Roberta Metsola, que repetirá como presidenta del Parlamento Europeo en este nuevo mandato, se ha comprometido a debatir en la mesa de la Eurocámara el uso de la lengua catalana en esta institución. Lo ha hecho en una reunión con el grupo de los Verdes-ALE, enmarcado en los distintos encuentros con el Eurogrupo durante los días previos a que se vote su candidatura para presidir la cámara, según ha compartido en las redes sociales la diputada de ERC, Diana Riba, que en junio fue elegida presidenta de este grupo. Riba ha compartido una imagen de la reunión en un tuit, detallando que el encuentro de Metsola con los Verdes ha servido para que la candidata a revalidar la presidencia les haya explicado cuáles son sus principales objetivos para esta legislatura. Por su parte, Ana Miranda, eurodiputada del BNG que iba como número 3 de las listas lideradas por Riba (que en las últimas semanas se ha hecho militante de ERC en plena crisis interna del partido), también ha compartido un instante de la reunión, recordando que su candidatura se votará la próxima semana, en el primer pleno de la legislatura.

A finales de marzo, y ya con la presidencia rotatoria de la UE en manos de Bélgica, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, envió una carta a Roberta Metsola, para solicitar que el catalán, el gallego y el vasco puedan utilizarse en los plenos de la Eurocámara. Así lo explicó Albares en una rueda de prensa ante la Comisión Mixta para la Unión Europea, días después de abordarlo directamente con Metsola durante el encuentro que mantuvieron en el marco de la visita de la política maltesa a Madrid. No era la primera, ya que en septiembre de 2023, semanas después del pacto entre PSOE y Junts para la mesa del Congreso, Albares ya envió una misiva a Metsola. En la carta de marzo pidió que se formalizara "un acuerdo administrativo entre España y el Parlamento Europeo para el uso del catalán, el vasco y el gallego".

La presidencia rotatoria, en manos de Hungría

En estos momentos, la presidencia de la Unión Europea está en manos de Hungría. En el momento en el que el relevo pasó de España a Bélgica, con el cambio de año, había cierto optimismo con la posibilidad de que el catalán se convirtiera en oficial en Europa: el embajador belga en España, Geert Cockx, aseguró desde Barcelona que su país tenía la voluntad de sacar adelante esta carpeta, la cual no se había podido resolver bajo la anterior presidencia europea, que precisamente había sido española. Con un gobierno nacional más 'cómodo' (conformado por una amplia coalición conformada para liberales, socialistas y ecologistas, alejados de la influencia del Partido Popular) y con una evidente diversidad lingüística que se defiende en las instituciones y en la sociedad (el francés, el flamenco y el alemán son lenguas oficiales), parecía que este era el mejor escenario para facilitar la entrada del catalán en la UE. Pero la presidencia belga ya se ha agotado sin nuevos avances públicos desde marzo. Ahora, aunque la proximidad de Viktor Orbán con Santiago Abascal hacía pensar que sería mucho más complicado que nunca alcanzar este hito, según ha publicado El Nacional, las negociaciones avanzan a buen ritmo.