Una historia habitual en La Moncloa. El Gobierno vive una nueva disputa en su seno por las diferencias entre los socios. Esta vez por una posible consulta en Catalunya. Por un lado, la parte de Unidas Podemos está a favor que se celebre una votación sobre "un cambio en la estructura del Estado". Por otro, la parte del PSOE está en contra de esta idea: solo se puede trabajar "en el ámbito de la Constitución y de la ley".
El origen de la polémica se encuentra en las declaraciones que hizo el pasado viernes 14 de enero el ministro de Universidades, el catalán Joan Subirats (Unidas Podemos), en una entrevista en el programa radiofónico Aquí, amb Josep Cuní de SER Catalunya. "Yo creo que alguna forma de consulta de un cambio en la estructura del Estado tendría que haber, en un momento u otro", afirmó Subirats cuando fue preguntado sobre si se tendría que celebrar un referéndum en Catalunya. En este sentido, argumentó que "una parte muy importante del problema que hay viene determinado porque hubo una reforma del Estatuto que se aprobó por el Parlament, fue al Congreso, se votó en referéndum por el pueblo de Catalunya y después pasó lo que pasó con la sentencia del Tribunal Constitucional".
El ministro de Universidades también insistió en la "importancia" de la mesa de diálogo. Una cuestión en la cual también incidió la ministra de Igualdad, Irene Montero (Unidas Podemos) en una entrevista el mismo viernes en TV3: "Hay que poder hablar de todo, aunque no sea fácil convencer al PSOE". Montero también dijo que será necesario "ser capaces de buscar un acuerdo" que se tendrá que poder votar. En este sentido, recordemos que Vox ya pidió la dimisión de Subirats por su participación en el 1-O.
Después de todo eso, este lunes ha llegado la respuesta de la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez (PSOE). En una entrevista en el programa televisivo Al Rojo Vivo de La Sexta ha desautorizado a Subirats y ha asegurado que cuando haya una consulta en Catalunya será sobre un acuerdo, presuntamente dentro del marco constitucional. "Lo que no haremos es entregar a la sociedad la responsabilidad de hacer algo que tenemos que hacer desde la política, que son los avances en el ámbito de la Constitución y de la ley", ha afirmado Rodríguez. Así, la ministra ha remarcado que fuera de esta idea nadie encontrará al Gobierno y que la sociedad catalana "dejó muy atrás el 2017".
Todo apunta que la ministra hace referencia a un nuevo Estatut. Como mínimo es la idea de que ha defendido la exdelegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera (PSOE), en una entrevista realizada este lunes en Catalunya Ràdio. "Todos creíamos que era bueno, ¿no? Pues si creemos que era bueno en aquel momento, cojámoslo, pensémoslo, actualicémoslo. Lo que haga falta", ha planteado Cunillera, ya que se ha producido un "punto de inflexión de abordar las cosas de una forma diferente". "El año 2018 los gobiernos del Estado y de la Generalitat estaban de espaldas. En este momento se miran en la cara", ha dicho.
Cunillera, que dimitió el viernes, también ha hablado sobre si ya no es válida "la receta del referéndum", como la consulta "legal y acordada" con la cual los socialistas comulgaban. Entonces, ha dicho que "analizar en el 2013 con los ojos de hoy sería un error": "Estamos en situaciones diferentes. El 2013 es válido para no olvidarte de determinadas cosas, pero no para volver a hacer lo mismo".
Enésima crisis en el Gobierno
Las diferencias sobre una posible consulta en Catalunya es la enésima crisis en el seno del Gobierno. De hecho, es la segunda disputa en los pocos días que llevamos de 2022: hay que recordar que el Consejo de Ministros está actualmente dividido por las declaraciones del titular de Consumo, Alberto Garzón (Unidas Podemos), sobre las macrogranjas y la calidad de la carne en el estado español.
La situación tampoco es idílica en el Govern, donde la misma mesa de diálogo confronta las posiciones de los socios del ejecutivo. Fue este fin de semana cuando el secretario general de Junts, Jordi Sànchez, reiteró que "no hay solución al conflicto sin Junts ni el president Puigdemont", en referencia a la manera en la cual la formación quedó excluida del primer encuentro entre el Gobierno y la Generalitat.