El Ayuntamiento de Ripoll, gobernado tras las elecciones municipales del 28 de mayo por el partido independentista y ultraconservador Alianza Catalana, ha generado controversia en las redes sociales al informar sobre la entrega de un inmigrante en situación irregular a las fuerzas de seguridad del Estado "para su expulsión". En una publicación en Twitter hecha desde la cuenta oficial del Ayuntamiento de Ripoll, el consistorio informa de que este martes por la mañana la Policía Local de Ripoll ha localizado a una persona durmiendo en la calle, en la zona de la Devesa del Pla. Según dice el tuit, el hombre, de origen marroquí, "ha manifestado que se encuentra en situación irregular" y acto seguido los agentes de la Policía Local lo han entregado a la Policía Nacional para que sea "expulsado".

La alcaldesa, Silvia Orriols, ha afirmado a su perfil personal de Twitter que "la entrada ilegal es un delito" y que "tolerarlo crea un efecto llamada que puede tener graves consecuencias económicas y culturales". En cambio, el concejal de la CUP Dani Vilaseca ha criticado la declaración del ayuntamiento y la ha tildado de "repugnante". El tuit del ayuntamiento, acompañado de una foto del migrante durmiendo en el parque, ha generado una gran controversia.

Sílvia Orriols ha recibido tanto críticas como apoyo en las redes sociales, con algunas personas acusando al Ayuntamiento de Ripoll de "fascismo por querer imponer el orden en el caos migratorio". En respuesta, ella ha instado a los críticos a exigir acciones similares a otros países para regular la inmigración. El activista Mohammad El Amrani, premiado con el Premio Social de la Fundación Princesa de Girona, también ha hecho pública su oposición a esta actuación de la Policía Local y al tuit del Ayuntamiento, calificándola de "repugnante, preocupante y vergonzosa". "Estamos presenciando un ataque flagrante a la dignidad y a los derechos humanos", ha añadido El Amrani.

El incidente ha generado un importante debate en las redes sociales, con opiniones entre aquellos que defienden un control estricto de la inmigración y aquellos que ponen énfasis en los derechos humanos y la empatía hacia las poblaciones vulnerables que buscan refugio. La decisión del Ayuntamiento de Ripoll ha dividido la comunidad, con algunos que alaban sus esfuerzos por cumplir con la ley y mantener el orden, mientras que otros condenan la insensibilidad y falta de empatía hacia los inmigrantes en situaciones precarias.