El 23 de julio del año pasado el Tribunal Supremo puso punto final al largo recorrido judicial de los ultras que asaltaron la librería Blanquerna de Madrid la Diada de 2013. Obedeciendo al Tribunal Constitucional, la sala de lo penal confirmó la condena de los 14 procesados en la causa. Se les quitó el agravante por discriminación ideológica, y sus penas pasaron a ser de entre dos años y siete meses a los dos años y nueve meses de prisión. Todo estaba ya listo para que, aunque con una pena menor a la inicial, fueran privados de libertad. Pero, a diferencia del rapero Pablo Hasél, todos ellos siguen en la calle.
Han pasado siete meses desde la sentencia firme del Tribunal Supremo y no han entrado todavía en la prisión. Así lo confirman fuentes de Instituciones Penitenciarias consultadas por ElNacional.cat. La última noticia, de finales de septiembre, es que no faltaba mucho. Fuentes del TSJM explicaban entonces a este diario que los condenados habían recurrido el auto de ejecución de la sentencia y estaban a la espera de que se resolvieran estos recursos. En algunos casos la Fiscalía ya había informado, y faltaba sólo que la sala resolviera. De aquello ya hace cinco meses. Pero las cosas continúan atascadas por los recursos presentados. Fuentes judiciales justifican que el caso es "complejo" porque hay hasta 14 condenados.
¿Cómo está ahora la situación? Según estas fuentes, la sección 30 de la Audiencia Provincial todavía está con los catorce recursos. Doce alegaron la suspensión por haber presentado un recurso de amparo al Tribunal Constitucional y también por haber solicitado el indulto al Gobierno. Sólo se ha analizado nueve, que han sido desestimados por los magistrados. Todavía faltan cinco. Una vez todos estén resueltos, serán notificados a todas las partes y se volverá a requerir su ingreso voluntario a prisión. A pesar de todo, admiten estas fuentes que, una vez esto pase, no saben si ingresarán voluntariamente en un centro penitenciario o si, incluso, presentarán nuevos recursos.
Han pasado más de siete años desde que asaltaron el Centro Cultural Blanquerna entre gritos fascistas, destrozos materiales y golpes a los asistentes al acto institucional de la Diada. Han pasado cinco años desde la primera sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid. Han pasado más de tres años desde la primera sentencia del Tribunal Supremo. Y no sólo no han pasado una sola noche entre rejas, sino que algunos de ellos incluso han reincidido.
De hecho, el pasado Once de Septiembre, algunos de los asaltantes volvieron a la librería Blanquerna, el lugar de los hechos. Conscientes de la convocatoria, los responsables del centro cultural bajaron la persiana preventivamente. Los fascistas se quedaron a las puertas, donde pronunciaron discursos no muy alejados de los de la joven falangista y antisemita, que ahora investiga la Fiscalía de Madrid. Es el caso de Manuel Andrino, jefe nacional de Falange y condenado para el asalto, que desde la calle Alcalá llamó a "derramar sangre de los enemigos como ya hicimos en el 36".
Algunos de ellos acumulan otras condenas posteriores al asalto de Blanquerna. Pedro Chaparro, vicepresidente de Democracia Nacional, fue sentenciado a un año de prisión por haber amenazado al fotoperiodista Jordi Borràs durante una manifestación del día de la Hispanidad del año 2015 en Barcelona.
Por su parte, Manuel Andrino y Pedro Pablo Peña (Alianza Nacional) también fueron a Barcelona un mes después del asalto de Blanquerna. La fiscalía les pide tres años de prisión por incitar al odio en su discurso durante el 12 de octubre del 2013 en Montjuïc, lugar habitual de concentración de neofascistas.
Un ritmo diferente con Hasél
La diferencia entre el ritmo de la justicia en el caso del rapero Pablo Hasél y el de los ultras de Blanquerna es, cuando menos, sintomática. En noviembre del año pasado, el Tribunal Constitucional rechazaba el recurso de amparo del cantante. Dos meses más tarde, la Audiencia Nacional ya ordenaba su ingreso inmediato en la prisión. La abogada de Hasél, Alejandra Matamoros, señala a ElNacional.cat que también agotaron todo el recorrido judicial. Pero en su caso tardaron "menos de 10 días" en resolver el recurso contra la ejecución de la sentencia. Cumpliendo escrupulosamente los plazos, los Mossos fueron a buscarlo puntualmente después del 14-F en el rectorado de la Universitat de Lleida. Lo trasladaron hasta la prisión de Ponent, donde todavía hoy se encuentra cumpliendo condena por canciones y tuits.
A diferencia de Hasél, los ultras de Blanquerna todavía pueden hacer tuits. Como el de este martes, 23-F, publicando fotos con el golpista Antonio Tejero.