible. El Consell per la República tiene que ser uno de los puntos del orden del día de este espacio. Evaluar qué ha sido hasta ahora el Consell per la República y qué hay que hacer para que en algún momento pueda ocurrir una instancia compartida por todo el independentismo. Eso requerirá un replanteamiento, una reformulación, tal vez una refundación. Teniendo en cuenta que puede jugar un papel internacional importante que tenemos que reforzar. Repensar el Consell per la República para que en algún momento pueda ser una instancia compartida por todo el independentismo y para que todas las piezas encajen en el interior y el exterior para que todo sume, es uno de los trabajos que tendremos que hacer.

¿Teniendo en cuenta que afirman que el diálogo con el Estado es inviable ahora mismo, qué sentido tiene presentar una ley de amnistía en el Congreso?
La amnistía es una condición insoslayable para la resolución del conflicto. Por otra parte es un gran consenso de país. Todos los escenarios son campos de batalla donde tenemos que ir a disputar nuestras razones. La amnistía es una solución global imprescindible y lo tenemos que llevar a todas partes, a nivel internacional, en el Parlament, en el Estado español. Y que en todo caso sean los partidos políticos españoles los que se retraten, también ante la comunidad internacional, en el sentido de si quieren o no una resolución democrática, política, o quieren persistir en la represión. Qué mejor manera que presentarlos una ley de amnistía para que se pronuncien delante del mundo y demuestren si avanzan hacia la solución política o persisten en la represión.

Preguntamos a ERC si están dispuestos a desobedecer al Estado para garantizar el derecho a la vivienda. Nos tienen que contestar todavía

Foto: Sergi Alcàzar

La CUP plantea la necesidad de un nuevo 1-O, pero ahora habiendo hecho los deberes. ¿Qué hay que hacer diferente?
Tenemos que aprender de las lecciones del pasado, de 2017. Es evidente que quien no falló fue la gente y el movimiento popular. Esta será la clave. Sabemos que nuevamente la clave para la liberación nacional será la movilización social y la desobediencia civil. Y lo que hace falta es que esta vez las instituciones estén a la altura. No sólo para prepararlo mejor, sino después para garantizar la aplicación y el éxito. Desde el momento cero de esta legislatura hay que trabajar para crear las condiciones materiales y objetivas de éxito. Por eso la importancia de este espacio compartido independentista.

También defienden la necesidad de, en el mientras tanto, desobedecer el Estado y avanzar desde la soberanía de las instituciones para defender derechos que son emergencias.
Es obvio que en el marco del Estatuto y la Constitución no es posible avanzar en el derecho a la vivienda, por eso le preguntamos a ERC: ¿están dispuestos en el programa de gobierno a desobedecer el Estado con el fin de garantizar el derecho a la vivienda? Nosotros sí.

¿Y qué os dicen?
Nos tienen que contestar todavía... Pues así con otros derechos. En nuestro plan de rescate social hablamos de regulación de los alquileres, parar desahucios, renta básica universal, salario mínimo. Pero también de desprivatización de servicios públicos, del control público de los servicios básicos -agua, luz, telefonía-, eso es fundamental también una banca pública para financiar todo eso. ¿Todo eso se puede hacer en el marco del Estado español? Es evidente que no. Por lo tanto tendremos que desarrollar políticas de desobediencia. Eso nos permitirá crear las condiciones para que este embate democrático signifique un salto cualitativo con respecto al anterior.

¿Y todo eso que no se puede hacer dentro de la Constitución y el Estatuto, cree que lo pueden hacer en un gobierno con Junts per Catalunya y ERC? Nacionalización de los suministros básicos, garantizar el derecho al ocupación de pisos de grandes tenedores... ¿ERC lo tiene que aceptar todo para que la CUP entre en el gobierno?
Obviamente en una negociación todo el mundo tiene que ceder. Nosotros sabemos que también tendremos que ceder. Estos momentos se tienen que abordar con radicalidad en la defensa de los principios pero también con generosidad, con voluntad de compromiso. Nosotros estamos defendiendo cuestiones que nos parecen de sentido común mayoritario. Lo que es absurdo es pensar, después de la experiencia del 2008, que con las recetas económicas de siempre ahora saldremos de una crisis todavía más severa. Por eso hace falta un cambio de modelo. El independentismo tiene que liderar la respuesta social y económica a la crisis, sino que no tendrá legitimidad para liderar un nuevo embate democrático con el Estado. Quiere decir disputarle ya desde ahora en el Estado y el Ibex 35 el poder sobre los recursos, sobre las infraestructuras. Para defender derechos. Eso es preparar estructuras de soberanía.

