La relación del exlíder de Ciudadanos Albert Rivera con lo que ya es su exdespacho de abogados es inexistente. Rivera solo se comunica con el bufete a través de su abogado. Mediante este canal, y enviando un correo electrónico, ha comunicado a Martínez-Echevarría la decisión de resolver su contrato a efectos de este mismo momento. Tanto Rivera como el exnúmero dos de Cs José Manuel Villegas, han acusado al despacho de incumplimiento de contrato, tanto con respecto al rol que se les había prometido como con respecto a la falta de pago de una parte del capital de Right Option, la sociedad que hay detrás del bufete.
Según ha afirmado el despacho Martínez-Echevarría el papel de Rivera ha sido "un fiasco": "Su aportación ha sido ninguno ni una y su implicación, nula". A pesar del desastroso trabajo del ex de Cs, los representantes de Rivera han reclamado hoy en el bufete el abono de la totalidad del contrato firmado. Es decir, todas las cantidades que le deben en concepto de retribución y las futuras hasta marzo de 2025, aunque haya sido él mismo quien ha renunciado al cargo. Además, ha exigido una estimación del variable que le habría correspondido hasta entonces.
La guerra es total y abierta entre los exdirigentes de Ciutadans y la directiva del despacho. Martínez-Echevarría ha declarado abiertamente a varios medios el nefasto trabajo de Rivera y por eso ahora Rivera amenaza con contraatacar con una demanda por daños morales y reputaciones por la manera de actuar del despacho. El jefe del bufete de abogados envió un comunicado interno a los socios del despacho despotricando sobre Rivera y Villegas y afianzando su posición sobre la inefectividad del trabajo del exlíder de Cs. En declaraciones en el Confidencial, Martínez-Echevarría ha dicho eso sobre la renuncia de Rivera: "Ha sido una desesperada estrategia de comunicación emprendida como una huida hacia adelante, a encontrarse arrinconado por los radicales incumplimientos con que no solo no llegan a los resultados, sino a la misma actividad e incluso a la falta de presencia".
En Rivera ni estaba ni se lo esperaba en las oficinas de su puesto de trabajo y por eso, según confiesa el mismo despacho, se lo había presionado repetidamente porque "elevas las ratios de presencia, trabajo y rendimiento" a unos mínimos que no avergonzaran a sus propios compañeros de sala.
Rivera, por la puerta de atrás
El pasado lunes Albert Rivera comunicó que abandonaba su lugar al bufete de abogados Martínez-Echevarría. La información se hizo pública por la noche, sin que las razones por las cuales se rompía esta relación laboral trascendieran en un primer momento. Según el bufete, la decisión de Rivera los ha cogido por sorpresa, tanto es así que aseguran haberse enterado por la prensa. "La noticia ha llegado después de varios requerimientos. Hacía meses que le exigíamos un cambio", ha asegurado un portavoz de la firma a El Español. ¿Sin embargo, qué cambio pedían al exlíder de Ciutadans? "El rendimiento era nulo", critican desde la empresa.
No es que lo presionáramos. Le pedíamos una mejora en todos los estándares que hacen que un despacho de abogados sea de calidad. La exigencia era totalmente razonable", han afirmado fuentes de la empresa. Fuentes del despacho también han declarado a El Confidencial: "Su productividad estaba alcanzando niveles preocupantes, muy por debajo de cualquier estándar razonable". Después de recibir la noticia de su partida, la compañía ha intentado contactar con Rivera, sin mucho éxito. "Hemos intentado ponernos en contacto, pero no ha habido manera", ha asegurado. Durante el paso del exlíder de Cs por el bufete, este ha seguido creciendo, pero desde la empresa se niega la vinculación de Rivera con este crecimiento. "Es un incremento sostenido, fruto de cuarenta años de trabajo," han sentenciado.