El ofrecimiento de Albert Rivera para facilitar la investidura Pedro Sánchez parece que ha sido un espejismo. Después del fracaso de la legislatura, el líder de Ciudadanos ha vuelto a mirar hacia el bloque de la derecha. "Si la noche electoral tenemos un escaño más, llamaré al señor Casado y formaremos gobierno en menos de un mes", se ha comprometido. Como en la anterior campaña, ha asegurado que si el PP queda por delante, también intentarán formar un ejecutivo alternativo al de los socialistas. A Sánchez le vuelven a poner el cordón sanitario.
En una comparecencia después de la sesión de control de este miércoles, Albert Rivera ha defendido que "tenemos la obligación de formar un gobierno alternativo al del señor Sánchez". Ha acusado al dirigente socialista de haber "renunciado al constitucionalismo" al rechazar sus condiciones sobre Catalunya o Navarra. "Ayer Sánchez cerró la puerta no sólo a formar gobierno, sino a formar parte del constitucionalismo", ha denunciado. Este gobierno alternativo, según ha dicho, estaría formado por el PP y Ciudadanos, sin cargos de gobierno para Vox.
La rueda de prensa ha tenido lugar 48 horas después de que el mismo Rivera pusiera sobre la mesa una propuesta a Sánchez: la abstención conjunta del PP y Ciudadanos a cambio de condiciones como "planificar" la aplicación del 155 en Catalunya, comprometerse a no indultar a los presos políticos, deshacer el gobierno del PSN, Geroa Bai y Podemos en Navarra o no subir los impuestos. La propuesta fracasó, rechazada por el PSOE y ninguneada por el PP.
El presidente de Ciudadanos ha justificado que hizo este golpe de efecto porque "pensaba que tenía que hacer alguna cosa que nos acercara a los constitucionalistas". No obstante, ha lamentado, "Sánchez frustró cualquier posibilidad de acercamiento y menospreció una oferta seria de mínimos".