Ocuparemos en cada momento la posición, en el Parlament y en el Gobierno, que sea más útil. Y eso puede variar a lo largo de la legislatura. La posición puede cambiar

¿Estáis de acuerdo en reformar el reglamento del Parlament para evitar que se les retire el acta a un diputado investigado hasta que no se abra juicio oral?
Este punto del reglamento se puso en el 2015 a instancias de la CUP y no lo modificaremos. Creemos que en este país hay un gran consenso en la defensa de derechos civiles y políticos, pero también en la lucha contra la corrupción o mala praxis. Y en eso hace falta la misma contundencia. Hay una causa general contra el independentismo contra la cual tenemos que cerrar filas y también tenemos que cerrar filas, sin concesiones ante la corrupción.

¿En caso de entrar en el gobierno, qué conselleries querríais asumir?
Todavía es muy temprano para hablar de eso, porque con ERC y Junts estamos hablando de objetivos y prioridades para ver si se puede formar gobierno. Todavía es muy pronto. En función de los acuerdos máximos que podamos llegar con ERC y con Junts. Si Junts se persona, si se presenta, porque de momento es el invitado ausente. Insisto en la preocupación que tenemos con el tema de Junts. Espero que no se planteen no entrar en la lógica de negociaciones, ni asumir nuestras propuestas ni plantear alternativas para esperarse a última hora para hacer una investidura de gobierno que reproduzca los mismos déficits y tics de la legislatura anterior. Sería una enorme irresponsabilidad por su parte. Nosotros estamos hablando de las condiciones de esta legislatura. Todavía es temprano para decidir nuestra posición. Ocuparemos en cada momento la posición, en el Parlament y en el Gobierno, que nos parezca más útil para hacer avanzar los objetivos a nivel político. Eso incluso puede variar a lo largo de la legislatura, la posición puede cambiar. Serán nuestras militancias que decidirán. Primero sobre la investidura. Y después sobre el gobierno.

Foto: Sergi Alcàzar

La lógica apuntaría que si habéis podido investir presidentes de Junts y CDC, ahora os tendríais que sentir más cómodas con un president de izquierdas. En todo caso, si se acaba llegando al límite sin un acuerdo, ¿actuaríais igual que con la presidencia del Parlament facilitando la investidura para evitar nuevas elecciones?
El resultado electoral indica mayoría independentista y giro a la izquierda. Y eso se tiene que expresar en el Parlament y en el Govern de la Generalitat. ERC es quien tiene la responsabilidad de formar gobierno. Nosotros actuamos con responsabilidad, con compromiso, con sentido histórico y jugaremos nuestro papel absolutamente determinante. Seremos determinantes y condicionaremos la legislatura para garantizar este giro a la izquierda e independentista. Que nos ponemos o no de acuerdo es en función del programa.

¿Pero llegados al límite, antes de repetir elecciones haríais una investidura "crítica" para evitar tener que volver a las urnas y poner en riesgo la mayoría independentista?
Eso lo decidirá nuestra militancia.

¿Sois muy críticos con la pasada legislatura, creéis que Quim Torra fue un buen president de la Generalitat?
La legislatura pasada fue un fracaso a todos los niveles, desde el punto de vista de políticas públicas, sociales, de la relación con el Estado, del avance en la agenda independentista. Todos tenemos que hacer la autocrítica por la parte que nos toca. La legislatura anterior sin duda fue fracasada, a pesar de las buenas intenciones.

¿Están preparados para que llegue el pressing CUP?
En estos momentos la única bastante política que ha puesto una propuesta política sobre la mesa es la CUP. Junts no ha comparecido y ERC nos está dando respuesta sobre nuestras propuestas. Por lo tanto, nosotros estamos trabajando con la máxima responsabilidad, ahora quien tiene el compromiso de mojarse son las otras fuerzas políticas.