La Universitat Catalana d'Estiu (UCE) ha puesto punto y final a su semana de actos con la entrega del Premio Canigó a la exconsejera de Enseñanza, Irene Rigau, y en la Universitat Jaume I de Castelló. En la clausura, el presidente del UCE, Jordi Casassas, ha querido reconocer la trayectoria de Rigau por su "compromiso político" y ha destacado la capacidad "de enlazar territorios" de la Universitat Jaume I.
En su discurso Rigau ha reivindicado la necesidad de generar un sentimiento de pertenencia hacia la lengua "como una cuestión de Estado". Rigau es partidaria de "revisar el estatus del catalán" en todos los sector profesionales para favorecer la cohesión social. La diputada de Junts Pel Sí ha incidido que Catalunya necesita que sus mejores alumnos "se comprometan con su lengua" y que se apueste "por la integración de los recién llegados". En este sentido, Rigau ha promovido la investigación lingüística y no sólo la investigación biomédica "ahora que parece que está de moda".
El secretario de políticas educativas, Antoni Llobet, ha alabado la tarea de Rigau "como baluarte de la escuela catalana" en el frente de la consejería de Enseñanza. Llobet ha hecho incidencia que a lo largo de su vida política, Rigau "no ha dado nunca nada por perdido sin antes haberlo intentado todo".
"El papel de valía" que ha jugado la Universitat Jaume I de Castelló entre la Comunitat Valenciana y Catalunya no ha pasado desapercibido por el UCE. El vicealcalde de Castelló, Vicenç Mondedeu, ha sido el encargado para glosar la Universitat Jaume I de Castelló, representada por el rector Vicenç Climent, en sus 25 años de existencia.